El Supremo congela

El Gobierno ha logrado que el Tribunal Supremo le d¨¦ la raz¨®n en el espinoso asunto de la congelaci¨®n salarial de los funcionarios durante el a?o 1997, y lo ha conseguido en un tiempo inusualmente r¨¢pido en el ¨¢mbito de la justicia. Hace apenas un a?o, la Audiencia Nacional, en una sentencia que a juicio del Gobierno invad¨ªa sus competencias y las del Parlamento, declar¨® nula dicha congelaci¨®n y reconoci¨® el derecho de los funcionarios p¨²blicos a percibir el incremento de retribuci¨®n equivalente al IPC previsto en los Presupuestos de ese a?o, m¨¢s las cantidades dejadas de cobrar en los a?os siguientes como consecuencia de la no aplicaci¨®n de dicho incremento.

El ahorro que va a suponer el fallo del Supremo se calcula en unos 3.000 millones de euros -medio bill¨®n de pesetas-, que es lo que dejar¨¢n de percibir los funcionarios p¨²blicos, consolidando con ello la decisi¨®n tomada por el primer Gobierno de Aznar. El fallo ser¨¢ recurrido ante el Constitucional por CC OO, por supuesta vulneraci¨®n del derecho a la tutela judicial efectiva. Pero ello no ha impedido que el vicepresidente Rajoy, firmante del decreto de congelaci¨®n cuando era ministro de Administraciones P¨²blicas en 1997, lo haya calificado de 'l¨®gico y de sentido com¨²n'.

Habr¨¢ que ver qu¨¦ argumentos utiliza el Supremo para desmontar convincentemente los que la Audiencia Nacional esgrimi¨® en su sentencia -algunos de ellos, muy endebles- para estimar la pretensi¨®n de los funcionarios p¨²blicos. La reclamaci¨®n, m¨¢s por desidia o dejadez del Gobierno que por falta de argumentos, desbord¨® desde sus inicios lo que es una mera 'cuesti¨®n de personal' para convertirse en un asunto jur¨ªdico y pol¨ªtico de envergadura sobre el derecho a la negociaci¨®n colectiva en las administraciones p¨²blicas y el contenido y l¨ªmites de la Ley de Presupuestos.

El Supremo ha reconducido de nuevo el tema a 'una cuesti¨®n de personal', pero siempre quedar¨¢ la duda de si lo ha hecho para facilitar la impugnaci¨®n de una sentencia en principio no recurrible. El Gobierno ha dado la impresi¨®n de querer utilizar al Supremo contra la Audiencia Nacional en un asunto crucial de su pol¨ªtica presupuestaria, forzando al l¨ªmite la v¨ªa de los recursos. Una vez m¨¢s, su arrogancia o imprevisi¨®n (no tomar en serio en sus inicios el recurso sindical) ha rebotado en los jueces, echando sobre ellos la responsabilidad de desenredar la madeja de expectativas -y ahora de posibles frustraciones- que se hab¨ªa ido creando en estos a?os en el ¨¢mbito funcionarial.