Un Mallorca desastroso, f¨¢cil presa del Sevilla

Desastre total del Mallorca. El Sevilla dej¨® al equipo de Sergio Kresic en estado de coma profundo al derrotarlo por un marcador contundente y suficientemente expresivo: 0-4. Hac¨ªa a?os que no se ve¨ªa a un Mallorca tan dubitativo, tan mal en todas sus l¨ªneas y, lo que es peor, sin que se adivine en su oscuro horizonte un m¨ªnimo atisbo de recuperaci¨®n.

Kresic situ¨® en el campo a todas sus estrellas, Losada, Ibagaza, Luque y Eto'o, en una apuesta netamente ofensiva. Pero el Sevilla, que llevaba cuatro partidos seguidos sin ganar, sentenci¨® el lance con sendos goles al inicio de cada periodo y, adem¨¢s, pudo recrearse ante un rival lastrado por el cemento en sus botas y un miedo terrible, producto de una situaci¨®n desesperada, que le impide reaccionar hacia la salvaci¨®n.

Los jugadores de Joaqu¨ªn Caparr¨®s tuvieron que ser los primeros sorprendidos al comprobar las facilidades que les daban sus adversarios. Otra vez apuntan, pues, hacia la Copa de la UEFA. Pero todo, hay que insistir en ello, gracias a las facilidades que encontraron en un campo que despide un pufo terrible a Segunda Divisi¨®n.

El Mallorca, que empez¨® la Liga con la mente puesta en la Liga de Campeones, no est¨¢ ¨²ltimamente acostumbrado a pelear al filo del precipicio y le cuesta mucho evadirse del puesto de descenso directo que ocupa en la actualidad. Su juego es rampl¨®n, lento, reiterativo... Y de ¨¦l se contagian todas sus figuras. Nunca antes se hab¨ªa visto a Carlos Lechuga Roa, un portero de contrastada solvencia, tan inseguro e impreciso. Lo mismo ocurre con el Ca?o Ibagaza, Luque y Eto'o, es decir con la columna vertebral del equipo.

En una situaci¨®n cr¨ªtica, los aficionados aguantaron hasta el cuarto gol sevillista (minuto 63) para empezar a expresar su enfado ante los m¨¢ximos responsables de la entidad.

En pleno caos llegaron las noticias esperanzadoras desde Anoeta, con el empate 2-2 del Rayo ante la Real Sociedad, que todav¨ªa otorga posibilidades al Mallorca. Triste consuelo porque el Mallorca, mal que le pese, ya no depende de s¨ª mismo para mantener la categor¨ªa.

Por este motivo, el vestuario rojillo fue un funeral al finalizar el partido. Kresic se encerr¨® con los suyos y s¨®lo se permiti¨® la entrada al presidente, Mateo Alemany, que acudi¨® a dar ¨¢nimos a sus futbolistas. El t¨¦cnico croata asumi¨® su cuota de responsabilidad, pero reiter¨® que no se le ha pasado por la cabeza presentar la dimisi¨®n.