La Marcha Verde de Mohamed VI
Hassan II asent¨® la legitimidad del trono de los alau¨ªes incorporando en 1975 el S¨¢hara Occidental a Marruecos. Su hijo, Mohamed VI, se ha propuesto confirmarla conservando bajo su autoridad la totalidad del territorio de la ex colonia espa?ola. ?ste es, por ahora, el principal reto de su corto reinado.
Hasta finales de a?o parec¨ªa una tarea relativamente f¨¢cil. James Baker, el emisario para el S¨¢hara del secretario general de la ONU, Kofi Annan, intentaba entonces sacar adelante la llamada tercera v¨ªa, que preve¨ªa otorgar al territorio una autonom¨ªa, pero manteni¨¦ndolo bajo la soberan¨ªa de Marruecos. El nuevo Rey dio la partida por ganada y anunci¨®, en septiembre, al diario franc¨¦s Le Figaro: 'He solucionado el problema del S¨¢hara'.
Carlos Ruiz Miguel, catedr¨¢tico de derecho constitucional: 'Todo intento de arreglar el S¨¢hara sin democratizar Marruecos est¨¢ condenado al fracaso'
En el fondo, la diplomacia marroqu¨ª conf¨ªa en que cuando, a finales de abril, le toque pronunciarse al Consejo de Seguridad elegir¨¢ la soluci¨®n auton¨®mica
Menos de cinco meses despu¨¦s los marroqu¨ªes son ahora conscientes de que el conflicto que empez¨® hace 27 a?os dista a¨²n mucho de ser resuelto. Lo recalc¨® el propio Kofi Annan, a finales de febrero, al poner sobre la mesa del Consejo de Seguridad un informe en el que se?ala: '(...) El futuro del proceso de paz en el S¨¢hara Occidental es m¨¢s bien l¨²gubre'. Las perspectivas son tan aciagas que Annan no descarta que la ONU haga las maletas y retire a su peque?a fuerza del territorio.
El propio Baker dej¨® entrever su pesimismo cuando, el 27 de febrero, fue preguntado, durante una reuni¨®n a puerta cerrada del Consejo de Seguridad, si estaba dispuesto a tirar la toalla tras siete a?os de labor mediadora. No contest¨®.
En su ¨²ltimo informe, el secretario general no da por finiquitada la soluci¨®n auton¨®mica para el S¨¢hara, ni tampoco considera muerta la del refer¨¦ndum de autodeterminaci¨®n -la preferida por el Frente Polisario y Argelia-, pero apunta una tercera opci¨®n, consistente en dividir el territorio, otorgando el Sur a los independentistas saharauis. Annan da incluso la impresi¨®n de que se inclina por esta salida. Despu¨¦s de todo, el tercio meridional del S¨¢hara estuvo controlado por Mauritania hasta su retirada, en 1980.
Antes incluso de que el secretario general diese a conocer su ¨²ltimo informe, otra instancia de la ONU, el asesor legal de la organizaci¨®n, Hans Corell, propici¨® un primer varapalo a Rabat. Se?al¨® en un dictamen que Marruecos no era la potencia administradora del S¨¢hara, y que si bien pod¨ªa conceder licencias de prospecci¨®n petrolera en ese territorio, violar¨ªa la legalidad internacional si permit¨ªa la explotaci¨®n.
El mero esbozo del reparto territorial ha provocado un electrochoque en Marruecos, despertando de su letargo a la clase pol¨ªtica. Desde el Rey, que multiplica las llamadas telef¨®nicas a Annan y al presidente George Bush, hasta la sociedad civil, cuyas asociaciones ponen anuncios prometiendo luchar por la integridad territorial, todo el pa¨ªs es un clamor contra la partici¨®n. Para dejar claro su rechazo, el propio monarca viaj¨® esta semana al S¨¢hara.
Hasta el venerable Abraham Serfaty, que pas¨® 17 a?os en las c¨¢rceles de Hassan II por negarse, entre otras cosas, a reconocer que el S¨¢hara era marroqu¨ª, ha sumado ahora su voz a los que vilipendian la partici¨®n. 'Creo que el plan de reparto no se corresponde con el inter¨¦s de los saharauis, sino con el de los generales argelinos', declaraba. 'Los generales argelinos quieren dominar la regi¨®n'.
Tras recordar que ni Bush ni Annan desayunaban viendo los telediarios de la RTM, la televisi¨®n p¨²blica marroqu¨ª, el semanario independiente As Sahifa, de Casablanca, se preguntaba: 'Para qu¨¦ sirve esta campa?a masiva reflejada por los medios de comunicaci¨®n' contra la partici¨®n. Con la movilizaci¨®n en curso, elRey intenta unir a¨²n m¨¢s a sus s¨²bditos 'en torno a un trono que vela por la seguridad, la estabilidad y la unidad de Marruecos', como subray¨® en su discurso del mi¨¦rcoles en El Aai¨²n. '?sta es un poco la Marcha Verde de Mohamed VI', comenta un diplom¨¢tico.
Esta ac¨¦rrima defensa de la 'unidad nacional' puede acabar dando la puntilla a la maltrecha transici¨®n marroqu¨ª. 'La etapa que atraviesa actualmente Marruecos y nuestra causa nacional (...) impone a la prensa marroqu¨ª un deber de vigilancia, sobre todo en lo que concierne a nuestros intereses vitales', subraya el diario socialista Al Ittihad Al Ichtiraki, del que es director el primer ministro, Abderraman Yussufi.
Algunos peri¨®dicos van incluso m¨¢s lejos y aconsejan aparcar cualquier debate partidista. 'Ser¨ªa acaso oportuno aplazar las elecciones' legislativas, previstas para septiembre, 'y dedicar todos nuestros esfuerzos a nuestra causa nacional' sahariana, escribe L'Ind¨¦pendant. 'Nuestra democracia saldr¨¢ as¨ª fortalecida'.
Elecciones limpias
La idea de la postergaci¨®n electoral no se ha abierto todav¨ªa camino, pero en cambio s¨ª se insiste en la conveniencia de que la misma mayor¨ªa que la actual salga de las urnas en septiembre. Todas las elecciones, incluida la ¨²ltima de 1997, que otorg¨® una corta mayor¨ªa relativa a los socialistas, fueron ama?adas. Yussufi ha prometido que las de este a?o ser¨¢n las primeras de la historia limpias y transparentes.
En el fondo, la diplomacia marroqu¨ª conf¨ªa en que cuando, a finales de abril, le toque pronunciarse, el Consejo de Seguridad elegir¨¢ la soluci¨®n auton¨®mica por poco que ¨¦sta sea m¨¢s generosa. Annan y Baker han puesto sobre el tapete, se cree en Rabat, la temible opci¨®n del reparto territorial para presionar a Marruecos y conseguir que otorgue una autonom¨ªa m¨¢s amplia al S¨¢hara, retirando, por ejemplo, al ej¨¦rcito del territorio. 'Nunca, en todo caso, la ONU impondr¨¢ a Marruecos una soluci¨®n que no desee', afirma un alto cargo de la diplomacia marroqu¨ª.
Si el vaticinio es equivocado y la ONU se inclina por alguna opci¨®n perjudicial para Marruecos, el reino marroqu¨ª pasar¨¢ por un periodo de turbulencias, con un subid¨®n de fiebre nacionalista, aunque no se altere el statu quo en el S¨¢hara y ¨¦ste siga bajo control marroqu¨ª. De ser cierta, en cambio, la suposici¨®n marroqu¨ª de que Annan y el Consejo de Seguridad acabar¨¢n desempolvando y mejorando la propuesta de autonom¨ªa, la monarqu¨ªa alau¨ª saldr¨¢ fortalecida tras haber superado el mayor reto del S¨¢hara.
Aun as¨ª, la puesta en marcha de una aut¨¦ntica autonom¨ªa en la ex colonia ser¨ªa una tarea harto dif¨ªcil. La Constituci¨®n centralista de Marruecos no contempla que las regiones tengan, por ejemplo, competencias legislativas. Para Carlos Ruiz Miguel, catedr¨¢tico de derecho constitucional de la Universidad de Santiago de Compostela, la reforma constitucional que se requiere debe ser de gran calado.
'Mientras no se acepte que el monarca es un ¨®rgano subordinado a la Constituci¨®n, y no por encima de ella, no habr¨¢ democracia en Marruecos', afirma en un art¨ªculo (www.arso.org). 'Siendo esto as¨ª, ?qu¨¦ garant¨ªas tendr¨ªa el S¨¢hara de que la autonom¨ªa concedida sobre el papel no iba a ser vaciada inmediatamente en la pr¨¢ctica? Este orden de problemas revela de qu¨¦ modo tan ¨ªntimo est¨¢n ligadas la cuesti¨®n del S¨¢hara y la democratizaci¨®n del pa¨ªs. Todo intento de arreglar la cuesti¨®n del S¨¢hara sin democratizar Marruecos est¨¢ condenado al fracaso'.
El inexistente eje Madrid-Argel
AH? EST?N LAS DIFERENTES opciones para ver si se puede llegar a una salida'. Josep Piqu¨¦, el ministro espa?ol de Asuntos Exteriores, no ha podido ser m¨¢s vago en sus respuestas a las insistentes preguntas de la prensa espa?ola sobre cual de las soluciones propuestas para el S¨¢hara, contenidas en el informe del secretario general de la ONU, Kofi Annan, prefiere. Esta tradicional neutralidad no ha ahorrado al Gobierno espa?ol duras cr¨ªticas en la prensa marroqu¨ª que, en febrero, ha seguido considerando a Espa?a como un aliado de Argelia y del Frente Polisario. 'Parece que Espa?a ha decidido coordinar su actuaci¨®n, con relaci¨®n al S¨¢hara marroqu¨ª, con los separatistas (Polisario) y Argelia', afirmaba el diario Al Ittihad Al Ichtiraki,. 'Espa?a parece persistir en su pol¨ªtica negativa con relaci¨®n a Marruecos', conclu¨ªa el art¨ªculo 'S¨¢hara marroqu¨ª y el eje Argel-Madrid'. El semanario La Nouvelle Tribune' denunciaba, por su parte, en un editorial 'la abierta e inaceptable hostilidad de la antigua potencia ocupante, Espa?a, hacia nosotros marroqu¨ªes y en beneficio de los mercenarios de Tinduf', en referencia al Frente Polisario. ?nica voz discrepante en este panorama es la del diario L'Economiste, considerado af¨ªn a los empresarios. '?C¨®mo puede ser que Marruecos, que est¨¢ en conflicto con Argelia, se haya enfadado con Espa?a?', se preguntaba. 'Estamos perdiendo a nuestros amigos'. La gran sensibilidad marroqu¨ª con todo lo que publica la prensa espa?ola incit¨®, la semana pasada, al ministerio de Asuntos Exteriores, a negar en un comunicado la informaci¨®n publicada por los diarios El Peri¨®dico y La Raz¨®n en la que se aseguraba que, pese a los desmentidos oficiales, el Gobierno de Rabat estaba dispuesto a negociar un reparto del S¨¢hara con el Frente Polisario.
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