El ¨²ltimo reducto estalinista del mundo

Corea del Norte, uno de los tres pa¨ªses del eje del mal, seg¨²n George Bush, es el ¨²ltimo reducto del estalinismo en el mundo. Sus m¨¢s de 22 millones de habitantes viven aislados y sometidos al delirio de grandeza del 'eterno l¨ªder', Kim Il Sung, que desde su tumba fara¨®nica parece seguir controlando el destino del pa¨ªs que dej¨® en manos de su hijo Kim Jong Il, tras instaurar la primera dinast¨ªa comunista de la historia.

La ideolog¨ªa Such¨¦, que proclamaba la 'autosuficiencia' y se erig¨ªa en pomada del c¨¢ncer norcoreano, result¨® un tremendo fiasco que en la pasada d¨¦cada condujo al pa¨ªs a la hambruna, consecuencia del fracaso econ¨®mico y del abultado presupuesto militar. Desde entonces, el colapso del r¨¦gimen es evidente, s¨®lo falta saber cu¨¢ndo y c¨®mo se producir¨¢.

El apret¨®n de manos en Pyongyang entre Kim Jong Il y Kim DaeJung, el presidente de Corea del Sur, en junio de 2000, fue una bocanada de aire fresco para millones de norcoreanos y sobre todo para los casi cinco millones de familias que viven separadas desde el final de una sangrienta guerra (1950-1953), cuyo origen se gest¨® en la Segunda Guerra Mundial.

Pero la alegr¨ªa dur¨® poco. El r¨¦gimen m¨¢s secreto del mundo volvi¨® a encerrarse bajo su capa de oscurantismo y represi¨®n en cuanto percibi¨® los intentos estadounidenses por controlar su arsenal militar, el gran orgullo de Kim Jong Il y de sus generales.

De poco han servido las multitudinarias manifestaciones en Corea del Sur y los gui?os del Gobierno de Se¨²l para obtener de Washington m¨¢s cartas que le permitieran jugar en Pyongyang hasta forzar la apertura del r¨¦gimen y evitar la hecatombe que ahora parece segura.

Ignorante, borrach¨ªn, mujeriego e idiotizado por su padre, Kim Jong Il y un c¨ªrculo de ide¨®logos y militares conducen el pa¨ªs con pu?o de hierro sin importarles lo m¨¢s m¨ªnimo el bienestar de sus habitantes, que viven anclados en el pasado, portando todos y cada uno de ellos la insignia con la cara del gran l¨ªder, el gran hermano que les vigila noche y d¨ªa hasta controlarles el aire que respiran.