La man¨ªa de El Ni?o
La rutina de Sergio Garc¨ªa antes de cada golpe, unos movimientos que duran hasta 40 segundos, es asunto de debate en EE UU
![Carlos Arribas](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/https%3A%2F%2Fs3.amazonaws.com%2Farc-authors%2Fprisa%2Fe3f9d365-91a0-4554-a5c4-70f3bf1ea029.png?auth=e6426bc0be73ca7a1a032b8f3a5a8f5479303facc987fc5270aa197eb094c06b&width=100&height=100&smart=true)
'Si Sergio Garc¨ªa estuviera en su partido de golf, ?cu¨¢nto aguantar¨ªa?', pregunta a sus lectores online el muy serio diario norteamericano The Atlanta Journal and Constitution. El 7% de los que han contestado a la encuesta responde que nueve hoyos y un 15% que el partido entero, pero la inmensa mayor¨ªa, el 78%, es puramente expeditiva y marca la tercera opci¨®n: 'Le coger¨ªa el palo y se lo partir¨ªa por la mitad'.
No es un impulso. Es simplemente la respuesta meditada de una mayor¨ªa de jugadores aficionados que se empapa de los torneos por televisi¨®n a las man¨ªas del Ni?o, a toda la parafernalia pregolpe del joven golfista de Castell¨®n, que se ha convertido en uno de los grandes asuntos de debate de principios de temporada.
Sergio Garc¨ªa menea el palo antes de los golpes largos, lo menea en el tee y lo menea en la calle. Mueve el palo y lo pone detr¨¢s de la pelota, despu¨¦s lo mueve un par de pulgadas m¨¢s lejos, despu¨¦s vuelve r¨¢pido detr¨¢s de la pelota. Menea el palo y mueve los dedos, la empu?adura, el grip, que dicen los golfistas. Un movimiento nervioso, casi un tic. Levanta el pulgar izquierdo, levanta tres dedos de la mano derecha. Y todos estos movimientos, por lo menos una docena de veces antes de cada golpe. Puede tardar hasta 40 segundos en darlo.
Alg¨²n l¨®gico-f¨ªsico ha intentado contar todos los meneos durante un partido, encontrar una estructura oculta, una rutina repetida, y se ha vuelto loco. No hay l¨®gica. Hay meneos del palo largo y meneos cortos. Y, de repente, siempre sorprendentemente, da el golpe. No le pueden penalizar por juego lento porque luego es ¨¢gil recorriendo la calle hasta su bola.
Los realizadores de televisi¨®n est¨¢n preocupados. ?C¨®mo transmitiremos a Sergio?, se preguntan. Una ley fija dice que una vez que un realizador decide pinchar a un jugador poco antes de dar un golpe no puede cambiar a otro hasta que el primero haya terminado. El realizador se pone nervioso esperando que Garc¨ªa termine su rutina, se le llevan los demonios pensando en el nerviosismo de los espectadores.
Los jugadores que juegan con Garc¨ªa tambi¨¦n confiesan su sufrimiento desde que el espa?ol empez¨® con todos sus movimientos, el pasado junio, en el Abierto de Estados Unidos. David Howell, uno de los j¨®venes talentos que llegan al circuito norteamericano, jug¨® contra Garc¨ªa la pasada semana en el Mundial Match-play. Se le ve¨ªa mirar al espa?ol en el tee, mirar a la calle, mirar al tee. 'Cont¨¦ todos sus meneos una vez', dice; 's¨®lo para distraerme'.
Scott McCarron, el rival que le derrot¨®, sigui¨® otra estrategia. Aprovech¨® los consejos que le dio su amigo Paul Azinger por tel¨¦fono: 'Me dijo que no le mirara ni una sola vez. Y eso hice. Mir¨¦ las copas de los ¨¢rboles, las nubes; mir¨¦ a las capas de hierba, beb¨ªa algo de agua, le¨ª el peri¨®dico, hice de todo, pero no le mir¨¦'.
Cuando la man¨ªa del Ni?o se hizo evidente, su padre y entrenador, V¨ªctor Garc¨ªa, reconoci¨® que era un problema que no le gustaba y que trabajar¨ªa para eliminarlo. Poco despu¨¦s se dio por vencido. 'Es algo que no afecta a su calidad de juego, as¨ª que no lo tocaremos', dijo. 'Tengo derecho a hacerlo', explica el jugador; 'no golpeo la bola hasta que visualizo bien el golpe y es una rutina como otra cualquiera para ayudarme'.
Los waggles, como se llama a la man¨ªa de mover tanto el palo y las manos en la jerga inglesa del golf, son algo conocido e hist¨®rico. Se define como un ansiol¨ªtico que suelta las mu?ecas y transmite el feeling del palo. Y un viejo consejo de golf prescribe cultivar 'el waggle, pues as¨ª como hagas el waggle as¨ª te saldr¨¢ el swing'.
El tenista Jimmy Connors tuvo una man¨ªa durante cierta ¨¦poca: botaba 18 veces la pelota antes de sacar para exasperaci¨®n de sus rivales al otro lado de la red. Cuando a Jimbo le transmitieron esta molestia, inmediatamente redujo su rutina a s¨®lo cuatro botes. Al pen¨²ltimo que le pregunt¨® por ello, Garc¨ªa le respondi¨®: 'Si no te gusta, no lo mires'.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.
Sobre la firma
![Carlos Arribas](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/https%3A%2F%2Fs3.amazonaws.com%2Farc-authors%2Fprisa%2Fe3f9d365-91a0-4554-a5c4-70f3bf1ea029.png?auth=e6426bc0be73ca7a1a032b8f3a5a8f5479303facc987fc5270aa197eb094c06b&width=100&height=100&smart=true)