La cultura italiana de izquierda se echa a la calle contra los excesos del poder de Berlusconi
Nanni Moretti gu¨ªa la protesta, a la que se han adherido escritores, periodistas y cantantes
El poder del Gobierno italiano de centro-derecha sobre la cultura y la informaci¨®n se extiende como una mancha de aceite. Despu¨¦s de haber renovado las c¨²pulas de la televisi¨®n p¨²blica, manteniendo el control de las tres cadenas de televisi¨®n privadas, propiedad del primer ministro, Silvio Berlusconi, el Ejecutivo anuncia una nueva era en la diplomacia que tendr¨¢ consecuencias en los institutos de cultura italianos esparcidos por el mundo. Artistas e intelectuales de izquierda se han movilizado contra una situaci¨®n 'escandalosamente inaceptable', seg¨²n Nanni Moretti, primer promotor de la protesta.
'Se necesitan gestos simb¨®licos que causen un gran impacto en la opini¨®n p¨²blica', dec¨ªa ayer Moretti, director de pel¨ªculas como Caro diario y La habitaci¨®n del hijo, mientras daba vueltas, cogido de la mano a otros manifestantes, en torno a la sede romana de la RAI. Una protesta suave, casi infantil (un corro de adultos), que ayer reuni¨®, sin embargo, a unas 10.000 personas en la capital italiana. Otros muchos famosos enviaron por escrito su adhesi¨®n, como la bailarina Carla Fracci, los escritores Luis Sep¨²lveda y Fernanda Pivano, las actrices Sabrina Ferilli y Octavia Piccolo, el jurista Alessandro Galante Garrone y el economista Paolo Sylos Labini.
Lo que Moretti considera 'escandalosamente inaceptable' es la situaci¨®n que deriva de la doble personalidad de Silvio Berlusconi, jefe del Ejecutivo y due?o de un inmenso imperio econ¨®mico, que incluye las tres cadenas de televisi¨®n privada del pa¨ªs y la mayor empresa editorial, Mondadori. Un dato que distorsiona, a juicio de la izquierda, las condiciones de pluralidad exigibles a una democracia.
Hace unas semanas, el escritor y periodista de izquierdas Giorgio Bocca anunci¨® que abandonaba Mondadori, editorial donde ha publicado casi todos sus libros, decepcionado por el trato recibido en la ¨²ltima etapa. Bocca achacaba la frialdad de los responsables editoriales al hecho de que 'yo escribo contra Berlusconi y la editorial es suya'. Las declaraciones no gustaron al presidente de Mondadori, que defendi¨® ardientemente la imparcialidad de la editorial, en la medida en que es un negocio.
La izquierda teme, sin embargo, un completo cambio en el panorama cultural, informativo y hasta del entretenimiento. La aplastante mayor¨ªa parlamentaria del Gobierno ha permitido ya sentar las bases legales para que la gesti¨®n de los museos p¨²blicos sea privatizada, mientras el Ministerio de Cultura ha sido particularmente diligente en la renovaci¨®n de n¨®minas. Ha cambiado la c¨²pula de la Bienal de Venecia, la direcci¨®n del Centro Sperimentale del Cinema de Roma y la de Cinecitt¨¤ Holding, que controla el Istituto Luce. Despu¨¦s le ha llegado el turno a los cargos intermedios del Ministerio de Cultura, muchos de los cuales han sido elegidos por el subsecretario, Vittorio Sgarbi, y no 'por los directores generales como es tradicional', seg¨²n ha denunciado el secretario del sindicato UIL del ministerio, Gianfranco Cesaroli. Alarmados por la deriva que est¨¢n tomando las cosas, trescientos funcionarios han enviado cartas de protesta al presidente de la Rep¨²blica, a los presidentes del Parlamento y al primer ministro.
Nada ni nadie escapa al control del nuevo poder en la gesti¨®n cultural que depende de otros ministerios. Los institutos de cultura italianos en el extranjero, por ejemplo, est¨¢n en el ojo del hurac¨¢n por haber hospedado actividades culturales o invitados cr¨ªticos con el nuevo Ejecutivo. A los directores en activo, el subsecretario de Exteriores, Mario Baccini, les ha advertido ya de que las 'simples iniciativas culturales no se adecuan a las exigencias del pa¨ªs' y que los institutos tendr¨¢n 'que promocionar la moda y el dise?o italianos'.
Magris
Las declaraciones de Baccini provocaron ayer una larga respuesta en Il Corriere della Sera del escritor Claudio Magris, alarmado y divertido a un tiempo por la idea intervencionista que defienden, en fuerte contraste con la vocaci¨®n liberal del Ejecutivo. 'Respecto a la cultura, un Gobierno liberal s¨®lo puede hacer una cosa', recuerda Magris: 'intentar ofrecer las condiciones para que ¨¦sta pueda promocionarse, y despu¨¦s, retirarse y callar'. Las amenazas de control de Baccini est¨¢n lejos de parecerse, razona el escritor, a las de Goebbels, que echaba la mano a la pistola cuando o¨ªa hablar de cultura. Aun as¨ª, a?ade Magris, 'un Gobierno que interfiere en la cultura es cualquier cosa menos liberal, aunque, afortunadamente para ellos y para nosotros, la pistola a la que podr¨ªa echar mano es, todo lo m¨¢s, una pistola de agua'.
Babelia
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.