Apag¨®n en la cumbre de la luz
Los cortes de electricidad afectan a la reuni¨®n. Piqu¨¦ confunde Irak con Gibraltar
No siempre resulta f¨¢cil predicar con el ejemplo. En plena inauguraci¨®n de la cumbre de Barcelona, la que intenta acelerar la liberalizaci¨®n del mercado energ¨¦tico, el presidente del Parlamento Europeo, Pat Cox, tuvo la ocasi¨®n de experimentar el s¨ªndrome de los apagones que estos ¨²ltimos meses se han prodigado en Espa?a y, en particular, en Catalu?a. A Cox se le fue la luz mientras desgranaba sus ideas sobre la ampliaci¨®n y la situaci¨®n en Oriente Pr¨®ximo ante un pu?ado de plumillas. 'Ah, se hizo la luz', reaccion¨® a los pocos minutos. Una zona de la sala de prensa que acog¨ªa a m¨¢s de 3.500 periodistas tambi¨¦n sufri¨® un apag¨®n.
El humor y las buenas vibraciones se hacen necesarias ante los retos que se discuten en Barcelona. De ello tom¨® nota el Gobierno dan¨¦s. Las medidas de seguridad impuestas truncaron la tradici¨®n de la delegaci¨®n de Dinamarca de reunir a sus periodistas en el hotel donde se aloja la medianoche previa a cada Consejo Europeo. Pero el primer ministro, Anders Fogh Rasmussen, y sus ministros de Exteriores, Per Stig Moller, y de Econom¨ªa, Thor Pedersen, encontraron una soluci¨®n de recambio para que no hubiera malos rollos: la reuni¨®n se celebrar¨ªa en la sala de prensa, con la condici¨®n de que hubiera cervezas para todos, aunque las latas tardaron en llegar.
Beber y comer siempre ha sido un buen modo de escenificar en la mesa los intentos de reconciliaci¨®n tras tirarse los trastos a la cabeza. As¨ª, despu¨¦s de las embestidas mutuas entre el canciller alem¨¢n, Gerhard Schr?der, y el presidente de la Comisi¨®n Europea, el italiano Romano Prodi, ambos decidieron hacer lo propio la noche del jueves. Seg¨²n el portavoz de Prodi, la conversaci¨®n fue 'amistosa, pero seria'. La gran decisi¨®n que tomaron fue cenar juntos cada vez que vayan a un Consejo Europeo.
M¨¢s gestos de cordialidad. Esta vez, por una cuesti¨®n relacionada con la cumbre anterior, la de Laeken. Cuando se plante¨® qui¨¦n deb¨ªa llevarse la sede de la agencia de seguridad alimentaria, a la que aspira Barcelona sin que Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar la peleara demasiado, a juicio del sector, Silvio Berlusconi se qued¨® a gusto en su defensa de Parma frente a las aspiraciones de Helsinki. A ver qu¨¦ m¨¦ritos acumulan los finlandeses, si hasta desconocen lo que es el prosciutto. El alcalde de Parma, Elvio Ubaldi, tuvo el detalle de mandarle un paquetito al primer ministro de Finlandia, Paavo Lipponen, para que pudiera degustarlo. Pero lo cierto es que Lipponen, que ten¨ªa que salir para Barcelona cuando recibi¨® el regalo, dijo que 'no hab¨ªa tenido tiempo de probarlo'.
Tampoco Barcelona sali¨® muy bien parada en lo que se refiere a la gastronom¨ªa. Berlusconi tuvo la mala suerte de pillar una 'leve gastroenteritis' en su cena del jueves. Leve, s¨ª, pero no tanto como para darle plant¨®n a sus 27 colegas restantes, los comunitarios y los aspirantes a comunitarios, y al rey Juan Carlos, en la comida ofrecida en el palacio de Pedralbes. Seg¨²n la foto de familia de Barcelona, de la que tambi¨¦n tuvo que ausentarse el presidente del Consejo italiano, Berlusconi nunca estuvo en la cumbre. No es el ¨²nico dato que afe¨® el triunfante recibimiento que Barcelona ha dado a los dirigentes europeos. Preguntado por un periodista brit¨¢nico por una eventual discusi¨®n a Quince sobre un ataque a Irak, a Josep Piqu¨¦ le traicion¨® el inconsciente. En lugar de Irak, comprendi¨® (y exclam¨® y se interrog¨®) 'The Rock?', vamos, el Pe?¨®n. Entre el carcajeo general, el ministro de Exteriores tuvo que disculparse con varios sorries y aclarar posteriormente que Gibraltar no era tema en Barcelona.
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