Barcelona, capital
Siguiendo el ya habitual sistema mediante el cual arbitrariamente se aplica el Tratado de Schengen sobre la libre circulaci¨®n de personas y veh¨ªculos dentro del territorio de la Uni¨®n Europea, y en virtud de cualquier virtual punto del mismo que no sea el punto 2, al que el presidente Aznar se ha remitido para cerrar a voluntad, y por supuestos motivos de emergencia, las fronteras espa?olas desde el pasado d¨ªa 9 al pr¨®ximo 17, esta semana decido que no es Madrid la capital de Espa?a y que alegremente ampl¨ªo nuestras fronteras regionales para que trascendamos de la Gran V¨ªa en obras de ?lvarez del Manzano y nos confundamos con la Diagonal en marcha de Pascual Maragall.
Porque esta semana es Barcelona la capital de este Estado de emergencia, en Barcelona andar¨¢ echando cuentas el capital y es Barcelona, pues, ciudad de capital importancia. Gracias, entonces, al punto virtual de ese Tratado de Schengen tan flexible que le permite a Aznar matar dos p¨¢jaros de un tiro e impedir la entrada en Espa?a no s¨®lo a las personas que pretenden ejercer su derecho a manifestarse, sino, de paso, a 1.500 inmigrantes a los que el punto 2 les ha pillado en medio de la frontera, yo suspendo la convenci¨®n espacio-temporal, planto en Barcelona a unos miles de personas m¨¢s que nos hemos tenido que quedar en Madrid y, de paso, me he ahorrado el puente a¨¦reo con el que me habr¨ªa saqueado Iberia.
Llegamos as¨ª a la Barcelona en la que se celebran dos cumbres: una institucional, formada por los jefes de Estado y de Gobierno de la Uni¨®n Europea, conocidos por el num¨¦rico de los Quince, y otra ciudadana, la de los diversos grupos y personas de ese movimiento de contestaci¨®n conocido con el gen¨¦rico de antiglobalizaci¨®n o con el ep¨ªteto de radicales. Antes de empezar, a los tesoreros de los Quince ya les ha salido una primera cuenta que asciende a 8.500 polic¨ªas desplegados por la ciudad, a la que hay que a?adir las dotaciones proporcionadas por los ej¨¦rcitos de m¨¢s ac¨¢ y m¨¢s all¨¢ de las fronteras invadidas por el Tratado de referencia, que incorporan al total cuatro cazas F-18 y C-101, una corbeta, dos patrulleras, una secci¨®n de misiles Hawks y un avi¨®n de vigilancia AWACS. Parece demasiado para defender a Quince, pero los especialistas en econom¨ªa son ellos. Dice Aznar que las organizaciones antiglobalizaci¨®n 'vociferan en las calles mientras nosotros no damos gritos, damos libertad para que se den gritos', y hay que reconocer que alt¨ªsima habr¨¢ de ser la vociferaci¨®n para que los gritos se oigan por encima del estruendo de tal despliegue belicista, que no va a afectar, como el punto 2, sino a los que quieran circular y manifestarse libremente en contra de los que no encuentran obst¨¢culo alguno a su circulaci¨®n y liberalizadoramente se manifiestan. Tambi¨¦n ha advertido Aznar a los manifestantes (no los Catorce y ?l, sino los que vociferan) de que es muy probable que marchen por Barcelona al lado de miembros de Batasuna. Cierto: se corre, entre otros muchos, ese riesgo. Yo, en justa correspondencia, advierto a Aznar de que ¨¦l se va a manifestar, entre otros pocos, junto a Silvio Berlusconi, cuyos principales apoyos se encuentran en el neofascismo italiano. ?Se han dado cuenta, por cierto, los de las cuentas de los Catorce y ?l, que hasta el momento la ¨²nica v¨ªctima de estas cumbres paralelas fue en G¨¦nova abatida a tiros por la polic¨ªa?
A tenor de las cr¨ªticas que ha recibido Maragall por parte de Javier Arenas y Jordi Pujol, que le acusan de 'apoyar' la manifestaci¨®n ciudadana contra la globalizaci¨®n que se celebrar¨¢ ma?ana, s¨¢bado, y a las que el ex-alcalde de Barcelona ha respondido que 'los catalanes no admiten que se proh¨ªban o restrinjan sus derechos constitucionales', me asalta una insistente curiosidad: de haberse celebrado en Madrid la cumbre de los Catorce y ?l, ?qu¨¦ habr¨ªa hecho ?lvarez del Manzano? Si, a pesar de su talante democr¨¢tico, no ha podido impedir Maragall que en su ciudad se haya establecido un aut¨¦ntico estado de sitio, ?c¨®mo habr¨ªa utilizado su talento ?lvarez del Manzano y en qu¨¦ se habr¨ªa convertido Madrid? Quiz¨¢ las inciertas respuestas a tan especulativas preguntas puedan servirnos de apoyo te¨®rico para ir escogiendo candidatos a una alcald¨ªa que est¨¢ pidiendo a gritos una renovaci¨®n que le devuelva a Madrid, simplemente, su dignidad.
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