Un varapalo de Bruselas
Cuando el pasado 9 de abril la UGT no estamp¨® su firma en el Acuerdo de Pensiones -que s¨ª suscribieron Gobierno, patronal y Comisiones Obreras-, adujimos, entre otras muchas razones, que el Gobierno, con el consecuente pl¨¢cet del resto de los firmantes, ven¨ªa haciendo un uso abusivo de los excedentes de la Seguridad Social para alcanzar, a costa de precarizar la protecci¨®n social, sus objetivos en pol¨ªtica econ¨®mica. La UGT, obviamente, no pod¨ªa estar de acuerdo.
Ahora, despu¨¦s de unos meses, es la Comisi¨®n Europea la que abunda en este argumento y critica, al igual que hizo UGT y un amplio abanico de ¨¢mbitos profesionales, la insuficiente dotaci¨®n del Fondo de Reserva de la Seguridad Social por parte del Gobierno.
Advert¨ªamos que el Acuerdo de Pensiones de abril pretend¨ªa, y lo ha conseguido, reforzar la instrumentalizaci¨®n por el Gobierno de la Seguridad Social para la consecuci¨®n de sus objetivos de pol¨ªtica econ¨®mica, entendiendo fundamentalmente, entre ellos y en primer lugar, la reducci¨®n del d¨¦ficit p¨²blico. Dicho de otro modo, en un pasado reciente se endeud¨® a la Seguridad Social mediante pr¨¦stamos que superan los dos billones de pesetas y que ten¨ªan que haber sido aportaciones finalistas del Estado a su financiaci¨®n; hoy, se utiliza el super¨¢vit de la Seguridad Social para tapar el d¨¦ficit del Estado y el Acuerdo de Pensiones se ha configurado como un instrumento perfecto para este menester.
Esta f¨®rmula de reducir el d¨¦ficit p¨²blico es impropia e indebida, y, l¨®gicamente, la correlativa falta de aportaciones suficientes por el Gobierno al Fondo de Reserva de la Seguridad Social es precisamente lo que critic¨® la UGT y ahora hace la Comisi¨®n Europea.
El Acuerdo de Pensiones contempla un largo per¨ªodo de doce a?os (tres legislaturas nada menos) para financiar los complementos de m¨ªnimos de pensiones. As¨ª, con este cheque en blanco al Gobierno, lo que ocurrir¨¢ es que se va a producir un trasvase de recursos de la Seguridad Social hacia el Estado por un montante que puede superar los 3,5 billones de pesetas, con los que se podr¨¢ financiar, entre otras cosas, la pr¨®xima reforma regresiva del IRPF. Esos enormes recursos se dedicar¨¢n, por tanto, a sufragar gastos que decide el propio Gobierno y cuya financiaci¨®n corresponde al Estado y no a la Seguridad Social, yendo adem¨¢s en detrimento de una mayor dotaci¨®n del mencionado Fondo de Reserva, que es la garant¨ªa de sostenibilidad del sistema p¨²blico de pensiones y de la mejora de las prestaciones.
Esta situaci¨®n es exactamente lo mismo que est¨¢ sucediendo con los excedentes de las cotizaciones sociales del sistema de protecci¨®n por desempleo: en cuatro a?os el Gobierno se ha apropiado de 1,7 billones de pesetas que ha utilizado para financiar otras pol¨ªticas de gasto p¨²blico que no tienen nada que ver con las aportaciones de trabajadores y empresas al sistema profesional de protecci¨®n.
Adem¨¢s, en el Acuerdo de Pensiones de abril de 2001 se limita, incomprensiblemente, el Fondo de Reserva de la Seguridad Social por un importe de un bill¨®n de pesetas, cuando las necesidades de financiaci¨®n van a ser, sin duda, mayores que esa cantidad para la preservaci¨®n del actual sistema, con pensiones dignas y a salvo de futuros recortes.
En definitiva, la falta de autonom¨ªa de la Seguridad Social para utilizar los recursos financieros que genera es m¨¢s grave a partir del Acuerdo de Pensiones, y ello va a suponer un grave impedimento para la mejora de nuestra protecci¨®n social y la convergencia con Europa. Seg¨²n los ¨²ltimos datos de Eurostat, Espa?a se distancia cada vez m¨¢s de la Uni¨®n Europea en lo que es gasto para protecci¨®n social. Si en 1993 la diferencia con la media comunitaria era de 4,8 puntos del Producto Interior Bruto (PIB), actualmente esa diferencia se ha disparado hasta los 7,6 puntos del PIB. Considerando un conjunto de 20 pa¨ªses, los 15 de la Uni¨®n Europea m¨¢s otros cinco del Espacio Econ¨®mico Europeo, Espa?a, en 1999, ocupaba el lugar 19, s¨®lo superada por Eslovaquia, en lo que es menor gasto social por habitante. La conclusi¨®n es clara: lejos de converger con Europa, la divergencia de Espa?a es cada vez mayor.
Aunque s¨®lo hubiera sido por la raz¨®n que he intentado explicar en este art¨ªculo -hay otras de profundo calado igualmente-, la UGT estuvo en contra del Acuerdo de Pensiones y sigue est¨¢ndolo. No es s¨®lo la voz de UGT; conforme va pasando el tiempo m¨¢s instancias, m¨¢s organismos, m¨¢s expertos, y ahora nada m¨¢s y nada menos que la Comisi¨®n Europea, se unen a las cr¨ªticas y ponen en el disparadero un Acuerdo de Pensiones que no es bueno.
A medida que pase el tiempo, ir¨¢n aflorando los problemas que no se quisieron ver o que se obviaron en el mencionado Acuerdo. Seremos testigos de excepci¨®n de las importantes y trascendentales carencias de un Acuerdo de Pensiones que la UGT no firm¨® por responsabilidad. Tiempo al tiempo.
No quisiera terminar sin hacer una ¨²ltima referencia a las muy recientes declaraciones de un iluminado diputado del Partido Popular, a la saz¨®n presidente de la comisi¨®n parlamentaria del Pacto de Toledo, quien opina que las mujeres como viven m¨¢s que los hombres habr¨ªan de cobrar una pensi¨®n inferior. Las razones que esgrime son tan lamentables que huelga el que yo haga aqu¨ª otro comentario como no sea el que 'menudo futuro nos espera en manos de estos pol¨ªticos que sustentan a este Gobierno'.
Rafael Recuenco Montero es secretario general de UGT-PV.
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