El adi¨®s de las tiendas
Peque?os comercios y oficios artesanos desaparecen de Ciutat Vella al jubilarse los due?os y subir los alquileres
Los nombres sobre los umbrales de los comercios vac¨ªos y un pu?ado de vecinos entrados en a?os son los ¨²nicos testigos de la antigua prosperidad de los peque?os comercios y oficios artesanos en Ciutat Vella. Carrer Cadirers, Bordadores, Tejedores, Zapateros... Pronto s¨®lo quedar¨¢n las calles. Ayer se march¨® el ¨²ltimo catxirulero, hoy cierran la cordeler¨ªa de la calle de Serranos, ma?ana la peluquer¨ªa de la plaza del ?rbol. Sus propietarios se jubilan y los j¨®venes no pueden pagar los abusivos alquileres de locales sin condiciones de habitabilidad.
Mar¨ªa Dolores, de cuarenta y pocos a?os, cordelera como su abuelo y su padre, ha cerrado su diminuta tienda en Serranos. La echan porque van a rehabilitar el edificio. Su padre dej¨® hace seis a?os su negocio, Cordeler¨ªas Albert, frente a la Generalitat por la misma raz¨®n. Cuerdas para cocinar y tender, empinar catxirulos o envolver el talle de la falleras, para subir persianas o encuadernar libros... Usos y costumbres que desaparecen, aunque 'todav¨ªa se atan cosas', advierte la mujer. Tiene clientes hasta de las Islas Canarias. 'Esta calle es una verg¨¹enza. Justo al lado del Gobierno valenciano y que est¨¦ as¨ª. A la gente ya no le gusta pasar por aqu¨ª. Se la quedar¨¢n los restaurantes y los bur¨®cratas', se lamenta.
Francisco tambi¨¦n ha continuado con la droguer¨ªa familiar en la calle de Correger¨ªa. No es alquimista pero casi. Conoce los secretos del incienso, la mirra y el alumbre; las diferencias entre el oro bronce, el cobre, el rico y el ducado; c¨®mo usar la cola de conejo para la pintura al temple y la goma laca para el pulimento. Y, sobre todo, las virtudes de las madres de los colores, los pigmentos, para preparar ¨®leos, acr¨ªlicos... 'Hay gente que viene buscando lo que no existe en ning¨²n otro lugar. Aqu¨ª hay un di¨¢logo personal y un consejo al cliente', afirma. 'Pero para conocer los productos hay que tenerle amor al negocio y haberlo vivido. Los j¨®venes prefieren los grandes almacenes donde nadie sabe nada. No hay subvenciones para el peque?o comercio y el IAE no ha parado de subir', a?ade.
Otro famoso del barrio es el tornero Borr¨¢s, conocido por sus vecinos por el nombre de la calle donde se ubica su taller. En realidad, se llama Ram¨®n Viv¨®. Bajo las luces de ne¨®n, rodeado de serr¨ªn, compases y reglas, trabaja en madera 'todo lo que sea redondo' con ayuda de primitivos tornos anclados al suelo por pesadas piedras, las mismas que, dice, utiliz¨® su abuelo all¨¢ por 1850. Tambi¨¦n fabrica dulzainas. Sin dejar de sonre¨ªr tornea la pata de un sill¨®n mientras recuerda que a los 14 a?os dej¨® sus estudios de comercio para continuar el oficio paterno. 'Hace falta mucha pr¨¢ctica. Y los profesores de Formaci¨®n Profesional no la tienen', advierte. Con ¨¦l se acabar¨¢ el negocio: 'Tengo hijas. Si ense?as a alguien de fuera acaba march¨¢ndose y t¨² has perdido el tiempo. Todos miramos el dinero. No compensa'.
Hay otros a los que les va muy bien con la artesan¨ªa. En la penumbra de su taller de aire medieval en Bany dels Pavessos, Juan Andr¨¦s Garc¨ªa forja aureolas nuevas para los Santos Juanes, fabrica llaves y cerraduras y muebles de hierro de moda. Su abuelo era herrero en Ciutat Vella. No le queda mucho tiempo para la charla. 'Por favor, venga el s¨¢bado por la ma?ana', pide sin perder la sonrisa.
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