Poes¨ªa y clientela
Aver c¨®mo explican los andalucistas del PA la necesidad de provocar una crisis en el seno del Gobierno de Manuel Chaves a una ciudadan¨ªa preocupada, evidentemente, por otras cuestiones m¨¢s trascendentales que por las disquisiciones personales que dirime, de forma continua y permanente, esta cada vez peor avenida familia pol¨ªtica.
Aqu¨ª no cabe esgrimir el consabido 'ni Alejandro ni Pedro', porque el alcalde de Jerez ya est¨¢ fuera del escenario de este partido, mientras que la alternativa que supon¨ªa Antonio Ortega es arrojada a la arena de la gesti¨®n diaria para que le devoren los siempre insatisfechos integrantes del sector tur¨ªstico. Todo sea por lograr un mayor conocimiento de su figura por parte del electorado andaluz, aprovech¨¢ndose abiertamente de los importantes recursos que va a manejar a partir de ahora.
Que sea ¨¦sta la lectura que se obtenga de los cambios que se conformar¨¢n esta semana en el Consejo de Gobierno da cuenta de la altura de miras con que se aborda la operaci¨®n. Pero cabe preguntarse d¨®nde est¨¢ aqu¨ª el mensaje andalucista, d¨®nde el discurso diferenciador y, d¨®nde, el armaz¨®n ideol¨®gico que sustente un paso de esta envergadura. La respuesta a tanto interrogante la encontramos en esta profunda reflexi¨®n del mismo Ortega contenida en una entrevista concedida a este peri¨®dico en octubre de 1999: 'No s¨®lo de poes¨ªa vive el hombre. (..) Tener dos consejer¨ªas nos ha servido para hacer clientela. ?Pero es que eso es as¨ª! (...) ?Qui¨¦n puede creer que hay obra humana que no necesite medios econ¨®micos?'. S¨®lo despu¨¦s de releer estas declaraciones encontramos la certera raz¨®n que ha desencadenado esta nueva pirueta andalucista.
Salvo el color y porte de las corbatas de Alejandro Rojas-Marcos, todo hace indicar que en este partido seguir¨¢n a la gresca hasta el juicio final. Menos mal que el presidente andaluz les meti¨® prisa para que el espect¨¢culo fuese lo m¨¢s breve posible y concluyese cuanto antes, tal y como as¨ª ha sido, para que los cambios se formalicen de inmediato. Y lo peor es que nada de lo ocurrido puede, en esta ocasi¨®n, achacarse a Pacheco, que sigue frot¨¢ndose las manos al comprobar cada d¨ªa que pasa que el camino del centro-izquierda nacionalista queda m¨¢s libre de competidores.
A estas alturas de la pel¨ªcula, Ortega, el de Linares, va a tener una mayor proyecci¨®n en Turismo y Deportes que en su anterior responsabilidad, ahora en manos del otro Ortega, Juan, el de Triana. El trabajo de hormiguita que ven¨ªa haciendo en la Consejer¨ªa de Relaciones Institucionales para crear estructura de partido caer¨¢ en manos de Rojas-Marcos, mientras que sit¨²an al candidato a la presidencia de la Junta al frente de un departamento que debe atender la primera industria andaluza, la tur¨ªstica.
Todo sea por salir en la foto, ejercicio que, a medida que pase el tiempo, se intensificar¨¢ ante la cercan¨ªa de las elecciones. En estos d¨ªas tendremos varias oportunidades para comprobarlo, empezando por la imagen que ofrecer¨¢n el consejero de la Presidencia, Gaspar Zarr¨ªas, y el ministro de Hacienda, Crist¨®bal Montoro, quienes suscribir¨¢n el acuerdo sobre la financiaci¨®n auton¨®mica. El martes, Chaves se re¨²ne con los secretarios generales de UGT y CC OO, as¨ª como con Santiago Herrero, quien apenas unas horas antes de su toma de posesi¨®n como presidente de la patronal actuar¨¢ ya como tal en ese encuentro que tiene como objetivo plasmar la reivindicaci¨®n de las pol¨ªticas activas de empleo.
Por si fuera poco, el viernes, el presidente andaluz asistir¨¢ a la entrada en servicio de una veintena de kil¨®metros de la autov¨ªa Jerez-Los Barrios, un proyecto que por el momento constituye la mayor obra de infraestructura acometida en la actualidad en Andaluc¨ªa. El hecho de que el Gobierno central lo cofinancie va a permitir que el PP trate de restarle protagonismo a Chaves, envi¨¢ndole a su ministro de Fomento, Francisco ?lvarez Cascos. En este caso, ha sido la Junta quien ha soportado el gasto pol¨ªtico que ha supuesto el retraso en el desarrollo de la obra, sin que haya sabido sacarle la debida rentabilidad a pesar de su gran importancia. Una acomplejada estrategia de comunicaci¨®n de los logros conseguidos facilita que otros intenten al menos apuntarse parte del tanto.
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