Muerte, ?d¨®nde est¨¢ tu victoria?
Es tradici¨®n de caballeros no alegrarse de la muerte de nadie; no me alegro de la del creador de golpes de Estado, el general Vernon Walters. S¨ª lamento que haya vivido; una bobada, porque ha vivido y ha extendido el neofascismo por el mundo. Fue quiz¨¢ ¨¦l quien ayud¨® al Esp¨ªritu Santo para la elecci¨®n de Wojtyla, y puede que colaborase en la muerte del papa Luciani. Y ¨¦l acudi¨® a Portugal para cambiar el rumbo de la revoluci¨®n de los claveles. Vernon Walters trajo a Espa?a al general Eisenhower para legalizar a Franco, y la foto de los tres generales ri¨¦ndose, que se reproduce en las necrolog¨ªas, todav¨ªa escalofr¨ªa.
Se le atribuye la ca¨ªda del muro de Berl¨ªn (era embajador en Alemania), que tan catastr¨®fica ha sido para el mundo al quitar las ¨²ltimas trabas del Imperio del Bien, que ya no tiene ning¨²n reparo en ser el del Mal si le conviene. De aquella fotograf¨ªa no queda ninguno vivo: pero s¨ª sus esp¨ªritus. No me alegr¨¦ nunca de ninguna: ni siquiera de la de Franco. No brind¨¦ con champ¨¢n: no me gusta, y si quiz¨¢ tom¨¦ alg¨²n whisky, era el de todos los d¨ªas. Supongo que se debe a la vieja tradici¨®n de que las campanas doblan a muerto siempre por uno mismo. La muerte es la peor maldad de Dios. No lo s¨¦: la gente mata y luego reza por el muerto. Creo que los aviadores que bombardean ciudades sienten una alegr¨ªa inmensa, pero debe ser s¨®lo una satisfacci¨®n profesional.
Yo debo tener las supersticiones tan hundidas en el subconsciente que no me doy cuenta de ellas y les doy explicaciones materialistas. No creo que la muerte de una persona resuelva el mal que hace. La otra rama comunista, la libertaria, s¨ª lo cre¨ªa y preparaba grandes atentados contra los zares y los reyes; pero era tan ingenua y tan bondadosa que una vez ahorr¨® la muerte de Nicol¨¢s II porque el querido terrorista vio que morir¨ªa tambi¨¦n un ni?o, y prefiri¨® suicidarse ¨¦l. Eran los grandes tiempos de las bombas negras, redondas y con una mecha. En el comunismo cient¨ªfico tambi¨¦n debi¨® haber alguna superstici¨®n, porque mantuvieron mucho tiempo con vida a la familia imperial, y s¨®lo acabaron con ella por algo racional: porque la guerra civil y los ej¨¦rcitos de intervenci¨®n pod¨ªan rescatarlos y restaurar la monarqu¨ªa.
Lo cierto es la teor¨ªa b¨¢sica: un tirano muerto no es el Mal muerto. Por eso supongo que Dios no mata al Diablo. Tendr¨ªa que hacer otro para mantener la diada que da tanto y tan ¨²til juego filos¨®fico. Qu¨¦ m¨¢s da la muerte de Vernon Walters: hay muchos haciendo su trabajo.
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