Dos candidatos se disputan hoy la presidencia del debilitado PRI
El partido mexicano vive una crisis desde su derrota electoral en 2000
El ex gobernador de Tabasco Roberto Madrazo, y la portavoz de la C¨¢mara de Diputados, Beatriz Paredes, se disputan hoy la presidencia del opositor Partido Revolucionario Institucional (PRI), el primer partido de M¨¦xico, y aduana parlamentaria del Gobierno de Vicente Fox. La orientaci¨®n del nuevo jefe hacia el populismo o el pragmatismo, probablemente compaginando ambos, incidir¨¢ sobre la estrategia del Ejecutivo y el rumbo del pa¨ªs en su conjunto. No en vano el lema principal de las primarias trascendi¨® las propias filas: 'Lo que le pase al PRI, te pasa a ti'.
El partido fundado en el a?o 1929, convertido en r¨¦gimen pol¨ªtico durante siete decenios, perdi¨® la presidencia de la Rep¨²blica y su cohesi¨®n en julio del a?o 2000, pero retiene el mayor n¨²mero de parlamentarios, alcald¨ªas, gobiernos locales y los sindicatos m¨¢s poderosos.
Los dos aspirantes evitaron las honduras ideol¨®gicas, y prometieron de oficio: democracia interna, humanismo econ¨®mico y alistamiento contra la pobreza, las injusticias sociales, la inseguridad y la corrupci¨®n. 'Pero lo que se est¨¢ dirimiendo es el tipo de relaci¨®n de los pri¨ªstas con la administraci¨®n de Vicente Fox', sostiene Carlos Enrique Casillas, profesor de Ciencias Pol¨ªtica en la Universidad Iberoamericana.
Dos perfiles distintos
Simplificando los perfiles, Madrazo, de 49 a?os, procede del nacionalismo conservador, y afront¨® en campa?a acusaciones de corrupci¨®n que su equipo atribuye a una venganza por sus rebeld¨ªas contra el presidencialismo de Ernesto Zedillo, que gobern¨® entre los a?os 1994 y 2000. Fox reza por su triunfo, seg¨²n las lecturas m¨¢s perversas, porque 'tiene cola de paja', una biograf¨ªa m¨¢s vulnerable, y menor margen en la consecuci¨®n de acuerdos con la izquierda.
Beatriz Paredes, de 48 a?os, comulg¨® con los herederos del nacionalismo revolucionario de los a?os treinta, y exhibi¨® adscripciones al liberalismo de las administraciones pri¨ªstas a partir de 1982. 'Se ha modernizado', sostienen sus defensores. Las refriegas internas de un partido que desayun¨® de izquierdas, almorz¨® de centro y cen¨® de derechas, continu¨® en campa?a, y sus contendientes reclamaron la legitimidad y representaci¨®n negada al contrario; ambos cruzaron cargos de juego sucio, turbias fortunas o trayectorias, uso patrimonial de recursos p¨²blicos, o utilizaci¨®n de las viejas pr¨¢cticas, entre ellas y muy especialmente el acarreo de electores.
'Las circunstancias no se ven f¨¢ciles. Acusaciones de fraude van y vienen entre los dos equipos. Es una competencia entre dos y no tendr¨ªa que esperarse que la ventaja del ganador sea arrolladora', anticipa Mar¨ªa de las Heras, directora de la empresa de encuestas Nemotecnia, que anticip¨® el margen de la victoria de Vicente Fox en las elecciones generales previstas para el a?o 2000.
Los candidatos apostaron por la modernizaci¨®n, aunque no manifiestan el entusiasmo privatizador del actual Gobierno, y el ganador deber¨¢ abortar la construcci¨®n de feudos regionales y una eventual fractura interna, as¨ª como definir el espacio ideol¨®gico que le corresponde al PRI.
El ex gobernador de Tabasco Roberto Madrazo, pidi¨® mayor espacio para los poderes locales y arrebatar el PRI a 'la nomenclatura, que lo convirti¨® en una oficina electoral de la presidencia'. Mientras, la candidata Beatriz Paredes enarbol¨® la bandera de la decencia: 'Tengo las manos limpias', declar¨®, 'y los malos pri¨ªstas traicionaron la cultura de la legalidad y la sociedad nos castig¨®'.
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