El infierno de la bulimia
Espido Freire narra en un libro sus a?os de lucha contra la enfermedad
Son millones los hombres y mujeres que sufren y padecen por la comida, por lograr un cuerpo escultural y poseer los c¨¢nones de belleza que imperan en la sociedad actual. La escritora Espido Freire (Bilbao, 1974) narra en Cuando comer es un infierno (Aguilar), que sale hoy a la venta, los siete a?os en los que estuvo enferma de bulimia. Las palabras que est¨¢n escritas en el libro forman parte de un testimonio 'tan sincero como el sufrimiento de siete a?os y el esfuerzo por olvidarse de ellos'. Afirma que 'esta obra pretende ofrecer una visi¨®n realista y personal sobre la bulimia'.
Acaba de aterrizar en el aeropuerto de Barajas procedente de Escocia, donde ha estado viviendo durante los dos ¨²ltimos meses. Mientras se dirige a su casa en Madrid, no puede abandonar su mirada de los carteles en los que aparecen mujeres y hombres esculturales mostrando la moda de la pr¨®xima temporada. Mientras los mira, recuerda su libro y el agotamiento que sinti¨® cuando termin¨® de mirar en su interior y recordar su vida. Viene preparada para explicar el porqu¨¦ de Cuando comer es un infierno y dice: 'Nunca he cre¨ªdo en una labor pol¨ªtica del autor, pero s¨ª social y humana. Si un escritor no es capaz de dar algo a los que no son capaces de expresarse, parte de su labor se pierde'. Freire deseaba contar, pero dice que no quiere convertirse en un icono.
'Nunca he cre¨ªdo en una labor pol¨ªtica del autor, pero s¨ª social y humana'
La escritora, la ganadora m¨¢s joven del Premio Planeta con la novela Melocotones helados, en 1998, recuerda con amargura, a trav¨¦s del personaje de Gloria, su adolescencia y repasa con trazos de angustia el tiempo de su vida que dedic¨® a luchar contra la b¨¢scula. 'Durante siete a?os, el plazo de los hechizos y los maleficios en los cuentos de hadas, estuve enferma. Era una enfermedad invisible, y nadie la sospechaba en una chica de 15, 17, 20 a?os, vital, con notas brillantes, una familia afectuosa y sensata y un aspecto f¨ªsico normal', escribe en el libro.
Resulta dif¨ªcil encontrar palabras para hacer comprender a quien no lo padece el dolor que se siente cuando se come con la obligaci¨®n de vomitar lo que engulles, indica la escritora. Espido Freire lleg¨® a 'vomitar con la misma facilidad y desesperaci¨®n con la que engull¨ªa'. La autora recuerda que 'com¨ªa llorando'. 'Cuando me obligaban a ello, la angustia me cerraba el est¨®mago'. Lleg¨® a odiar la dependencia de la comida porque la viv¨ªa como si fuera una droga. Y en su angustia se consider¨® 'indigna de todo respeto por comer siete galletas, y si fallaba en sus expectativas consideraba que hab¨ªa fracasado'.
Despu¨¦s de padecer durante un largo periodo de tiempo, decidi¨® acudir a un psic¨®logo y confesar ante su madre y el m¨¦dico: 'Creo que tengo bulimia'. Recuerda que no fue f¨¢cil a partir de ese momento, pero fue el principio para encontrar una soluci¨®n al problema. Inici¨® un tratamiento con un psiquiatra pero al cabo de un a?o de terapia lo abandon¨® y durante mucho tiempo se indign¨® contra todo lo que le rodeaba: la sociedad y sus representantes. Pero, finalmente, logr¨® superar esta enfermedad sobre la que, seg¨²n dice, se ha pasado de 'puntillas'.
Para escribir el libro escuch¨® 20 testimonios, algunos directos, otros por Internet y algunos por tel¨¦fono.
Espido Freire dice: 'Lleg¨® un momento de mi vida en que decid¨ª ser algo m¨¢s que una masa de kilos. Continuaba teniendo problemas para evitar los v¨®mitos'.
En uno de los cap¨ªtulos, la escritora narra su vida despu¨¦s de la bulimia. 'Desde hace casi ocho a?os llevo una vida absolutamente normal'. Asegura que mantiene un peso estable y que no siempre se siente bien con su cuerpo, 'y a veces desear¨ªa poseer las largas piernas de potrillo de las modelos, o sus caderas inexistentes, pero por suerte he admitido que soy mucho m¨¢s que mi cuerpo o las dimensiones de mis caderas'. Sin embargo, no puede olvidar el sentimiento de dolor por los a?os perdidos, 'la sensaci¨®n de haber perdido much¨ªsimo tiempo taladra'.
Freire se considera una persona afortunada. 'Despu¨¦s de muchos a?os de sufrimiento fui capaz de liberarme de una situaci¨®n angustiosa, y mi salud, tanto f¨ªsica como mental, no se resintieron demasiado'.
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