Europa, en constituci¨®n
La Uni¨®n Europea entr¨® ayer en una nueva etapa, pr¨¢cticamente constituyente, al inaugurarse en Bruselas la Convenci¨®n que ha de preparar la pr¨®xima reforma institucional y delinear un 'tratado constitucional para Europa', como lo bautiz¨® ayer, para evitar disputas sem¨¢nticas, el presidente de este nuevo foro, Val¨¦ry Giscard d'Estaing. La ¨²ltima palabra la tendr¨¢n los Gobiernos, que en 2004 deben acordar por unanimidad las reformas, y en ¨²ltima instancia, los parlamentos, que habr¨¢n de ratificarlas, aunque no podr¨¢n ignorar lo que acabe poniendo sobre la mesa esta Convenci¨®n.
La reforma que introdujo el Tratado de Niza, a¨²n no vigente y que fue rechazado en refer¨¦ndum por Irlanda, se quedaba corta. La Uni¨®n que asoma en el horizonte, con 25 a 30 Estados miembros, una moneda ¨²nica y en un mundo mucho m¨¢s complejo, requiere repensar su arquitectura. El momento no es el mejor con la econom¨ªa central, la alemana, en recesi¨®n; EE UU se?oreando como ¨²nica superpotencia militar, y elecciones en varios pa¨ªses que pueden llevar a un Consejo Europeo menos europe¨ªsta, menos favorable a la integraci¨®n, acentuando as¨ª la tendencia de un desplazamiento del poder en la UE de la Comisi¨®n Europea a los Gobiernos, al Consejo.
Si hubiera que resaltar una cuesti¨®n b¨¢sica que ha de resolver esta Convenci¨®n de 105 personas (en la que est¨¢n representados los gobiernos y parlamentos de 28 pa¨ªses, la Comisi¨®n Europea y la Euroc¨¢mara) es el sistema de elecci¨®n del presidente de la Comisi¨®n -?lo nombrar¨¢n los gobiernos o saldr¨¢ de unas elecciones al Parlamento Europeo?- y si esta instituci¨®n conservar¨¢ el monopolio de proponer legislaci¨®n. Todo ello cuando la Comisi¨®n acaba de lanzar un ¨®rdago institucional al plantear ante el Tribunal de Luxemburgo un conflicto de competencias con el Consejo a cuenta de una subvenci¨®n de importancia secundaria. Y cuando Schr?der y Blair proponen reforzar el Consejo Europeo como ¨®rgano rector de la Uni¨®n, al tiempo que trabajan para que la UE no cueste un euro m¨¢s.
En este contexto, es positivo que el actual presidente del Consejo, Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar, haya pedido nuevas transferencias de competencias estatales a la UE, aunque le haya faltado precisi¨®n. Cuando la UE se adentra en terrenos que tocan a la esencia misma de la soberan¨ªa estatal -los impuestos y los presupuestos, la pol¨ªtica exterior y de defensa y la interior y de justicia- cada paso es m¨¢s dif¨ªcil. Y, sin embargo, aunque sea de un modo nuevo que no es ni federal ni confederal, por esa senda se debe adentrar Europa.
La Convenci¨®n, que ha de presentar unos primeros resultados en junio en el Consejo Europeo de Sevilla y terminar sus trabajos en julio de 2003, no ser¨¢ el final, sino una etapa m¨¢s hacia unos Estados Unidos de Europa, una Uni¨®n de Estados Europeos o una Federaci¨®n de Estados-naci¨®n. En todo caso, a¨²n estamos lejos de poder empezar la Constituci¨®n europea con aquellas palabras que abren la que en 1787 redact¨® la Convenci¨®n de Filadelfia: 'Nosotros, el pueblo...'.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.