El relevo en la c¨²pula militar cierra la transici¨®n chilena
El general Emilio Cheyre sucede al general Ricardo Izurieta como comandante en jefe
En una ceremonia sobria se cerrar¨¢ esta noche uno de los cap¨ªtulos de la transici¨®n chilena, con el relevo del comandante en jefe del Ej¨¦rcito, el general Ricardo Izurieta, por su sucesor, el general Juan Emilio Cheyre, en un acto que encabezar¨¢n dos socialistas, el presidente Ricardo Lagos y la ministra de Defensa, Mich¨¨le Bachelet. Por razones de salud, el ex dictador Augusto Pinochet no asistir¨¢ a un cambio que marca el ocaso de su influencia.
A diferencia de la sucesi¨®n anterior del Ej¨¦rcito, en 1998, cuando Pinochet pas¨® a retiro y parti¨® al Congreso como senador vitalicio, no se prev¨¦n manifestaciones; e Izurieta no quedar¨¢ como comandante en jefe benem¨¦rito. El primer jefe del Ej¨¦rcito que culmina su mando con normalidad desde fines de los sesenta, se retira hoy del cargo bien valorado por el Gobierno chileno, pero con cr¨ªticas de la Agrupaci¨®n de Familiares de Detenidos Desaparecidos (AFDD).
Izurieta invit¨® al acto a familiares de los dos ex comandantes en jefe del Ej¨¦rcito previos a la dictadura: Ren¨¦ Schneider, asesinado en 1970 por la ultraderecha para intentar impedir la llegada de Salvador Allende a La Moneda, y Carlos Prats, muerto con su esposa en un atentado de la DINA en 1974, en Buenos Aires, crimen por el que la justicia argentina ha solicitado la extradici¨®n de Pinochet. Su gesto, in¨¦dito, ha sido interpretado como una muestra de su inter¨¦s en favor de la reconciliaci¨®n la instituci¨®n.
La gesti¨®n de Izurieta estuvo marcada por los 503 d¨ªas que Pinochet permaneci¨® arrestado en Londres, desde octubre de 1998 a marzo de 2000, a petici¨®n del juez Baltasar Garz¨®n, para extraditarle a Espa?a por su responsabilidad en cr¨ªmenes y torturas. Y, despu¨¦s, por el regreso al pa¨ªs del ex dictador, por el desafuero y posterior procesamiento por la justicia chilena como encubridor de los 75 cr¨ªmenes y secuestros cometidos por la caravana de la muerte en 1973. Pese a las presiones que Izurieta recibi¨® del mundo castrense en retiro, a su lenguaje duro y a que el ex dictador apareci¨® en un almuerzo con los otros jefes de las Fuerzas Armadas, en un eufem¨ªstico mensaje de desaf¨ªo y unidad militar, en el balance final, Izurieta no se sali¨® del tablero.
El a?o pasado, con Pinochet al borde del desacato a los tribunales y al juez Juan Guzm¨¢n, Izurieta viaj¨® en helic¨®ptero acompa?ado por Cheyre hasta el refugio campestre del ex dictador, en su finca de Los Boldos, a 130 kil¨®metros de Santiago. El mensaje que le dieron a Pinochet fue que el Ej¨¦rcito no estaba disponible para apoyarle si ¨¦l se resist¨ªa a las ¨®rdenes judiciales. La defensa del ex dictador acat¨® a los jueces y Pinochet fue declarado reo, aunque nunca fue fichado, y el caso fue sobrese¨ªdo por razones de salud y qued¨® en la espera de que la Corte Suprema resuelva un recurso de casaci¨®n planteado por los querellantes.
Una alta fuente de Defensa evalu¨® como 'positivo' la actuaci¨®n de Izurieta, ya que 'en un periodo complejo impuso a plenitud el criterio de modernizaci¨®n profesional'. Pero la vicepresidenta de la AFDD, Mireya Garc¨ªa, critica la falta de coraje que hubo para entregar informaci¨®n sobre el paradero de las v¨ªctimas y anticipa que pedir¨¢n una entrevista al sucesor, ya que Izurieta nunca les recibi¨®.
Cheyre, de 53 a?os, recibe el mando de un Ej¨¦rcito muy distinto al de Pinochet. Los capitanes de hoy nac¨ªan cuando Pinochet acab¨® con la democracia en septiembre de1973 y quienes integran el alto mando acababan de salir de la Escuela Militar. Casi todos los acusados por violaciones de los derechos humanos est¨¢n retirados. Junto con el fin de la dictadura, en 1990 y el inicio de la democracia, cambi¨® tambi¨¦n el contexto y, con ello, las prioridades de seguridad.
Los oficiales estudian hoy derechos humanos y las autoridades civiles sienten que los militares est¨¢n subordinados, aunque el Gobierno aspira a recuperar la prerrogativa presidencial de destituir a un jefe castrense.
Dos a?os de Gobierno
El relevo coincide con la celebraci¨®n del segundo aniversario del Gobierno del presidente Ricardo Lagos, que prev¨¦ hoy actos de los ministros en distintas ciudades y un acto art¨ªstico en Santiago. Las autoridades dar¨¢n cuenta de las principales tareas realizadas: creaci¨®n del seguro de desempleo, fin de las colas en la atenci¨®n sanitaria y una reforma laboral, en un bienio marcado por el aumento del paro (8% entre noviembre y enero) y la desaceleraci¨®n del crecimiento del PIB (2,9% en 2001). Despejado el tema militar, los desaf¨ªos para los pr¨®ximos cuatro a?os est¨¢n en la econom¨ªa y en las reformas pendientes a la Constituci¨®n. Para impulsar la econom¨ªa, el Gobierno suscribi¨® una agenda con los empresarios y espera lograr acuerdos con EE UU y Europa que ampl¨ªen mercados. La p¨¦rdida de importancia del factor antipinochetista, con el ex dictador transformado en un cad¨¢ver pol¨ªtico, le quita un cemento esencial a la coalici¨®n de Gobierno, formada por socialistas, Partido por la Democracia y democristianos, mientras la oposici¨®n encabezada por el alcalde de Santiago Joaqu¨ªn Lav¨ªn ha estrechado las diferencias. Comienzan tres a?os sin elecciones de por medio. Un senador socialista, Carlos Ominami, afirm¨® que la vara para medir a Lagos ser¨¢ qui¨¦n le sucede. El analista pol¨ªtico Carlos Huneeus, director del Centro de Estudios de la Realidad Contempor¨¢nea (CERC), advierte del riesgo que entra?a para este Gobierno apostar su legitimidad a la evoluci¨®n econ¨®mica, durante un ciclo de menor crecimiento y en circunstancias en que 'la derecha administra mejor el modelo'.
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