Los talibanes ya no gobiernan, pero Karzai tampoco
El Gobierno provisional es una ficci¨®n sometida a enormes fricciones entre los tayikos y los pastunes
El cambio m¨¢s obvio en Afganist¨¢n tras el 11 de septiembre es que los talibanes ya no est¨¢n en el poder. Otras cosas siguen igual: EE UU no sabe d¨®nde est¨¢ Osama Bin Laden, el pa¨ªs asi¨¢tico contin¨²a lleno de minas, pobreza y mujeres sometidas a la tortura del burka y el futuro de uno de los Estados m¨¢s pobres de la Tierra est¨¢ en el aire, con el fantasma de la guerra civil entre se?ores de la guerra que destroz¨® el pa¨ªs entre 1992 y 1996 peligrosamente presente. ?Queda tanto que hacer! titula esta semana The Economist su art¨ªculo sobre Afganist¨¢n, seis meses despu¨¦s de los atentados contra Washington y Nueva York.
Siempre se puede ver la botella medio llena o medio vac¨ªa. Es cierto que Afganist¨¢n est¨¢ gobernado (una palabra bastante poco adecuada para este indomable pa¨ªs) por un Ejecutivo multi¨¦tnico presidido por el past¨²n Hamid Karzai; que Occidente ha prometido una lluvia de millones para reconstruir su devastada econom¨ªa; que las mujeres han recuperado, al menos sobre el papel, sus derechos civiles; que una fuerza multinacional, la ISAF, ha sido desplegada en Kabul; que los afganos se han librado de la tiran¨ªa de las milicias enloquecidas del cl¨¦rigo Omar y que este pa¨ªs ya no es el campo de entrenamiento descarado de los terroristas de Al Qaeda.
Pero tambi¨¦n es cierto que los se?ores de la guerra son cada vez m¨¢s poderosos y belicosos; que la mayor parte del pa¨ªs vive en un permanente descontrol y que la distribuci¨®n generalizada de la ayuda humanitaria es imposible por la inseguridad y la carencia de infraestructuras; que la guerra contra Al Qaeda, como se puede comprobar en las monta?as del este del pa¨ªs, est¨¢ muy lejos de haber acabado; que el Gobierno provisional es una ficci¨®n sometida a enormes fricciones entre los tayikos y los pastunes. Lo peor es que, si hay una ense?anza que se puede sacar los ¨²ltimos 23 a?os de la historia de Afganist¨¢n, es que resulta muy dif¨ªcil ser optimista. El proceso de Bonn culminar¨¢ con unas elecciones generales democr¨¢ticas en 2004, y eso es mucho tiempo.
'Cogieron a todas las mujeres y a las ni?as y comenzaron con mi hija de 14 a?os. Lloraba mucho y les imploraba que no le hicieran eso, porque era virgen. Un hombre la apunt¨® con su fusil y la viol¨® tres veces'. Este relato, difundido esta semana por Human Rights Watch, resume las brutalidades que est¨¢ sufriendo la comunidad past¨²n en el norte del pa¨ªs. Ese ambiente de violencia y brutalidad generalizadas fue el que provoc¨® la subida al poder de los talibanes, a mediados de los a?os noventa, con el apoyo de la etnia past¨²n, que representa casi el 40% de la poblaci¨®n. Y ahora vuelve a empezar.
'Hoy Afganist¨¢n es un pa¨ªs sin Estado ni servicios p¨²blicos dignos de este nombre. El camino de su Gobierno est¨¢ lleno de minas y por eso tenemos la obligaci¨®n de apoyar a Hamid Karzai', escribi¨® Alain Boinet, director de la ONG Solidarios. El Afganist¨¢n posterior al 11 de septiembre necesita la paz que este Estado perdi¨® hace 23 a?os y, desde luego, lo ¨²ltimo que necesita es un vac¨ªo de poder. Si el mundo no quiere que la historia se repita, debe aportar dinero y seguridad.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.