'Par¨ªs-Barcelona' contrasta el arte creado en las dos ciudades entre 1888 y 1937
El Museo Picasso re¨²ne 648 obras de Vang Gogh a Dal¨ª pasando por C¨¦zanne y Picabia
Es una exposici¨®n de las que quitan el hipo. Nada menos que 648 obras, en gran parte piezas maestras del arte del pasado siglo, que reflejan no s¨®lo la relaci¨®n entre Par¨ªs y Barcelona, m¨¢s bien la influencia que la capital francesa ejerci¨® sobre los artistas catalanes, sino tambi¨¦n la evoluci¨®n del arte de un periodo tan rico en innovaciones como el que abarca entre 1888 y 1937. La exposici¨®n, que en octubre se present¨® en el Grand Palais de Par¨ªs, la inauguran esta tarde los duques de Palma en el Museo Picasso de Barcelona, en donde puede verse hasta el 26 de mayo.
Para la exposici¨®n Par¨ªs-Barcelona, una de las m¨¢s grandes y espectaculares que se han presentado en el Museo Picasso de Barcelona, el centro ha tenido que recurrir no s¨®lo a sus nuevas cuatro salas de exposiciones temporales, sino tambi¨¦n a las que antes de la reforma dedicaba a este uso. Las obras -pinturas, mobiliario, esculturas, dibujos, grabados, fotograf¨ªas, revistas, joyer¨ªa...- proceden de museos y colecciones privadas de todo el mundo.
El recorrido, dividido en 14 ¨¢mbitos, transporta al visitante de sorpresa en sorpresa tanto por la importancia de algunas de las obras exhibidas -desde El pobre pescador, de Puvis de Chavannes, a La mas¨ªa, de Mir¨®, pasando por Plum Brandy, de Manet, Cabeza de mujer, de Van Gogh, o Le Moulin de la Galette, de Picasso- como por las comparaciones que el montaje establece entre obras de artistas franceses y sus seguidores catalanes. Dos ejemplos interesantes en este aspecto son el contraste entre La Danaide, de Rodin, el escultor que marc¨® la segunda mitad del siglo XIX, y El desconsol, de Josep Clar¨¤, uno de los principales escultores noucentistas, y el que se establece entre las Ba?istas de C¨¦zanne y La primavera de Joaquim Sunyer.
Dos exposiciones universales marcan el inicio y el final de la exposici¨®n. La de 1888 se celebr¨® en Barcelona y en el recinto del actual parque de la Ciudadela triunf¨® el modernismo que reflejaba el auge de la nueva ciudad industrial. La de 1937 se celebr¨® en Par¨ªs y all¨ª, en el Pabell¨®n de la Rep¨²blica, se presentaron algunas de las obras m¨¢s representativas de la vanguardia del siglo XX, como el Guernica, de Picasso, o la Montserrat, de Julio Gonz¨¢lez. 'Naturalmente, en aquella ¨¦poca Par¨ªs era la capital del mundo art¨ªstico y Barcelona, que quer¨ªa convertirse en una ciudad moderna, dirigi¨® su vista hacia Par¨ªs', coment¨® Mar¨ªa Teresa Oca?a, comisaria general de la exposici¨®n junto a Brigitte Leal, conservadora jefa del Centro Georges Pompidou de Par¨ªs. La capital francesa atrajo a numerosos artistas catalanes y fue as¨ª como creadores como Picasso, Mir¨® o Dal¨ª acabaron all¨ª convertidos en los grandes pioneros del arte de vanguardia.
El recorrido, denso y largo, tiene algunos momentos especialmente fuertes. Destacan los apartados dedicados a contrastar la obra de Gaud¨ª, especialmente piezas de mobiliario, algunas de las cuales no se hab¨ªan exhibido hasta ahora al p¨²blico, como la del franc¨¦s Hector Guimard. Tambi¨¦n resulta impactante la sala dedicada los pintores catalanes en Par¨ªs, cuya obra se enfrenta, y aqu¨ª quedan algunos pasos por detr¨¢s, a la de Manet, Deg¨¤s o Tolouse-Lautrec, del que se exhibe un dibujo que tiene como modelo a la misma que aparece en el cuadro de Ram¨®n Casas La Madelaine. El apartado dedicado al retorno al orden, la sala cubista o el espacio que recrea la exposici¨®n de Picabia en las galer¨ªas Dalmau de Barcelona en 1922 son otros grandes momentos de un recorrido que gana espectacularidad a medida que se acerca al final. El surrealismo, con grandes obras de Mir¨® y Dal¨ª, o el ¨²ltimo apartado dedicado al Pabell¨®n de la Rep¨²blica ponen el colof¨®n a esta exposici¨®n, que por primera vez ha permitido mostrar no s¨®lo el reflejo de la modernidad en Catalu?a, sino tambi¨¦n el espejo en el que se miraba.
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