A m¨¢s Popper menos Kuhn
Y o existo. La realidad existe. Y (la realidad) es (para m¨ª) inteligible. Y objetiva. La ciencia es una representaci¨®n mental, objetiva e inteligible de la realidad. O sea: en el bosque los ¨¢rboles se caen aunque no haya testigos y con independencia del humor de un eventual observador o pensador presente o ausente. La ciencia es una construcci¨®n universal. Eso, dicen los fil¨®sofos, se llama realismo cient¨ªfico. Eso, dir¨ªan los lectores de Popper, es Popper.
Yo, digamos, existo. Y la realidad que existe es la m¨ªa, la que yo percibo, la que yo comprendo. La ciencia es una representaci¨®n mental subjetiva cuya inteligibilidad depende de mi momento como individuo dentro de la historia de mi comunidad. O sea: un ¨¢rbol que se cae en un bosque, no s¨®lo se cae en un bosque, tambi¨¦n se cae dentro de un paradigma, es decir, se cae seg¨²n una particular manera de mirar y de interpretar. La ciencia es una construcci¨®n social. Eso, dicen los fil¨®sofos, se llama idealismo cient¨ªfico. Eso, dir¨ªan los lectores de Kuhn, es Kuhn.
?En qu¨¦ quedamos? ?C¨®mo es la ciencia? ?Popperiana o kuhniana? En su ¨²ltimo libro El misterio de los misterios, el fil¨®sofo Michael Ruse se plantea este mismo dilema en el evolucionismo biol¨®gico. ?Es el darwinismo una teor¨ªa realista o una met¨¢fora idealista? Ruse est¨¢ a punto de responder en cada p¨¢gina, pero no llega a hacerlo. Su conclusi¨®n, despu¨¦s de hacer desfilar a todos los protagonistas desde Erasmus Darwin (abuelo de Charles) hasta los l¨ªderes actuales de opini¨®n como Gould, Lewontin, Wilson, Dawkins o Wilson, es que hay tantas razones a favor de Popper como de Kuhn. Interesant¨ªsima confusi¨®n. Creo saber lo que ocurre.
La f¨ªsica puede ser m¨¢s objetiva e inteligible que la biolog¨ªa, la biolog¨ªa que la psicolog¨ªa y la psicolog¨ªa que la sociolog¨ªa. Por eso mismo la sociolog¨ªa contiene m¨¢s ideolog¨ªa que la f¨ªsica. Pero un f¨ªsico y un soci¨®logo pueden ser igualmente cient¨ªficos si ambos apuran sus grados de objetividad e inteligibilidad al m¨¢ximo, aunque tales grados sean l¨®gicamente diferentes. Y lo mismo ocurre con diferentes cuestiones dentro de una misma disciplina; comp¨¢rese, por ejemplo, la gen¨¦tica con la taxonom¨ªa zool¨®gica y ¨¦sta con la etolog¨ªa.
El cient¨ªfico, en su proceso de construir conocimiento cient¨ªfico debe ser, por oficio, tan objetivo y tan inteligible como sea posible, dada la complejidad de la realidad que pretende estudiar y dadas las condiciones de su investigaci¨®n. Hasta aqu¨ª es Popper. Pero nadie es perfecto. La objetividad y la inteligibilidad siempre tienen un l¨ªmite, un l¨ªmite m¨¢s all¨¢ del cual el m¨¦todo cient¨ªfico rueda en el vac¨ªo, un vac¨ªo que hay que rellenar con ideolog¨ªa. A partir de aqu¨ª es Kuhn. Popper es portador de la buena noticia en ciencia, Popper mide el grado de ¨¦xito del m¨¦todo. Kuhn es la mala noticia y mide el fracaso de la empresa cient¨ªfica. Hay pues una especie de ecuaci¨®n que creo que disipa las brumas de la confusi¨®n sobre el car¨¢cter popperiano o kuhniano de la ciencia. Ser¨ªa algo as¨ª como: Popper m¨¢s Kuhn igual a constante. Es decir, en cada ciencia, disciplina cient¨ªfica, tema o cuesti¨®n se puede enunciar que cuanto m¨¢s Popper, menos Kuhn. Y viceversa.
En definitiva y en esencia: Popper, como buen fil¨®sofo de la ciencia, dice c¨®mo la ciencia debe ser y por ello hay que pensar en Popper mientras se hace ciencia; Kuhn, como buen historiador de la ciencia, dice c¨®mo la ciencia es y por ello hay que pensar en Kuhn cuando la ciencia est¨¢ hecha. Popper es prescripci¨®n, Kuhn es descripci¨®n.
Jorge Wagensberg es director del Museo de la Ciencia Fundaci¨®n La Caixa (Barcelona).
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