Mentiras verdaderas
Los socialistas manipulan Canal Sur, dice otra vez el PP. Los del PP manipulan TVE, dicen los socialistas otra vez. Los dos partidos tienen raz¨®n, y los dos tienen el deber de manipular en lo que puedan las televisiones bajo su control. Es un deber que les imponen sus victorias electorales, que tambi¨¦n les dieron el control real de la televisi¨®n, puesto que el Gobierno elige al regidor televisivo. Esto se nota m¨¢s en tiempos de mayor¨ªas absolutas o casi absolutas, cuando incluso el portavoz del Gobierno se transfigura en jefe de la televisi¨®n, como en Andaluc¨ªa, o el jefe de la televisi¨®n en portavoz del Gobierno, como en Espa?a, lo mismo da: el caso es cumplir con la responsabilidad de que las televisiones transmitan religiosamente la verdad del gobernante de turno.
No miente el alto cargo socialista que declara a Canal Sur modelo de pluralismo y veracidad: todo lo que para el Gobierno andaluz es verdadero, necesario y hermoso, sale pluralmente en la televisi¨®n andaluza. TVE, por el contrario, es un modelo de sectarismo, porque exalta pluralmente lo que al Gobierno nacional de Espa?a le parece hermoso, necesario y verdadero. Tampoco miente el alto cargo del PP que condena a la televisi¨®n del PSOE por c¨ªnica, caricaturesca y falsa: la verdad, para el PP, pertenece al PP, as¨ª que los jefes pol¨ªticos del PP salen tanto en sus televisiones que parecen los presentadores del telediario, como dice humor¨ªsticamente el socialista Zarr¨ªas. En esto, sin embargo, Zarr¨ªas no acierta del todo: tanto los del PP como los del PSOE, cada uno en su casa, no parecen los presentadores, sino los jefes de los presentadores.
Teniendo en cuenta que las televisiones p¨²blicas est¨¢n, por ley, al servicio de la sociedad, los gobernantes se ven obligados a utilizarlas para difundir su visi¨®n de las cosas, es decir, la verdad indiscutible. ?Es que van a propalar las estupideces del adversario? Si no manejaran la televisi¨®n, estar¨ªan haciendo dejaci¨®n de sus funciones en un campo tan delicado como el de la educaci¨®n de las almas. La televisi¨®n es un medio estupendo para formar al pueblo en las verdades de los gobernantes, y en televisi¨®n todo parece m¨¢s verdad porque lo vemos con nuestros propios ojos. (Nuestros gobernantes resplandecen en su verdad. Se les nota la verdad hasta en los pu?os de la camisa.)
Es l¨®gico que manipulen, aunque haya quien diga que la manipulaci¨®n informativa es moralmente mala, pues se incuba con disimulo y mala fe, y quiere conquistar la mente del auditorio desavisado y son¨¢mbulo. Yo no veo disimulo en Canal Sur ni TVE: las dos anuncian y proclaman desaforadamente la fe de sus jefes, buena por naturaleza, la mejor para todos los p¨²blicos, desde el punto de vista de los jefes. La supuesta manipulaci¨®n s¨®lo es un af¨¢n leg¨ªtimo de ridiculizar y triturar al enemigo, un insensato al que ya le prestan demasiada atenci¨®n las c¨¢maras: ?para qu¨¦ quiere mejor trato el demonio? Y, contra los que creen en la imbecilidad de los votantes, yo prefiero pensar en su ciencia: conocemos el car¨¢cter de nuestros gobernantes y sabemos perfectamente que, cuando votamos, por desgracia tambi¨¦n elegimos a nuestros manipuladores.
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