25 norcoreanos irrumpen en la Embajada de Espa?a en Pek¨ªn y piden asilo pol¨ªtico
'O¨ª un griter¨ªo descomunal y carreras. Se colaron hasta la cocina', declar¨® el embajador
Un grupo de 25 norcoreanos forz¨® en la ma?ana de ayer su entrada en la Embajada de Espa?a en Pek¨ªn. Los dos soldados del Ej¨¦rcito Popular de Liberaci¨®n de China que guardaban la cancela de la sede diplom¨¢tica fueron sorprendidos por el n¨²mero de asaltantes y no lograron impedir que penetrasen en territorio espa?ol. El grupo, compuesto por 14 adultos y 11 ni?os y adolescentes, entreg¨® al embajador, Eugenio Bregolat, una petici¨®n de asilo pol¨ªtico y varios documentos, en los que afirman huir del horror del r¨¦gimen y su voluntad de viajar a Corea del Sur.
'Escuch¨¦ un griter¨ªo descomunal y carreras. La puerta de la residencia estaba abierta porque en esos momentos se iniciaba una reuni¨®n de consejeros de la Uni¨®n Europea. Por tanto, los norcoreanos, una vez franqueada la verja, se adentraron en la residencia y llegaron hasta la cocina'. En estos t¨¦rminos narr¨® por tel¨¦fono el embajador Bregolat el asalto de la representaci¨®n espa?ola.
Seg¨²n un comunicado difundido en Tokio por una ONG de ayuda a refugiados norcoreanos, que supuestamente ha apoyado a este grupo, 'no abandonar¨¢n la Embajada hasta que no les sea concedido a cada uno de ellos el estatuto de refugiado pol¨ªtico'. El comunicado destaca que llevan veneno y se suicidar¨¢n si son entregados a las autoridades chinas.
'No llevan armas, s¨®lo un destornillador. No son violentos, pero es dif¨ªcil decir si llevan alguna c¨¢psula venenosa. En el registro que se les ha hecho no se ha encontrado nada, pero evidentemente tampoco los hemos desnudado', declar¨® Bregolat.
Zhang Qiyue, portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores chino, se?al¨® que los norcoreanos 'no son refugiados', pero expres¨® la disposici¨®n del Gobierno a 'examinar' su situaci¨®n 'conforme al Derecho Internacional y a la legislaci¨®n china'. En China viven unos 300.000 norcoreanos que han hu¨ªdo del hambre y la tortura del r¨¦gimen. Pek¨ªn hace la vista gorda pero no quiere oir hablar de represi¨®n en el vecino pa¨ªs para no enfrentarse a su aliado.
Seg¨²n el embajador, los norcoreanos sab¨ªan 'muy bien lo que hac¨ªan'. Escogieron la Embajada de Espa?a porque ahora es la presidenta de la UE', dijo. Otras fuentes, sin embargo, se?alan que antes se aproximaron a la Embajada alemana y, al ver las fuertes medidas de seguridad, optaron por algo m¨¢s f¨¢cil. Pero es evidente que lo ten¨ªan planeado. Llegaron a Shanlitun, el principal barrio diplom¨¢tico de Pek¨ªn, en un autob¨²s y con cascos de b¨¦isbol para no levantar sospechas. Despu¨¦s 'todo fue muy r¨¢pido'.
Seg¨²n Bregolat, el grupo procede directamente de Corea del Norte, porque s¨®lo una chica habla chino. Las conversaciones, por tanto, se celebran a trav¨¦s de un int¨¦rprete.
El embajador ha conseguido sacar al grupo de su residencia, un edificio contiguo a la canciller¨ªa con la que comparte la verja de entrada al jard¨ªn y patio comunes. 'Ahora est¨¢n instalados en el semis¨®tano de la canciller¨ªa, en una gran sala que antes ocupaba el consulado. Algunos han salido al jard¨ªn a dar un paseo. Una mujer con problemas de coraz¨®n ha sido atendida por un m¨¦dico. Les hemos dado de comer, de cenar y sacos para dormir'.
Bregolat conf¨ªa en que la crisis se resuelva como cuando el a?o pasado entraron siete norcoreanos en la representaci¨®n de ACNUR en Pek¨ªn. Tras varios d¨ªas fueron evacuados con destino a Corea del Sur, v¨ªa Singapur.
El Gobierno surcoreano se reuni¨® ayer de urgencia para estudiar la situaci¨®n y expres¨® su esperanza en una soluci¨®n humanitaria para los 25 norcoreano. Seg¨²n la agencia surcoreana Yonhap, Se¨²l ha solicitado permiso al Gobierno espa?ol y al Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) para que sus diplom¨¢ticos en Pek¨ªn se desplacen a la Embajada espa?ola y entrevisten a los demandantes de asilo.
Aunque Bregolat prefiri¨® no comentar ning¨²n aspecto de las negociaciones, se mostr¨® optimista sobre una pronta resoluci¨®n del problema.
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