Otra pol¨ªtica econ¨®mica
El autor sostiene que la econom¨ªa espa?ola carece de pol¨ªticas eficaces para aprovechar las ¨¦pocas de bonanza y capear momentos de crisis como el actual.
No ha habido ning¨²n milagro econ¨®mico espa?ol. Nuestro pa¨ªs creci¨® y cre¨® empleo cuando todos los dem¨¢s lo hac¨ªan, y ahora sufrimos la desaceleraci¨®n internacional en forma de m¨¢s paro. Algunos deber¨¢n devolver las medallas que se apuntaron cuando se pusieron de puntillas para parecer m¨¢s altos.
Pero, adem¨¢s de tomar nota de los hechos sobre los que no se tiene control, hay que examinar las pol¨ªticas econ¨®micas de los Gobiernos ya que, incluso en medio de la globalizaci¨®n, tienen margen de actuaci¨®n en dos asuntos clave: atenuar las consecuencias negativas de las crisis, en lo que el Gobierno Aznar suspende, y tambi¨¦n en traducir las ¨¦pocas de bonanza en mejoras de productividad y de bienestar para sus pa¨ªses, asunto donde cada d¨ªa es m¨¢s evidente que no pasa de la calificaci¨®n de necesita mejorar.
El gasto social por habitante en Espa?a es inferior al de Grecia y al de Portugal
Entre 2000 y 2002, la econom¨ªa espa?ola ver¨¢ c¨®mo su ritmo de crecimiento caer¨¢ m¨¢s de dos puntos porcentuales. Si ¨¦ste es el indicador de la desaceleraci¨®n, podemos decir que Espa?a ser¨¢ de los pa¨ªses de la Uni¨®n Europea donde la crisis se mostrar¨¢ con mayor intensidad. Si a?adimos que tenemos la mayor tasa de precariedad laboral de Europa, las repercusiones sobre el paro pueden ser todav¨ªa mayores.
Ante este cambio de ciclo, la pol¨ªtica econ¨®mica coyuntural deber¨ªa haberse orientado a fomentar el consumo de las familias rebajando el IRPF, mejorar la inversi¨®n p¨²blica, revisar los aspectos negativos de la ¨²ltima reforma laboral y dejar que los presupuestos absorbieran los efectos de la crisis sin obsesiones por el d¨¦ficit p¨²blico resultante. Todo lo contrario de lo que ha planteado el Gobierno de Aznar: subidas de impuestos que penalizan el consumo -casualmente, el ¨²nico a?o en que no hay elecciones de ning¨²n tipo-, fomento del ahorro para las rentas altas mejorando la tributaci¨®n de los planes privados de pensiones, beneficios fiscales para las rentas empresariales que el propio presidente de la CEOE dijo que no serv¨ªan para estimular la inversi¨®n privada y recortes del gasto p¨²blico, como los anunciados en el seguro de desempleo, con el objetivo del d¨¦ficit cero como obsesi¨®n. Ning¨²n otro pa¨ªs de la Uni¨®n Europea, ¨¦sos a los que Aznar critica insensatamente desde el p¨²lpito de la presidencia semestral, ha planteado medidas econ¨®micas tan contrarias a lo que se necesita en una fase de recesi¨®n como la actual, ni tan de derechas en sus repercusiones sociales.
Despu¨¦s del euro, la pol¨ªtica econ¨®mica tiene que hacerse de manera distinta. Adem¨¢s de someterse a las restricciones que implica compartir la misma moneda, hay que saber aprovechar las ventajas que tiene, por ejemplo, el disponer del mismo tipo de inter¨¦s que Alemania o Francia. No enterarse de los m¨¢rgenes de la nueva situaci¨®n da como resultado que Espa?a mantiene un diferencial de inflaci¨®n que va minando poco a poco la competitividad de nuestras empresas mientras renunciamos al diferencial de d¨¦ficit p¨²blico que contempla el Pacto de Estabilidad precisamente para que aquellos pa¨ªses m¨¢s atrasados de la Uni¨®n, perceptores de fondos y ayuda con fecha de caducidad, puedan hacer el esfuerzo adicional que necesitamos si queremos aproximarnos al nivel de vida de nuestros socios. La obsesi¨®n por el d¨¦ficit cero cuando otros con m¨¢s riqueza y bienestar que nosotros mantienen d¨¦ficit por encima del 2% del PIB, lejos de llenarnos de orgullo patrio, muestra una torpeza hist¨®rica que perpet¨²a nuestro atraso relativo.
La mejor prueba de ello es el balance de lo acontecido en los ¨²ltimos a?os. Seg¨²n un reciente estudio de la consultora Lehman Brothers sobre un indicador de salud econ¨®mica elaborado a partir de m¨¢s de cuatrocientas variables, Espa?a ocupa el puesto 17 de 21 pa¨ªses analizados. Eurostat, por su parte, acaba de ratificar que el gasto social en relaci¨®n al PIB ha bajado en Espa?a desde que gobierna el PP hasta el punto de que el gasto social por habitante es m¨¢s bajo que en Grecia y Portugal. Y, por ¨²ltimo, seg¨²n un informe de la Comisi¨®n Europea sobre competitividad, Espa?a es el ¨²nico pa¨ªs de la Uni¨®n cuya productividad ha ca¨ªdo en los ¨²ltimos a?os y no como consecuencia de la creaci¨®n de empleo -otros pa¨ªses han creado empleo y han mejorado productividad-, sino por el estancamiento que se ha producido en las inversiones en nuevas tecnolog¨ªas, en investigaci¨®n y desarrollo, en todo lo relacionado con la sociedad del conocimiento.
La informaci¨®n que se va conociendo sobre la pasada gesti¨®n econ¨®mica del Gobierno Aznar confirma que los a?os de crecimiento econ¨®mico no han sido aprovechados para mejorar la competitividad de nuestra econom¨ªa y la cohesi¨®n social de nuestra sociedad mediante el esfuerzo presupuestario adicional que hace falta si queremos recortar distancias con los pa¨ªses europeos. Simplemente, se ha galopado a lomos del ciclo internacional.
Las reformas estructurales y las liberalizaciones son dos bazas que el Gobierno presenta como lecciones frente a Europa. Con una inflaci¨®n subyacente en Espa?a que duplica la media europea y, todav¨ªa, con la tasa de paro m¨¢s alta, no parece que las reformas estructurales hayan sido un ¨¦xito precisamente. Tampoco liberalizaciones como las del sector el¨¦ctrico, que han llevado a que media Espa?a sufra apagones y a que dos empresas controlen el 80% del sector y fijen precios, parece que deban exhibirse como prueba de una buena gesti¨®n.
El balance con el que el Gobierno va a ir a la Cumbre de Barcelona es bastante mejorable. Y, desde luego, no permite dar clases de pol¨ªtica econ¨®mica a pa¨ªses m¨¢s ricos, m¨¢s solidarios y m¨¢s productivos que el nuestro. Si la ignorancia es atrevida, la prepotencia es temeraria.
Jordi Sevilla es responsable de Econom¨ªa del PSOE.
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