La d¨¦cada prodigiosa
El comisario de la muestra Las formas del cubismo. Escultura y vanguardia 1909-1918, Juan Francisco Yvars, ha reunido un conjunto de m¨¢s de medio centenar de obras, 30 esculturas y 26 dibujos, pertenecientes a una quincena de artistas europeos diferentes. En relaci¨®n con el tema propuesto, hay que subrayar una vez m¨¢s, en primer lugar, que pr¨¢cticamente toda la vanguardia del siglo XX se ha apoyado, de una u otra forma, en el cubismo, pero tambi¨¦n que este reconocimiento cr¨ªtico no ha generado todav¨ªa, en relaci¨®n con la escultura cubista, los estudios y exposiciones que debiera, sobre todo, si los comparamos con los que ha suscitado la pintura de este movimiento crucial. Por otra parte, las iniciativas habidas al respecto se han centrado, bien en las figuras individuales m¨¢s potentes y c¨¦lebres, bien lo han hecho seg¨²n criterios de revisi¨®n por pa¨ªses aislados o a trav¨¦s de la consabida apelaci¨®n a esa difusa amalgama de la Escuela de Par¨ªs.
LAS FORMAS DEL CUBISMO. ESCULTURA Y VANGUARDIA 1909-1918
Museo Nacional Centro de Arte Reina Sof¨ªa Santa Isabel, 52. Madrid Hasta el 22 de abril
En este sentido, la aportaci¨®n de la muestra Las formas del cubismo parece, de entrada, obvia, porque no s¨®lo rompe con este tipo de visi¨®n incompleta y sesgada al reunir a los escultores fundamentales del cubismo de un extremo al otro de Europa, sino que tambi¨¦n los ha seleccionado seg¨²n un riguroso e imprescindible orden cronol¨®gico, incluyendo a los que trabajaron durante la segunda d¨¦cada del XX, que fue cuando se articul¨® el lenguaje de la escultura cubista. Esto ¨²ltimo me parece muy importante ya que, precisamente por su car¨¢cter basamental, la escultura cubista se prolong¨® a trav¨¦s de m¨²ltiples derivaciones y mixturas, que afectaron tambi¨¦n a la obra posterior a 1920 de algunos de sus protagonistas hist¨®ricos.
Un buen prop¨®sito tiene, no obstante, sus exigencias, que, para el caso, significa hallar las obras adecuadas de los artistas adecuados, lo cual no siempre es factible. Pero Yvars lo ha logrado en esta exposici¨®n, que cuenta con la presencia de Picasso, Brancusi, Derain, Laurens, Lipchitz, Archipenko, Duchamp-Villon, Zadkine, Gaudier-Brzesca, junto a las figuras se?eras del cubismo checo, como Otto Gutfreund, Emil Filla, Josef Capek, Josef Czaky y Bohumil Kubista. La lista es elocuente, pero refuerza su sentido al ce?irse la selecci¨®n de las obras mediante el cedazo cronol¨®gico antes citado, que es el ¨²nico capaz de explicar objetivamente lo que pas¨® con la escultura cubista.
De manera que la presente exposici¨®n nos va a demostrar c¨®mo hubo ciertamente una sincron¨ªa inventiva no s¨®lo por el obligado rito de paso parisiense, sino que afect¨® tambi¨¦n a ciudades tan alejadas entre s¨ª como Londres y Praga. Pero, desde mi punto de vista, su principal rendimiento va a proceder del esfuerzo llevado a cabo para deslindar en qu¨¦ consisti¨®, en efecto, el arranque de la escultura cubista tras la invenci¨®n proteica del collage y antes de la formalizaci¨®n acad¨¦mica del art D¨¦co, o, lo que es lo mismo, deslindar lo cubista de sus casi simult¨¢neos derivados futuristas y constructivistas, con los que se suele amalgamar en un confuso mont¨®n.
Por lo dem¨¢s, si la ruptura de la
pintura cubista con el ilusionismo de la perspectiva acarre¨® la redefinici¨®n de las diferencias tradicionales entre pintura y escultura, para esta ¨²ltima, sumida en una formidable crisis tras Rodin, supuso el primer desaf¨ªo genuinamente moderno. Los resultados conseguidos al respecto no se pueden limitar s¨®lo al efecto est¨¦tico, ciertamente fecundo, del uso del collage como t¨¦cnica sint¨¦tica, que sirvi¨® a cualquier forma art¨ªstica de expresi¨®n, sino que tambi¨¦n hay que considerar lo que influy¨® en la revolucionaria nueva forma plantearse la talla y la escultura en hierro. Esto ¨²ltimo resulta palpable en la exposici¨®n de Las formas del cubismo, que no s¨®lo recrea ejemplos y episodios, sino su tensi¨®n hist¨®rica subyacente. En cierta manera, se puede decir que nos proporciona la urdimbre est¨¦tica, material y t¨¦cnica por la que empez¨® a definirse y a discurrir la escultura del siglo XX, con lo que vemos lo que est¨¢ presente en la muestra, pero tambi¨¦n inferimos otras muchas cosas que no est¨¢n ahora visibles, aunque s¨ª verdaderamente 'previstas'.
Se?alemos para terminar que, si bien, dada la n¨®mina de artistas reunidos en la exposici¨®n, no cabe sorprenderse con la calidad de las obras seleccionadas, hay bastantes entre ellas poco o nunca vistas y no s¨®lo en nuestro pa¨ªs.
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