La esperanza en la tragedia
Ya no son 's¨®lo' dos jovencitos palestinos los muertos diarios en esta tragedia autopropulsada. Ni dos los jovencitos israel¨ªes uniformados meramente heridos por fragmentos voladores de la sagrada piedra rosa de Jerusal¨¦n. Ahora contamos los muertos en Palestina por docenas, d¨ªa a d¨ªa. Tambi¨¦n ayer. Y por mucha ira met¨¢lica que el primer ministro Ariel Sharon vierta sobre los territorios ocupados, la relaci¨®n de v¨ªctimas se escora r¨¢pidamente en contra de la poblaci¨®n israel¨ª. Han muerto ya m¨¢s israel¨ªes en dieciocho meses de esta Intifada que en todas las guerras del Estado jud¨ªo desde la ofensiva del Sina¨ª en 1956.
Tr¨¢gico balance para el Gobierno del se?or de la guerra que lleg¨® al poder con la promesa de otorgar por fin paz desde la firmeza y seguridad a sus ciudadanos. Ah¨ª lo tenemos, ya sin tiempo material para asistir a los entierros de sus compatriotas civiles. Siempre decidido a que el enemigo celebre m¨¢s funerales que ¨¦l mismo, pero chocando a diario, hasta ahora inasequible al desaliento, con las tr¨¢gicas realidades que despojan de raz¨®n a su l¨®gica b¨ªblica de la venganza. Si Yasir Arafat ha tirado por la borda su cr¨¦dito hist¨®rico en dos a?os, Sharon ha cimentado su fama para siempre. Triste bagaje para ambos.
El presidente egipcio, Hosni Mubarak, llega hoy a Washington para exponer el ¨²nico plan que queda para evitar la perpetuaci¨®n de la tragedia. Es la propuesta de Arabia Saud¨ª, simple a primera vista, tremendamente dif¨ªcil si se estudia. Propone plena normalizaci¨®n de todos los pa¨ªses de la Liga ?rabe con Israel si ¨¦ste acepta retirarse de todos los territorios ocupados en 1967. La Liga se re¨²ne en Beirut del 26 al 28 de marzo. Siria, Libia y alg¨²n otro se oponen al plan de Arabia Saud¨ª. Pero no debe subestimarse el poder de convicci¨®n de este portentoso pa¨ªs del Golfo. No es, por tanto, un mal envite. Su principal tal¨®n de Aquiles est¨¢ en la cuesti¨®n, que habr¨¢ de plantearse, de la vuelta de los refugiados. El regreso de unos siete millones de refugiados palestinos a Israel y a los territorios es imposible. Har¨ªa papel mojado de cualquier garant¨ªa de seguridad y existencia del propio Estado jud¨ªo.
La otra gran inc¨®gnita del plan est¨¢ en la disposici¨®n de Washington de hacer valer el mismo. Sin EE UU, nadie puede forzar a Sharon a reconocer el fracaso general de su estrategia y a enmendar. La UE pod¨ªa haber hecho m¨¢s. Pero EE UU es imprescindible. El vicepresidente, Dick Cheney, tambi¨¦n va de viaje. Har¨¢ una gira por Oriente Pr¨®ximo. En principio era s¨®lo para comunicar que el ataque al r¨¦gimen de Sadam Husein est¨¢ decidido. Hoy tiene ya otro valor. Todos saben que Sharon no puede ganar este pulso con los palestinos por medios militares. Y que si sigue en marcha el plan de ataque a Irak, Israel puede ver peligrar incluso su existencia por primera vez desde 1948.
Es crimen y error a un tiempo el lanzar a tu pueblo a una guerra que no puedes ganar y puede sumir a los tuyos y a toda la regi¨®n en la cat¨¢strofe. Todos los amigos de Israel y del pueblo palestino tienen por ello el deber de diasuadirlos de su actual frenes¨ª por lanzarse al vac¨ªo. Es posible que todo tenga que empeorar tanto para que resurga la cordura. Y con ella, la esperanza.
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