Divino tesoro borracho
1. Es de agradecer que PSOE y PP hayan planteado el debate en un asunto capital, como es la educaci¨®n, con serenidad. De un lado est¨¢n los partidarios de las faltas de ortograf¨ªa; en el lado contrario, los franquistas. Bien. Hay nivel. (?No podr¨ªan promulgar una Ley de Calidad de la Pol¨ªtica?). Casualmente, el Gobierno hace coincidir los debates sobre ense?anza y botell¨®n: la juventud borracha e ignorante precisa mano dura. Esa m¨²sica es un plagio de una canci¨®n antigua, titulada Una guerra es lo que necesitan, y pasar hambre. En fin: el Gobierno ha salido de su hibernaci¨®n y tiene el debate p¨²blico copado con iniciativas, resumidas en ley, orden, rigor y Espa?a, mucha Espa?a, vamos a tener Espa?a hasta en la sopa. Si ganamos el mundial de f¨²tbol ser¨¢ el acab¨®se. (Los socialistas lo apoyar¨ªan con reservas, es tal su despiste).
La suerte que tiene Aznar es que los problemas siempre son de los dem¨¢s, y eso que gobierna desde hace seis a?os
2. Qu¨¦ dr¨¢stico, P¨ªo Cabanillas: 'La educaci¨®n es un desastre'. Podr¨ªa a?adir: 'Y por lo tanto, dimito', pero no, se ve que no es asunto del Gobierno. Espa?a es el mundo al rev¨¦s: la educaci¨®n est¨¢ fatal, los m¨¢s agresivos son los ministros y los socialistas se excusan: 'Es mala, s¨ª, pero es que...'. '?Ni esque ni gaitas! ?Un desastre y punto!', grita el Gobierno. Qu¨¦ cosas. La verdad: depende de con qu¨¦ se compare la educaci¨®n de hoy. No es lo mismo compararla con la ense?anza p¨²blica de cuando estudiaban los ministros que con la ense?anza en el Pijing?s School donde estudiaron los ministros.
3. La suerte que tiene Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar
es que los problemas siempre son de los dem¨¢s, y eso que hace seis a?os que gobierna. El paro es culpa de los socialistas europeos; el terrorismo, del PNV; la mala educaci¨®n, de los socialistas (y de los estudiantes); la inflaci¨®n, culpa del pollo; la delincuencia, de los inmigrantes; la mala justicia, de los jueces (y un poco de los socialistas tambi¨¦n); la sanidad, de las autonom¨ªas (socialistas). Seguro de que Aznar se lo cree, se cree que ¨¦l es fant¨¢stico y que la culpa es de otros. Es como el loco del chiste, el que conduce por la autopista en direcci¨®n contraria y oye por la radio: '?Atenci¨®n, hay un loco en la autopista!'. Y el loco grita: '?Un loco? ?Hay cientos!'.
4. Venga, les cuento una historia casi privada:
hace ocho a?os acompa?¨¦ a Aznar en un peque?o periplo hispano. Estuvimos en la universidad de Zaragoza. Los estudiantes le aclamaron, le estrujaron, corearon su nombre. Esa noche Aznar me dijo: 'Qu¨¦, ?a que no te lo esperabas?' 'Pues no', contest¨¦, sin estar seguro de lo que no deb¨ªa esperar. 'Los estudiantes son nuestros', me aclar¨®, 'como todos los sectores m¨¢s din¨¢micos de la sociedad'. No coment¨® nada de las faltas de ortograf¨ªa. No me dijo: 'Si ser¨¢n tarugos que me tienen como l¨ªder, c¨®mo se nota que le dan al botell¨®n en lugar de hincar los codos'. Qu¨¦ va. Todo fueron elogios para los estudiantes. ?C¨®mo puede ser que Aznar haya conseguido, en s¨®lo seis a?os, transformar el sector m¨¢s din¨¢mico de la sociedad en una piara de borrachos ignorantes? A ver si es que los j¨®venes siguen siendo j¨®venes y en s¨®lo seis a?os Aznar ha conseguido envecejer.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.