Por una Europa social de todos y todas
Con la Euromanifestaci¨®n de hoy, el movimiento sindical europeo quiere reiterar ante la Comisi¨®n, el resto de instituciones y los gobiernos la necesidad de que el proceso de construcci¨®n europea responda a las aspiraciones leg¨ªtimas de las ciudadanas y ciudadanos, en la actual y futura UE. En un momento en que se inicia un periodo llamado constituyente de modificaci¨®n de los tratados, pero sin llegar a ser un gran debate de participaci¨®n democr¨¢tica, es necesario contrastar lo que los l¨ªderes expresan como objetivos prioritarios y evaluar los compromisos que las diferentes cumbres en su d¨ªa definieron. En Barcelona existe la oportunidad de examinar las pol¨ªticas europeas en materia de empleo (Luxemburgo), macroeconom¨ªa (Colonia), medioambiente (G?teborg) y desarrollo y cohesi¨®n social (Lisboa).
Respecto de estos objetivos, se destaca la existencia de una coincidencia de pareceres entre Aznar, Blair y Berlusconi, que insisten en necesarias reformas estructurales del mercado de trabajo, de los sistemas de protecci¨®n social y fiscalidad, o en que se prioricen los objetivos de liberalizaci¨®n, competitividad y flexibilizaci¨®n. Frente a ello, los sindicatos demandamos pleno empleo, cohesi¨®n econ¨®mica y social, revalorizaci¨®n del factor trabajo, nuevos marcos normativos que faciliten a nivel europeo los procesos de informaci¨®n, consulta y participaci¨®n, la salud y seguridad laboral, la igualdad de oportunidades o una clara estrategia de adhesi¨®n de los nuevos miembros.
No se nos oculta que hay, si no en la mesa de la cumbre s¨ª en Barcelona, el enfrentamiento de dos modelos. Los sindicatos seguiremos insistiendo en la profundizaci¨®n y extensi¨®n de nuestro modelo social que se concreta en:
-El pleno empleo y su calidad. Es necesario despu¨¦s de Luxemburgo (1997) y de Lisboa (2000) que esta prioridad sirva de gu¨ªa a un gobierno econ¨®mico que sea capaz de ordenar las pol¨ªticas e iniciativas nacionales. Para ello no es suficiente la estabilidad monetaria, y menos si es a costa de rebajar derechos sociales. Hace falta una armonizaci¨®n de las pol¨ªticas fiscales, el incremento de los presupuestos comunitarios sin los cuales es impensable 'm¨¢s Uni¨®n', as¨ª como unas pol¨ªticas de gasto incentivadoras de la generaci¨®n de empleo de calidad. A nuestro juicio debe mantenerse el empleo como primer objetivo de las pol¨ªticas europeas, por encima del objetivo de crecimiento econ¨®mico, que no asegura por s¨ª mismo el empleo.
-Consolidaci¨®n del llamado 'acervo comunitario' o conjunto de normas que establecen y garantizan los derechos de trabajadoras y trabajadores. La CES (Confederaci¨®n Europea de Sindicatos) no puede estar de acuerdo con la exclusi¨®n de la competencia comunitaria de los derechos de asociaci¨®n, sindicaci¨®n y huelga, o la negociaci¨®n de los salarios. Exige, adem¨¢s, que se profundice en el derecho de participaci¨®n de los trabajadores cuando van a trasponerse a las legislaciones nacionales las directivas de informaci¨®n, consulta y participaci¨®n en las empresas o la de sociedad europea. Por eso, frente a la desregulaci¨®n que se propugna por patronal y gobiernos, el movimiento sindical reclama el desarrollo de los derechos laborales y la democratizaci¨®n de las relaciones en el seno de las empresas y se posiciona en contra de la precariedad de amplios colectivos en el mundo del trabajo.
-Un sistema de Seguridad Social p¨²blico, contributivo, de reparto y de fuerte protecci¨®n social. En nuestro pa¨ªs, frente a otras propuestas y modelos importados basados en la capitalizaci¨®n, hemos logrado los consensos pol¨ªticos y acuerdos necesarios para asegurar que sea viable el sistema de Seguridad Social, sin merma de su car¨¢cter contributivo y participado. El acuerdo de abril de 2000 es un ejemplo claro, como lo fue el de 1996.
-Un conjunto de servicios p¨²blicos eficaces que respete principios generales como universalidad, igualdad de oportunidades, cercan¨ªa, calidad, seguridad y reconocimiento profesional de quienes los atienden. Los procesos de integraci¨®n y liberalizaci¨®n sectoriales hacen hoy m¨¢s necesaria la promulgaci¨®n de una directiva marco europea sobre servicios p¨²blicos y econ¨®micos de inter¨¦s general.
-Procedimientos de di¨¢logo social y de participaci¨®n de las trabajadoras y trabajadores en la negociaci¨®n colectiva. Ese di¨¢logo ha caracterizado las relaciones laborales en Europa pero despu¨¦s de la moneda ¨²nica nos obliga a una estrategia europea de negociaci¨®n colectiva que garantice mejoras retributivas, la regulaci¨®n de los costes de los factores a la vez que impulsa la productividad y la innovaci¨®n.
-Una fuerte valoraci¨®n del trabajo y la calificaci¨®n. El modelo social europeo comporta tambi¨¦n a nivel productivo una fuerte valoraci¨®n del trabajo y la calificaci¨®n. La participaci¨®n en la nueva sociedad del conocimiento debe basarse en esta premisa, que requerir¨¢ incrementar el gasto global, p¨²blico y privado en I+D y la incorporaci¨®n de actuaciones espec¨ªficas en el sexto programa marco de I+D. Pero tambi¨¦n exigir¨¢ la mejora del aprendizaje permanente, el reconocimiento de las calificaciones y aptitudes, adquiridas en el sistema educativo o a trav¨¦s del ejercicio profesional.
El proceso de construcci¨®n europea debe entenderse como una din¨¢mica m¨¢s del proceso de globalizaci¨®n. El sindicalismo toma un papel activo definiendo un tipo alternativo de globalizaci¨®n en que la estrategia europea por el empleo ocupa un lugar central, as¨ª como los objetivos de cohesi¨®n social y la defensa de modelos de desarrollo sostenibles. Es ¨¦sta la contradicci¨®n que se va a expresar en Barcelona. La Euromanifestaci¨®n sindical de hoy propone un desarrollo europeo m¨¢s social, m¨¢s equilibrado, m¨¢s redistributivo, menos neoliberal y m¨¢s democr¨¢tico.
Joan Sifre Mart¨ªnez es secretario general de CC OO-PV.
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