La ca¨ªda de un ¨ªdolo
La polic¨ªa halla EPO y morfina en la casa del ciclista Frank Vandenbroucke
Al doctor Mabuse le detuvo la polic¨ªa belga cerca de Gante por superar en 28 kil¨®metros por hora el l¨ªmite de velocidad y como conduc¨ªa un coche no asegurado lo consideraron sospechoso. Era el mediod¨ªa del mi¨¦rcoles. Registraron el veh¨ªculo. En el maletero encontraon varias cajas de medicamentos. Anfetaminas y otros productos no identificados. 'He pasado la noche en casa de Frank Vandenbroucke', dijo a la polic¨ªa. 'Estos productos son suyos'. Las alarmas se dispararon. Vandenbroucke, el gran crack del ciclismo belga que, a los 27 a?os, disfrutaba de una nueva oportunidad de rehabilitaci¨®n, hab¨ªa vuelto con el doctor Mabuse.
A las seis de la tarde, Vandenbroucke, que regresaba a su domicilio de Lebbeke despu¨¦s de un entrenamiento en las Ardenas flamencas, se encontr¨® con la polic¨ªa en la puerta. Registraron su casa. Encontraron peque?as cantidades de EPO, la droga m¨¢s usada por los deportistas de resistencia, del anabolizante clenbuterol, muy usado para engordar ganado, y de morfina. 'Son productos para el perro', dijo. Pas¨® la noche en comisar¨ªa. Le hicieron un control de orina. Fue interrogado, pero no dijo nada. 'Ha estado evasivo', explic¨® el fiscal. 'No ha dicho por qu¨¦ ten¨ªa esos productos; no ha dicho si los ha utilizado, pero tampoco lo contrario'. Por la ma?ana, a¨²n en ch¨¢ndal, en zapatillas de montar en bicicleta, fue conducido, esposado, la imagen del hundimiento definitivo,ante el juez, que le puso en libertad, aunque puede ser condenado a una pena de entre un mes y cinco a?os de c¨¢rcel. Su equipo, el Domo, el quinto en nueve a?os de turbulenta carrera, le ha despedido. Mabuse, que tambi¨¦n delat¨® al corredor Nico Mattan, a quien la polic¨ªa registr¨® la casa a las 5.30 de la ma?ana, ingres¨® en la prisi¨®n.
'Me estoy reconstruyendo', dijo hace dos meses. 'Creo que ¨¦sta es mi ¨²ltima oportunidad'
Bernard Sainz, conocido como doctor Mabuse en los medios ciclistas, es un ex corredor de nivel bajo, criador de caballos, cuidador de ciclistas y presunto camello. Discreto y evasivo, habitual en las carreras ciclistas, Sainz, franc¨¦s, sali¨® involuntariamente del anonimato en mayo de 1999, cuando fue detenido en Par¨ªs, acusado de tr¨¢fico de productos dopantes y de ejercicio ilegal de la medicina. Cumpli¨® dos meses de prisi¨®n. Vandenbroucke y algunos ciclistas m¨¢s pasaron por comisar¨ªa como beneficiarios de los servicios de Sainz.
Despu¨¦s del incidente, Vandenbroucke, el ciclista con m¨¢s clase y talento nacido en B¨¦lgica desde la retirada del can¨ªbal Eddy Merckx, prometi¨® p¨²blicamente que romp¨ªa sus v¨ªnculos con Mabuse, pese a que le consideraba un sabio, una gran persona. Fue una m¨¢s de las promesas rotas del ciclista que m¨¢s ha enamorado.
Frank Vandenbroucke es ciclista, pero, por su estilo de vida, podr¨ªa ser perfectamente cantante de rock, estrella de cine o gigol¨®. Es voluble, eg¨®latra, individualista, excesivo, guapo, elegante, joven, indolente, mujeriego, aficionado a las sustancias prohibidas e inmaduro.
Es ciclista porque su padre y su t¨ªo han sido ciclistas, y muy buenos. Pero ¨¦l era mejor. Tambi¨¦n m¨¢s conflictivo. Incapaz de callarse lo que pensaba. Hombre de acci¨®n que rompi¨® con su primer equipo, el Lotto, porque no aguantaba m¨¢s a su padre, que trabaja all¨ª de mec¨¢nico. Sigui¨® huyendo y cambiando de equipo. Alcanz¨® el c¨¦nit deportivo en 1999, ganando la Lieja-Basto?a-Lieja, uno de los monumentos del ciclismo; empez¨® a arrastrarse varios meses despu¨¦s, cuando abandon¨® a su novia, embarazada de seis meses (su hija Cameron vive con un primo del ciclista), dej¨® de correr, se fue con Sara, una modelo italiana, y desapareci¨® del mundo. Volvi¨® a salir a la superficie a finales de 2000, cuando el Lampre apost¨® por su recuperaci¨®n. En junio, hartos los responsables de su falta de responsabilidad, le despidieron. Poco despu¨¦s ingres¨® en un centro de desintoxicaci¨®n. Volvi¨® a encontrar otra mano que confiaba en su recuperaci¨®n, la de Patrick Lefev¨¨re, director del Domo. Un nuevo contrato. Tuvo con Sara otra hija, Margaux. Una familia. Una nueva vida. Un nuevo enga?o. 'Me estoy reconstruyendo', dijo, optimista, hace dos meses. 'Pero si esto no funciona creo que ser¨¢ mi ¨²ltima oportunidad'.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.