El mercado laboral rechaza a las chicas con fracaso escolar, pero acepta a los chicos

El mundo laboral discrimina a las chicas con fracaso escolar y da cada vez m¨¢s oportunidades laborales a los chicos en la misma situaci¨®n, seg¨²n un an¨¢lisis de estad¨ªsticas de organismos oficiales que se presenta hoy en el Senado. De hecho, hay el doble de chicos (66%) de 16 a 19 a?os trabajando que de chicas (33%). Las mujeres necesitan realizar estudios superiores para poder alcanzar el mismo nivel social que los hombres logran sin ellos, a?ade el estudio. Cada vez hay menos padres que quieren que sus hijos tengan estudios universitarios: en 1989, lo deseaba el 83%; en 2001, el 51%.

El sistema educativo ha perdido fuerza en Espa?a como sistema de promoci¨®n social. El nivel de estudios ya no garantiza el ascenso laboral. Los padres y j¨®venes se han dado cuenta de que para alcanzar una determinada posici¨®n social, si se es chico, se puede conseguir haciendo carrera directamente desde el mercado laboral. As¨ª lo se?ala uno de los autores del estudio, Octavio Granado, ex senador socialista y profesor de departamento de orientaci¨®n del instituto de secundaria F¨¦lix Rodr¨ªguez de la Fuente, en Burgos.

'El sistema educativo no tiene la culpa, sino los cambios sociales, entre ellos las variaciones en el mercado laboral. Es significativo que haya m¨¢s oferta de empleo para chicos de 16 a 18 a?os que para el resto de las edades', dice Granado.

El informe, encargado por la Plataforma de Organizaciones de Infancia y financiado por el Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales, ha sido realizado por el soci¨®logo, experto en infancia y adolescencia, Domingo Comas, y por Octavio Granado. El estudio El rey desnudo: componentes de g¨¦nero en el fracaso escolar, llama la atenci¨®n sobre el escaso porcentaje de j¨®venes que quieren alcanzar estudios medios (bachillerato y FP de grado medio) y superiores (Universidad y FP de grado superior). Seg¨²n una encuesta del Instituto Nacional de la Juventud (Injuve), en 2000, s¨®lo el 20% de los j¨®venes de 15 a 19 a?os quiere hacer estudios medios o superiores, el 35% en el caso de los que tienen entre 20 y 24 a?os y el 45% de aquellos entre 25 y 29 a?os.

'Ha disminuido la poblaci¨®n que quiere continuar estudiando despu¨¦s de la educaci¨®n obligatoria. Un estudio de 1989 se?alaba que el 83% de los padres quer¨ªa que sus hijos tuviera estudios universitarios, y otro de 2001 indica que este porcentaje se ha reducido al 51%', resalta Granado. 'La situaci¨®n actual es que un alto nivel educativo ya no garantiza la promoci¨®n laboral', a?ade.

Con pocos recursos

El problema, seg¨²n los autores del estudio, deriva de que el sistema educativo tiene pocos recursos en una sociedad que cuenta cada vez con m¨¢s v¨ªas para adquirir conocimientos, puesto que existe un mayor acceso a los libros, a las nuevas tecnolog¨ªas y a los medios de comunicaci¨®n.

'Pero esto no ocurre en el caso de los chicas, que siguen necesitando una cualificaci¨®n superior, como los estudios universitarios, para lograr al tiempo la promoci¨®n laboral y el mismo estatus que los chicos que no tienen ese nivel de cualificaci¨®n. Esto provoca que los chicos crean m¨¢s en su carrera profesional propia y abandonen antes el sistema educativo, y que las chicas sigan confiando en que necesitan una mayor cualificaci¨®n acad¨¦mica. La realidad es que si las chicas no estudian tienen muchas m¨¢s dificultades para integrarse en el mundo laboral, y esto se ve en los datos que aporta el mercado de trabajo', dice Domingo Comas. 'Adem¨¢s, se comprueba que los padres perciben esta situaci¨®n y prefieren que las chicas estudien durante m¨¢s tiempo que los chicos', explica este soci¨®logo, quien a?ade que esta situaci¨®n se debe 'a la p¨¦rdida de la funci¨®n compensadora y de igualdad social que cumpl¨ªan antes los estudios universitarios'.'Se trata de una cuesti¨®n provocada por los procesos sociales y no es en absoluto culpa de la Universidad', concluye.

Granado destaca que 'con menores recursos se le pide a la educaci¨®n que compense una situaci¨®n que no est¨¢ preparada hoy por hoy para compensar' y que 'es llamativo que en la ESO aumente el n¨²mero de alumnos por clase, cuando es la etapa con m¨¢s problemas'. 'Adem¨¢s, la separaci¨®n de los alumnos en itinerarios no parece que cambiar¨¢ nada, porque los resultados en funci¨®n de la variable de sexo son los mismos en etapas muy diferentes, en FP, en la ESO y en el bachillerato', a?ade Granado.