Dolor por la muerte de Jos¨¦ Ortega Spottorno

Como razones familiares de salud me impidieron acudir el martes a decir adi¨®s a nuestro entra?able amigo y maestro don Jos¨¦ Ortega Spottorno, deseo dejar constancia escrita de mi dolor y transmitirlo a esa gran familia que form¨¢is todo el equipo al completo de EL PA?S y, claro est¨¢, a su esposa y a sus hijos.

Yo tuve el privilegio de ser invitado por don Jos¨¦ a participar en la aventura del lanzamiento de EL PA?S, que acept¨¦ con entusiasmo. Para m¨ª, como para muchos millares de espa?oles, la familia Ortega ha representado una fuente de inspiraci¨®n y de esperanza. Recuerdo con especial cari?o y nostalgia -yo ten¨ªa entonces 25 a?os- la invitaci¨®n de su padre, don Jos¨¦ Ortega y Gasset, a participar en los cursos del Instituto de Humanidades durante los a?os 48, 49 y 50. En esta invitaci¨®n, que acept¨¦, por supuesto, se dec¨ªa algo que en la vida y en la obra de su hijo se han puesto siempre de manifiesto: 'La finalidad del instituto no es docente, no se trata de 'ense?ar'. Dos actividades caracterizan el objetivo del instituto: dialogar y aprender'.

Un hermoso tratado para la convivencia y el progreso que don Jos¨¦ Ortega Spottorno ha puesto siempre en pr¨¢ctica y que tenemos que agradecerle todos.