Domingo victorioso de Olaz¨¢bal y Garc¨ªa

Hace una semana Jos¨¦ Mar¨ªa Olaz¨¢bal y Sergio Garc¨ªa terminaban segundos en los torneos que disputaron en Taiw¨¢n (el vasco) y Jap¨®n (el castellonense). Y ayer, como si siguieran de acuerdo, en una especie de m¨¢s dif¨ªcil todav¨ªa, ambos consiguieron de nuevo el mismo resultado, y no el m¨¢s f¨¢cil, la victoria. Olaz¨¢bal, que sigue en Asia, gan¨® en Hong Kong el segundo torneo del circuito europeo de 2002; Garc¨ªa, que no para de volar, jug¨® en Sur¨¢frica. El suyo era un torneo m¨¢s restringido y lucrativa. Un campo de 12 jugadores, invitaci¨®n mediante, y un premio para el primero de dos millones de d¨®lares (370 millones de pesetas).

Para Olaz¨¢bal, el triunfo, la segunda victoria del a?o, marca un punto de renacimiento despu¨¦s de haber alcanzado durante la temporada uno de los momentos m¨¢s bajos de juego y moral de su carrera; para Garc¨ªa, el torneo de Sun City, su cuarto triunfo del a?o (antes hab¨ªa logrado dos triunfos en el circuito norteamericano y uno en el europeo) funciona como un broche espectacular para su mejor temporada profesional.

Ninguno de los dos, ni Olaz¨¢bal ni Garc¨ªa, lo tuvieron f¨¢cil ayer. Ambos, el veterano vasco, de 35 a?os, el joven castellonense, de 21, tuvieron que recurrir a rondas espectaculares (64 golpes, Olaz¨¢bal; 63, Garc¨ªa). Los dos jugaron de forma extraordinaria toda la semana (-22 final para Olaz¨¢bal; -20 para Garc¨ªa).

Olaz¨¢bal estaba a dos golpes del primero, la revelaci¨®n noruega Henrik Bjornstad, y s¨®lo quedaban tres hoyos por jugar. 'Si quiero ganar, tendr¨¦ que hacer birdie en todos', le confi¨® a su caddy, Phil Morbey. Una apuesta complicada. M¨¢s todav¨ªa, casi fatua teniendo en cuenta las malas relaciones del jugador de Hondarribia con los ¨²ltimos hoyos de los torneos esta temporada.

Pero el Olaz¨¢bal cosecha oto?o 2001 no es el de antes. Su largo trabajo de cambio en el drive y en el swing dirigido por Butch Harmon, el gur¨² de Las Vegas, el profesor de Tiger Woods, a quien Olaz¨¢bal paga de forma amistosa con cajas de vino de Rioja, empieza a dar frutos. 'La mejora en mi drive las dos ¨²ltimas semanas ha sido excelente', dice Olaz¨¢bal; 'y una vez que empiezas a pillar m¨¢s calles ya eres capaz de controlar la bola y puedes ir a bandera, y ¨¦sa es la diferencia. As¨ª que la forma en que he golpeado la bola es tan importante como la victoria'. Aunque no ha visto ni hablado a Harmon las ¨²ltimas semanas, el jugador vasco ten¨ªa la lista de deberes y los hizo todos. 'Es un proceso largo este cambio y as¨ª lo he asumido', dice; 'lo ¨²nico malo es que ahora necesito un descanso. Estar¨¦ mes y medio sin jugar, pero espero que no pierda el ritmo ni el toque que tengo ahora'.

La suerte tambi¨¦n jug¨® de su lado. En el 16? y en el 17?, hizo dos birdies buenos (putts de seis metros), pero no excepcionales. El milagro lleg¨® en el 18?. Desde el rough y con un hierro 5, sacando la bola por debajo de las ramas de los ¨¢rboles, Olaz¨¢bal la dej¨® a cent¨ªmetros del agujero: 'Tuve suerte, porque la bola golpe¨® lo justo en el borde superior del bunker y luego sigui¨® rodando despacio hasta pararse all¨ª'. Desde all¨ª no fall¨®. Emboc¨® y gan¨®.

Lo de Garc¨ªa era m¨¢s complicado todav¨ªa. Empez¨® el d¨ªa a seis golpes de Ernie Els, el chico de casa (el surafricano hab¨ªa ganado los dos ¨²ltimos a?os en el Gary Player Country Club, cuando el torneo era el del mill¨®n de d¨®lares), y tras un domingo largo (el juego estuvo interrumpido m¨¢s de una hora por una tormenta el¨¦ctrica) y extraordinario (ocho birdies y un eagle) se present¨® en el 18? con un golpe de ventaja. El par le habr¨ªa dado la victoria, pero hizo bogey. 'Sent¨ª que hab¨ªa perdido el torneo', dijo Garc¨ªa; 'intent¨¦ cortar un hierro 8 hasta el green, pero a veces, bajo presi¨®n, haces un mal swing. La bola se me fue a la derecha'. Aterriz¨® lejos del green, junto a la tribuna. El fallo alarg¨® el suspense, pero no cambi¨® la tendencia. En el primer hoyo del desempate Garc¨ªa logr¨® el 11? birdie del d¨ªa, con un chip formidable, y Els se qued¨® en el par.