Ch¨¢vez inicia la purga de militares disidentes y reprime las protestas

El presidente Hugo Ch¨¢vez orden¨® pasar a retiro o dar de baja a los oficiales y generales disidentes. Al mismo tiempo, los llamados c¨ªrculos bolivarianos (brigadas de choque chavistas) se encargan de reprimir a los sectores sociales que se manifiestan contra las ¨²ltimas medidas fiscales y monetarias o que piden la dimisi¨®n del presidente. La semana se cerr¨® con tres altos oficiales declarados en rebeld¨ªa, que el Gobierno retir¨® de las Fuerzas Armadas, y cuatro heridos (tres estudiantes y un c¨¢mara), agredidos con piedras y hierros por las bandas gubernamentales. Mientras tanto, el alto mando militar convocaba ayer, viernes, una conferencia de prensa para apelar a la calma de los venezolanos.

Los altos oficiales sancionados el jueves fueron el coronel de aviaci¨®n Pedro Soto, que hace dos semanas pidi¨® la dimisi¨®n de Ch¨¢vez; el general Alberto Poggioli, quien estaba dirigiendo el aeropuerto internacional de Maiquet¨ªa, y el general de brigada del Ej¨¦rcito Guaicaipuro Lameda, quien hasta el jueves era el presidente de Petr¨®leos de Venezuela (PDVSA), empresa estatal que est¨¢ considerada como la mayor de Am¨¦rica Latina.

Al conocer la orden de retiro, el coronel Soto la desacat¨®, desafi¨® p¨²blicamente a Ch¨¢vez y anunci¨® que va a continuar activo en la Fuerza A¨¦rea. Desafiante, Soto ret¨® a Ch¨¢vez: 'Ese presidente totalitario ha querido separarme de las Fuerzas Armadas Nacionales. Ese presidente a m¨ª no me puede pasar a retiro, y, si quiere, que ¨¦l venga a quitarme el uniforme en cualquier parte que me encuentre'.

El general Poggioli no se pronunci¨® en p¨²blico contra el Gobierno, pero trascendi¨® que su retiro del cargo se debe a que forma parte del movimiento de militares disidentes. En cuanto al general del Ej¨¦rcito Guaicaipuro Lameda, declar¨® que hab¨ªa dimitido de la presidencia de PDVSA y pedido el retiro del Ej¨¦rcito a principios de febrero en una carta dirigida a Ch¨¢vez. En ella, Lameda ped¨ªa al presidente que rectificara el rumbo de su pol¨ªtica y no convirtiera a PDVSA en la 'caja chica' del Gobierno para cubrir el d¨¦ficit fiscal.

Tras su retiro del Ej¨¦rcito, el general Lameda dijo que el presidente Ch¨¢vez 'est¨¢ entrampado en su propia trampa' al polarizar la sociedad en dos bandos, cuyos enfrentamientos, constat¨®, terminaron en sangre el mismo jueves por la noche. Dijo Lameda que era peligroso que el mandatario anunciara que 'la revoluci¨®n contaba con un ej¨¦rcito de armas, tanques y fusiles', y afirm¨® que si el Ej¨¦rcito se activa es para 'causar bajas' en la poblaci¨®n.

En la ma?ana del jueves, estudiantes de la Universidad Central de Venezuela preparaban una manifestaci¨®n nocturna, denominada Marcha de Antorchas, cuando se produjo la explosi¨®n del coche de una profesora de odontolog¨ªa. El llamado Grupo 23 de Enero, fecha de la ca¨ªda de la dictadura de P¨¦rez Jim¨¦nez en 1958, reivindic¨® la acci¨®n. Por la tarde, activistas del c¨ªrculo bolivariano trataron de impedir la marcha de los estudiantes a base de agredir a manifestantes y periodistas que cubr¨ªan el acto.

El rector de la Universidad Giuseppi Gianetto fue secuestrado durante varias horas en su despacho. Gianetto acus¨® al Gobierno y a Lina Ron, cabecilla de un c¨ªrculo bolivariano, de impedir que saliera la marcha estudiantil: 'Est¨¢n armados con pistolas y fusiles. Esto es fascismo para impedir las protestas mediante el terror'. Meg¨¢fono en mano y acompa?ada de 50 activistas, Lina Ron declaraba a la radio: 'La Universidad es del pueblo. Los estudiantes no pueden pedir que el presidente Ch¨¢vez renuncie'. '?No pasar¨¢n!', gritaba furibunda, y sus acompa?antes agred¨ªan a los c¨¢maras para evitar que los grabaran.

Adem¨¢s de los pronunciamientos de militares disidentes, el mismo jueves un alto funcionario policial dimiti¨® de su cargo por oponerse a la gesti¨®n de Ch¨¢vez. Se trata de Gustavo Egui Bastidas, que hasta esta semana fue subcomisario de la Disip (polic¨ªa pol¨ªtica) y jefe de la contrasubversi¨®n. Egui declar¨® que rechazaba el apoyo del Gobierno a la guerrilla colombiana, el espionaje telef¨®nico a los militares, pol¨ªticos y periodistas, y los maletines con tubos, supuestamente explosivos, que la polic¨ªa entregaba a los 'c¨ªrculos bolivarianos'.

El cardenal de Caracas Ignacio Velasco declar¨® a la revista italiana Famiglia Cristiana que no se puede aceptar 'la agresividad verbal del presidente, su falta de respeto a las personas y las instituciones y la incitaci¨®n al odio entre clases'.