Los secretos del esp¨ªa Bujari
Un ex agente revela c¨®mo los servicios marroqu¨ªes utilizaban a los pol¨ªticos
'En ese lunapar improvisado vimos desfilar a miembros del bur¨® pol¨ªtico de la UNFP (partido socialista) y a una parte del tribunal de Casablanca. Evidentemente, todo era filmado. Un d¨ªa tuve que entregar a Maati Buabid [primer ministro marroqu¨ª a principios de los a?os ochenta] el sobre con fotos comprometedoras. Cuando lo abri¨®, se puso p¨¢lido'.
Ahmed Bujari, de 62 a?os, un ex agente de los servicios secretos marroqu¨ªes, acaba de publicar en Francia Le secret (Editorial Michel Lafon, Par¨ªs), un libro explosivo en el que revela c¨®mo el departamento encargado de la lucha contra la subversi¨®n aprovech¨® las debilidades de los pol¨ªticos para convertirles en confidentes y tejer 'una red de vigilancia del conjunto de las formaciones del reino'.
Varias asociaciones conf¨ªan en que su testimonio sirva para juzgar a los antiguos verdugos
No s¨®lo Buabid, un dirigente nacionalista de derechas, colabor¨®, sino hasta el l¨ªder del partido comunista, Al¨ª Yata, se prest¨® a ello. 'Sigui¨® siendo un confidente obsequioso hasta su muerte accidental en 1997', asegura el ex agente.
Bujari salt¨® a la fama cuando, a finales de junio pasado, hizo al diario franc¨¦s Le Monde y al semanario marroqu¨ª Le Journal revelaciones sobre el asesinato en Francia, en 1965, del dirigente socialista Mehdi Ben Barka, el principal adversario del difunto rey Hassan II. En la sesi¨®n de tortura que provoc¨® su muerte participaron los generales Mohamed Ufkir, ministro del Interior, y el comandante Ahmed Dlimi, hombres de m¨¢xima confianza de Hassan II. Su cad¨¢ver fue trasladado a Marruecos y disuelto en una cuba de ¨¢cido.
Convocado por la justicia francesa, que desde hace 37 a?os investiga la desaparici¨®n de Ben Barka, Bujari no ha podido desplazarse a Par¨ªs porque no le ha sido facilitado un pasaporte y porque, de sopet¨®n, le han llovido todo tipo de demandas que le impiden salir de Marruecos. Por un tenebroso asunto de cheque sin fondos acaba de pasar tres meses en la c¨¢rcel.
'Mi padre se siente amenazado, acosado', asegura su hijo, Karim Bujari, sobre todo desde que su mujer fue v¨ªctima, en julio pasado, en Casablanca, de un extra?o atropello por un conductor enloquecido que se dio a la fuga.
El miedo o la prudencia han incitado al ex polic¨ªa secreto a expurgar, en el ¨²ltimo momento, las 300 p¨¢ginas de su libro para suprimir los nombres de personajes a¨²n en vida, antiguos colaboradores de los servicios, que hubiesen podido denunciarle por difamaci¨®n. Sus nombres circulan de boca en boca por Rabat.
Parte de lo que Bujari no ha podido contar a Jean-Baptiste Parlos, el juez instructor franc¨¦s que le ha convocado, lo narra ahora en Le secret. Desvela, por ejemplo, que los servicios secretos marroqu¨ªes fracasaron en sus dos primeros intentos por acabar con la vida de Ben Barka. El primero, en noviembre de 1962, se produjo en la carretera entre Rabat y Casablanca, y el segundo, en el que particip¨® el autor, tuvo lugar en Argel dos a?os despu¨¦s. Astutos, los argelinos sustituyeron a Ben Barka por un doble, un polic¨ªa local vestido con las ropas del marroqu¨ª, que result¨® gravemente herido por los disparos.
Adem¨¢s de corromper y de asesinar, el CAB-1, como se llamaba a la secci¨®n antisubversi¨®n, torturaba. Bujari reconoce haberla practicado y se?ala, de paso, que los m¨¢ximos jerarcas del r¨¦gimen, a veces, tambi¨¦n se remangaron para conseguir confesiones r¨¢pidas.
A Dlimi, el jefe del CAB-1, le gustaba, por ejemplo, 'utilizar un cubilete de madera para hundirlo en el ano de sus enemigos'. En cuanto a Ufkir, 'su sesi¨®n preferida consist¨ªa en arrancar las muelas de los ajusticiados con una tenaza (...)'.
'La publicaci¨®n del libro de Ahmed Bujari suscitar¨¢ un gran revuelo' en Marruecos, escribe el semanario Le Journal, porque constituye un desaf¨ªo no s¨®lo para el sistema policial, regido en parte por los mismo hombres, sino para buena parte de su clase pol¨ªtica.
De 'tejido de mentiras' tacha Al-Bayane, el diario del antiguo partido comunista, las revelaciones de Bujari. La Asociaci¨®n Marroqu¨ª de Derechos Humanos y el Foro para la Verdad y la Justicia le bridan, sin embargo, su apoyo porque conf¨ªan en que su testimonio sirva para sentar en el banquillo a los antiguos verdugos. Hasta ahora las autoridades se niegan rotundamente a ello.
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