Larga vida al medio folio

'Severo, cu¨¦ntame a Lezama...': as¨ª empieza este audaz libro de la poeta y ensayista Ana Nu?o sobre Lezama Lima, aparecido en la colecci¨®n Vidas Literarias, y cuyo prop¨®sito no es la biograf¨ªa ni el ensayo acad¨¦micos sobre un autor determinado y su obra, sino su recreaci¨®n literaria, personal, a cargo de otro escritor. La idea de dicha colecci¨®n se ha traducido ya en varios t¨ªtulos, como, entre otros, Calder¨®n de la Barca, de Eugenio Tr¨ªas o Emilia Pardo Baz¨¢n, de Cristina Fern¨¢ndez Cubas. En el presente caso, Ana Nu?o -y por eso he empezado hablando de audacia- lleva a cabo su prop¨®sito (poner en pie la figura y la obra del poeta cubano Jos¨¦ Lezama Lima) a trav¨¦s de un di¨¢logo imaginario con Severo Sarduy, otro grande de las letras cubanas, ya desaparecido, estudioso e impulsor de la obra de Lezama. Me adelanto a decir que Ana Nu?o sale airosa de su osado planteamiento. No era f¨¢cil construir una figura humana, un personaje de carne y hueso -?y en Lezama hab¨ªa mucha humanidad, adem¨¢s de mucha carne y mucho hueso!-, dar las claves de una vida que, oficialmente, se resumen en medio folio, dado que, salvo dos viajes a M¨¦xico y a Jamaica, no se movi¨® de La Habana, y desentra?ar los entresijos de una obra po¨¦tica, ensay¨ªstica y narrativa que no s¨®lo revolucion¨® las letras cubanas, sino que enriqueci¨® la poes¨ªa en lengua castellana. Aunque, en este aspecto, perm¨ªtaseme se?alar una diferencia que nos resulta altamente desfavorable: pese al impacto que, en la generaci¨®n que en Espa?a empezaba a escribir y a publicar en el decenio de los sesenta, caus¨® la obra de Lezama, ha pasado a ser un escritor de renombre hist¨®rico al que nadie lee.

Hay que insistir en la sorprendente pericia de Ana Nu?o para darnos todo lo que da de Lezama a trav¨¦s de estos di¨¢logos con Severo Sarduy. Un artificio el hecho de recurrir al di¨¢logo socr¨¢tico con un escritor desaparecido, en el que entra a tumba abierta, con humor y una escritura suelta y culta a la vez, que le sirve tanto para dar al lector los datos indispensables sobre la biograf¨ªa de un hombre genial como para introducirnos en su ambiente familiar y resucitar la veneraci¨®n por el padre muerto cuando el poeta ten¨ªa nueve a?os, y la mitificaci¨®n de la figura materna, ambos de importancia capital en su poes¨ªa y, por supuesto, en Paradiso, como fuente no s¨®lo de la herencia de un pasado hist¨®rico y cultural, m¨ªtico, sino de la toma de posesi¨®n de un habla popular esencial para la elaboraci¨®n de un lenguaje del que, gracias justamente a sus ra¨ªces criollas, consigue desarqueologizar su pasi¨®n gongorina. Todo Lezama aparece en esta fantasmag¨®rica conversaci¨®n entre la autora y Sarduy, sostenida a lo largo de varios encuentros nocturnos en distintas brasseries parisienses, que rememoran los que, hace a?os, ten¨ªan lugar en la realidad, en una ¨¦poca en que Sarduy y Ana Nu?o viv¨ªan en Par¨ªs: el asma, que el poeta padec¨ªa de nacimiento, y su relaci¨®n con su escritura (seg¨²n su hermana Elo¨ªsa, Lezama 'gusta de cultivar la tesis de que el asma hab¨ªa influido directamente en su obra, su estilo'); su oculta homosexualidad; su af¨¢n por renovar el panorama cultural cubano a trav¨¦s de la creaci¨®n de revistas hoy legendarias (sobre todo, Or¨ªgenes, 1944-1957, que logr¨® fusionar literatura y artes pl¨¢sticas, y aunar lo cubano con lo universal); el erotismo lezamiano ('en Lezama, el erotismo no es solamente lo que solemos asociar a este vocablo, sino sobre todo, el Eros de lo que se nos quiere escapar. Toda una teor¨ªa de lo que ¨¦l llamaba 'el Eros de la lejan¨ªa', el Eros de la absoluta lejan¨ªa, donde se confunden lo real y lo irreal en ideal lontananza'); la desbordante sensualidad (el lector de Paradiso recordar¨¢ sin duda, como se rememora en este libro, las comilonas orquestadas por el abuelo Jos¨¦ Cem¨ª); el confinamiento al que lo redujo el castrismo y la manipulaci¨®n que, una vez muerto Lezama, la Cuba oficial ha hecho de su figura y de su obra. Sin embargo, quiz¨¢ uno de los mayores m¨¦ritos de este libro es haber conseguido apasionar al lector con cuestiones como la naturaleza de la imagen en la obra de Lezama, la creaci¨®n de una tradici¨®n propiamente cubana, la verdadera naturaleza del llamado barroco lezamiano. El tono de celebraci¨®n de estos encuentros fantasmag¨®ricos contagia al lector. Un libro excelente, que es tambi¨¦n homenaje al escritor cubano: Severo Sarduy.