'El Pacto de Estabilidad se ha mantenido y respetado pese a la reacci¨®n alemana'
A ra¨ªz del aviso a Alemania por su elevado d¨¦ficit y la posterior rectificaci¨®n del Consejo de Ministros de Finanzas (Ecofin), Pedro Solbes acaba de pasar una de las temporadas m¨¢s tensas desde que en 1999 accedi¨® al puesto de comisario de Asuntos Econ¨®micos y Monetarios. Pero Solbes, nacido en 1942, mantiene que volver¨¢ a actuar de igual manera en situaciones similares y que en ning¨²n momento se ha planteado dimitir. El comisario califica de 'sorprendentes' algunas declaraciones lanzadas desde Berl¨ªn, porque asegura que el Ejecutivo comunitario se limit¨® a aplicar el Pacto de Estabilidad tal como fue suscrito por todos en 1997, precisamente por imposici¨®n alemana.
Pregunta. ?Le ha supuesto el aviso a Alemania el primer disgusto de la ¨¦poca euro?
'Alemania se acercar¨¢ a¨²n m¨¢s al l¨ªmite del 3% de d¨¦ficit para finales de este a?o'
'Los avances en las reformas econ¨®micas de la UE son, en general, insatisfactorios'
Respuesta. El procedimiento que sigui¨® el Consejo Ecofin no es lo que hab¨ªa propuesto la Comisi¨®n, pero en sustancia lo que acordaron los ministros estaba en consonancia con la Comisi¨®n. El Consejo tiene derecho a decir no a la Comisi¨®n; en todo caso, el procedimiento sigue siendo v¨¢lido y la posibilidad de utilizar la alerta o primer aviso sigue abierta y la Comisi¨®n la seguir¨¢ utilizando cuando haga falta.
P. Pero en ese Consejo, Alemania se comprometi¨® a cumplir con lo obvio, con el Pacto de Estabilidad que firm¨® en 1997.
R. Se comprometi¨® a algo m¨¢s: acept¨® llegar al equilibrio presupuestario en 2004, y no en 2006 como hab¨ªa previsto.
P. ?No ha sido exagerada la reacci¨®n de Alemania contra la Comisi¨®n?
R. Prefiero no juzgarlo. A la Comisi¨®n le correspond¨ªa hacer lo que ha hecho. Nos limitamos a aplicar lo que se hab¨ªa pactado en 1997, y por eso algunas reacciones que se produjeron en Alemania me causaron cierta sorpresa.
P. El canciller Gerhard Shr?der lleg¨® a decir que la Comisi¨®n hab¨ªa actuado por 'otros motivos' al margen de los econ¨®micos.
R. Fue una declaraci¨®n que no se justifica con los datos. De las cifras se desprende que Alemania tiene una divergencia alta: m¨¢s de un punto de diferencia de d¨¦ficit entre lo previsto y la realidad en 2001. Y en 2002, seg¨²n nuestras previsiones, se acercar¨¢ a¨²n m¨¢s al l¨ªmite del 3%. Existen riesgos, y ante ellos el reglamento prev¨¦ lanzar la alerta. Por eso lo hicimos.
P. ?Cabe en los pr¨®ximos meses un segundo aviso a Alemania?
R. No est¨¢ planteado en estos momentos. Con los datos de las previsiones en la mano, no habr¨¢ motivo.
P. El Ecofin opt¨® por una f¨®rmula intermedia, pero usted hab¨ªa advertido que s¨®lo cab¨ªa la opci¨®n de aceptar o no la alerta.
R. La Comisi¨®n hizo una propuesta y el Consejo ten¨ªa derecho a decir s¨ª o no. Dijo no y, de acuerdo con la reglamentaci¨®n existente, explic¨® sus motivos y asumi¨® que exist¨ªa un compromiso de Alemania y Portugal para cumplir el Pacto.
P. ?No cree que precisamente ha sido este Pacto y su esp¨ªritu lo que ha resultado debilitado en esta historia?
R. Hay que distinguir entre la sustancia y el procedimiento. En sustancia, el Pacto ha quedado mantenido y respetado pese a las reacciones alemanas. En cuanto al procedimiento, el Consejo ha utilizado una f¨®rmula distinta a lo previsto, aunque no carece de l¨®gica. Pero si vuelve a producirse una situaci¨®n similar, la Comisi¨®n se comportar¨¢ de la misma manera.
P. ?Se ha sentido minusvalorada la Comisi¨®n por el Consejo?
R. La Comisi¨®n hubiera preferido que se hubieran seguido los pasos previstos en el procedimiento. Pese a todo, la Comisi¨®n ha valorado que la recomendaci¨®n en s¨ª haya sido respetada por Alemania y Portugal.
P. ?Pero lleg¨® Alemania a exigir que la Comisi¨®n retirase su propuesta?
R. Esa idea se lleg¨® a plantear por uno u otro pa¨ªs, pero la Comisi¨®n la mantuvo.
P. ?Qu¨¦ reflexi¨®n le merece el hecho de que Alemania, el pa¨ªs que impuso en 1997 las condiciones del Pacto, haya sido ahora el que se ha rebelado contra la alerta?
R. Alemania exig¨ªa una aplicaci¨®n estricta del Pacto, y ¨¦sa es la l¨ªnea que ha seguido la Comisi¨®n. Como Comisi¨®n, no nos corresponde ahora juzgar la reacci¨®n de Berl¨ªn.
P. Algunos han comentado que en pleno frenazo de la econom¨ªa alemana no parec¨ªa estrat¨¦gicamente adecuado lanzar esa alerta.
R. Alemania puede utilizar los estabilizadores autom¨¢ticos, pero el Pacto es muy preciso en cuanto al l¨ªmite del d¨¦ficit del 3% del PIB. Tal y como est¨¢ redactado el Pacto, no se admite la superaci¨®n de este l¨ªmite, aunque la situaci¨®n econ¨®mica sea mala. La ¨²nica excepci¨®n es haber entrado en una recesi¨®n del 2% durante dos trimestres consecutivos.
P. Puede haber en los pr¨®ximos meses una reelaboraci¨®n o reedici¨®n del Pacto.
R. El Pacto sigue siendo b¨¢sicamente correcto. Lo que ocurre es que algunos pa¨ªses han llegado a una situaci¨®n peor por no haber alcanzado antes el equilibrio presupuestario. No soy partidario de que el Pacto se modifique.
P. ?Cu¨¢l ha sido el papel de la presidencia espa?ola de la UE en este caso?
R. Ha hecho el papel que le correspond¨ªa: buscar una salida a una situaci¨®n compleja.
P. ?Se ha sentido usted desautorizado y ha llegado incluso a plantearse la dimisi¨®n?
R. No, no, nunca. En otras circunstancias quiz¨¢ me lo hubiera planteado. Una ventaja de ser comisario es que nadie te puede quitar, y somos responsables de nuestros aciertos y de nuestros errores. Estoy aqu¨ª para cinco a?os, y mi idea es agotar el mandato.
P. Acaba de decir en un informe que en 2001 ha habido un escaso impulso a las reformas econ¨®micas en la UE.
R. Se ha avanzado, pero ha sido un a?o dif¨ªcil. Se ha avanzado algo en comercio electr¨®nico y comunicaciones, tambi¨¦n en ferrocarril, pero no en otros aspectos muy importantes: servicios financieros, energ¨ªa, mercado de trabajo... Los avances, en general, son insatisfactorios si pretendemos lograr lo que se acord¨® en Lisboa: ser la econom¨ªa m¨¢s competitiva del mundo en 2010. Y si es as¨ª, no basta con avanzar, sino que hay que avanzar m¨¢s que los dem¨¢s. La productividad por empleado, por ejemplo, ha bajado algo con respecto de EE UU, aunque es cierto que ha aumentado la cifra de empleados en Europa.
P. ?Cu¨¢l es el dibujo que hace para la econom¨ªa europea en los pr¨®ximos meses?
R. En noviembre pasado ya previmos que habr¨ªa una ca¨ªda hasta finales de a?o, pero que luego habr¨ªa una ligera recuperaci¨®n en los primeros meses de 2002 y una mayor en el segundo semestre. El esquema sigue siendo v¨¢lido. No hay que ser excesivamente optimistas y pensamos que el crecimiento en este a?o ser¨¢ muy similar, o quiz¨¢s inferior, al del a?o anterior.
P. ?Sigue manteniendo que el aumento de la inflaci¨®n en enero no se debe al euro?
R. Seguro. Se debe a otros factores, como la elevaci¨®n de impuestos o el incremento de precios de frutos y hortalizas. El impacto del euro ha sido m¨ªnimo, casi imperceptible.
P. El pr¨®ximo d¨ªa 28 desaparece la peseta.
R. Estamos en un momento hist¨®rico. La gente se sorprender¨¢ cuando se hable el d¨ªa 28 de la desaparici¨®n de la peseta, porque de hecho ya ha desaparecido. Hab¨ªa escepticismo cuando dijimos que el cambio se producir¨ªa en dos o tres semanas, pero as¨ª ha sido. Hasta ahora, el objetivo era introducir el euro. Hoy, la meta es explotar el euro.
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