Bizlove: el amor como un buen plan de negocios
TIM SANDERS TIENE UNO de los t¨ªtulos m¨¢s sexys en el mundo de los negocios: Chief Solution Officer, jefe de soluciones de Yahoo! Acaba de publicar, el d¨ªa de San Valent¨ªn, un libro sobre negocios y amor: Love is the Killer App: How to Win Business and Influence Friends (www.timsanders.com). En estos tiempos dif¨ªciles, Silicon Valley se pregunta sobre aquello que lo motiva y sobre las recetas que le permitir¨¢n reactivarse.
La killer app es una de las expresiones favoritas de los capitanes de la industria inform¨¢tica: la aplicaci¨®n aniquiladora, aquella idea o producto que se impone en el mercado eliminando a la competencia.
Sanders propone 'hacer el amor, no la guerra'. Nada original, pero define el amor como 'el acto de compartir inteligente y sensatamente tu conocimiento y redes con tus socios'. Y prueba a demostrar el inter¨¦s del concepto con dos caracter¨ªsticas de la nueva econom¨ªa: 1) La abundancia de alternativas 'significa el fracaso para los villanos'. 2) Los consumidores tienen tal cantidad de informaci¨®n al alcance de su teclado que 'es casi imposible que un producto mediocre, una compa?¨ªa nociva o una mala persona mantengan en secreto su triste realidad'.
Sanders, cuyas ideas no han permitido que Yahoo! escape a la crisis, aconseja leer mucho. Pero su m¨¦todo es revelador: los libros de pasta dura son mejores que los de bolsillo. La portada con ilustraciones, frecuente en EE UU, debe conservarse ya que 'el dise?o ayuda a mantener el inter¨¦s en el libro'. Sugiere adem¨¢s leer en la cama y cerrar los ojos tras media hora de lectura.
Piense uno lo que piense, el libro de Sanders puede causar impacto en la regi¨®n, ya que esta concepci¨®n del amor como business plan se insertar¨¢ en un debate ideol¨®gico real.
El 3 de enero Kevin Kelly, fundador de la revista Wired, public¨® en The Wall Street Journal un art¨ªculo que, pese a llevar un t¨ªtulo similar ('La red funciona con amor, no avidez'), presenta un problema distinto.
Lo esencial de la red, dice Kelly, es un regalo. Si bien es cierto que los 50 sitios m¨¢s visitados son comerciales a ultranza, la inmensa mayor¨ªa de los m¨¢s de tres millones de sitios existentes no lo son. El 70% de las p¨¢ginas fueron puestas en l¨ªnea, en apenas 2.000 d¨ªas, por gentes cuya motivaci¨®n principal no es el lucro.
Kelly se acerca as¨ª a la noci¨®n de la '¨¦tica hacker', adelantada el a?o pasado por el libro de Pekka Himanen (ahora publicado en Espa?a por Destino), profesor finland¨¦s de la Universidad de Berkeley, con la colaboraci¨®n de Linus Torvalds y Manuel Castells. A diferencia de los crackers, que destrozan las redes, los hackers (www.hackerethic.org) son esos apasionados de la programaci¨®n que fundaron sus primeros clubes inform¨¢ticos cuando tener una computadora significaba construirla con las propias manos. Los distingue de la ¨¦tica protestante, enaltecida por Max Weber y centrada en el dinero y el trabajo, el hecho de que trabajan por placer y con pasi¨®n. Crearon la computadora personal, el movimiento open source y la web. Himanen y Sanders eligen palabras que resultan esclarecedoras. Lo que para uno es 'pasi¨®n' para el otro es 'amor'. La versi¨®n azucarada de Sanders parece un intento por revertir la vuelta de la 'ideolog¨ªa californiana' (http://cci.wmin.ac.uk/HRC/ci/calif5.html), como dice la f¨®rmula propuesta en 1996 por el brit¨¢nico Richard Barbrook para calificar la fusi¨®n entre el esp¨ªritu libre de los hippies y el esp¨ªritu empresarial de los yuppies.
Durante m¨¢s de diez a?os, los activistas del ciberpara¨ªso han sido marginados por los pioneros de esta nueva fiebre del oro. El art¨ªculo de Kelly y el libro de Himanen son maniobras para reconquistar terreno aprovechando la crisis y las dudas que la acompa?an. Sanders ha montado una contraofensiva en nombre de los capitanes de la industria. Y todo en buena lid.
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