?Cu¨¢nto personal precisa la Administraci¨®n auton¨®mica?
El PP duplica el n¨²mero de altos cargos en siete a?os
La Administraci¨®n auton¨®mica valenciana naci¨® en 1983 como consecuencia de la aprobaci¨®n del Estatuto de Autonom¨ªa. Su crecimiento ha sido sostenido durante dos d¨¦cadas, de acuerdo con el volumen de competencias que el Estado ha traspasado a la Generalitat Valenciana.
El aparato naci¨® con vocaci¨®n austera y esencialmente t¨¦cnica. La limitaci¨®n del n¨²mero de consejer¨ªas que recoge el Estatuto de Autonom¨ªa es reflejo de esa intenci¨®n original. Pero, ?qu¨¦ volumen de personal precisa la Administraci¨®n auton¨®mica?
Los primeros responsables auton¨®micos tem¨ªan reproducir el gigantismo que atribu¨ªan a la Administraci¨®n del Estado, un inmenso aparato que se hab¨ªa consolidado tras cuatro d¨¦cadas de r¨¦gimen franquista y donde hasta los bedeles ten¨ªan la plaza en propiedad.
El mismo debate se extendi¨® a todas las autonom¨ªas. El Pa¨ªs Vasco, por ejemplo, opt¨® por una Administraci¨®n muy restringida, constituida por t¨¦cnicos muy cualificados y muy bien retribuidos. La Generalitat Valenciana, a medio camino, apost¨® por un aparato profesional, pero tal vez se excedi¨® en la contrataci¨®n de personal laboral -que no es considerado funcionario y no tiene la plaza en propiedad. Sucesivos procesos de funcionarizaci¨®n, desarrollados tanto por socialistas como por populares, acabaron reproduciendo inercias anteriores.
Los Gobiernos socialistas bajo mandato de Joan Lerma asumieron precipitadamente el grueso de las competencias auton¨®micas que hoy detenta la Generalitat Valenciana. Las ¨¢reas de Sanidad y Educaci¨®n, por su propia naturaleza, son los dos servicios que mayor volumen de personal llevan aparejados.
El temor a consolidar una n¨®mina excesiva gener¨® un segundo problema. Al margen del volumen de personal laboral, personal contratado con car¨¢cter interino nutre hasta un tercio de las plazas en la Administraci¨®n.
El PP lleg¨® al poder en 1995 con un programa de corte liberal y anunci¨® una inmediata reducci¨®n del n¨²mero de altos cargos al servicio de la Generalitat. Los populares promet¨ªan una Administraci¨®n m¨¢s ¨¢gil capaz de reaccionar con m¨¢s eficacia.
El ¨²ltimo Consell de Joan Lerma sumaba 50 altos cargos desde consejeros, subsecretarios y secretarios generales. Los directores generales, jefes de ¨¢rea y jefes de servicio eran 300 en 1995. En total, 350.
La ¨²ltima relaci¨®n de puestos de trabajo de la Admnistraci¨®n auton¨®mica publicada en el Diario Oficial de la Generalitat Valenciana el pasado 2 de febrero eleva el n¨²mero a 833, bastante m¨¢s del doble. Consejeros, subsecretarios y secretarios generales suman 101. Directores generales, jefes de ¨¢rea y jefes de servicio, 732. Esto hace que el coste del aparato se haya triplicado en siete a?os. La n¨®mina de los altos cargos ascend¨ªa en 1995 a 2.385 millones de pesetas. Ahora suma 7.464 millones.
En un segundo plano, el PP anunciaba tambi¨¦n una dr¨¢stica reducci¨®n de las empresas p¨²blicas. Pero, la realidad es que las sociedades an¨®nimas adscritas a distintas ¨¢reas de la Administraci¨®n se han multiplicado... Y sus deudas tambi¨¦n.
CC OO alertaba hace una semana sobre los terribles efectos de la modificaci¨®n de la Ley de Gobierno aprobada el mi¨¦rcoles en las Cortes Valencianas por el procedimiento urgente de lectura ¨²nica -que no admite la presentaci¨®n de enmiendas y restringe el debate- y que, seg¨²n el sindicato, 'multiplicar¨¢ el n¨²mero de altos cargos', 'crear¨¢ una dispersi¨®n de responsabilidades' y 'dificultar¨¢ el acceso del ciudadano a la Administraci¨®n'.
Un problema cierto deriva de la f¨®rmula usada por el Consell que preside Eduardo Zaplana para ampliar su aparato administrativo. Ahora empiezan a convocarse las primeras ofertas p¨²blicas de empleo tras casi siete a?os de Gobierno.
El resultado de la ecuaci¨®n es evidente. Los garbanzos de la Administraci¨®n siguen siendo duros, sin duda, pero ya no est¨¢ nada claro que sean seguros, como rezaba el dicho. Los cargos de responsabilidad se han cubierto de forma provisional a partir de 'criterios de confianza' que violentan el m¨¦rito y publicidad que debe regir la promoci¨®n en la Administraci¨®n auton¨®mica, seg¨²n la Constituci¨®n.
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