Marruecos aprueba una ley que acota la libertad de prensa pese a las protestas de periodistas
De nada sirvieron los brazaletes rojos que portaban los 40 periodistas que accedieron a la tribuna del p¨²blico para expresar su protesta. Con tan s¨®lo una quinta parte de los diputados en los esca?os, la C¨¢mara baja del Parlamento marroqu¨ª aprob¨® el martes por la noche, por 58 votos contra uno y 12 abstenciones, una nueva ley de prensa que el Sindicato Nacional de la Prensa de Marruecos (SNPM) aborrece.
Mohamed Achaari, el ministro de Comunicaci¨®n, explic¨® que la adopci¨®n de la nueva ley constituye un jal¨®n importante a la hora de garantizar el libre ejercicio de la profesi¨®n period¨ªstica. Para Younes Mujahid, el secretario general del SNPM, se trata m¨¢s bien de 'un inaceptable paso atr¨¢s que pone en peligro la libertad de prensa', seg¨²n declar¨® a este diario.
Peri¨®dicos tan dispares como el diario L'Opinion, del partido nacionalista Istiqlal, integrado en la coalici¨®n gubernamental, y L'Economiste, cercano a la patronal, arremetieron con dureza la nueva ley. 'Es una legislaci¨®n de otros tiempos (...), de los tiempos de la rigidez pol¨ªtica y social', afirmaba este ¨²ltimo rotativo.
La ley sustituye a otra m¨¢s severa aprobada durante el reinado de Hassan II. Como la anterior permite al Ejecutivo suspender o secuestrar peri¨®dicos marroqu¨ªes o extranjeros pero le obliga ahora a justificar por escrito su decisi¨®n. Podr¨¢ tomar tales medidas si las publicaciones atentan contra el islam, la monarqu¨ªa,la integridad territorial -es decir, si dudan de que el S¨¢hara pertenezca a Marruecos- o a la buena moral. Este concepto es demasiado abstracto, seg¨²n el sindicato.
Por difamar al rey o a su familia, los periodistas pueden ser condenados a entre tres y cinco a?os de c¨¢rcel. En el anterior c¨®digo, la pena pod¨ªa llegar hasta 20 a?os El sindicato lamenta que no se defina la difamaci¨®n para diferenciarla del ejercicio de la cr¨ªtica.
Antes de entrar en vigor, la ley se ha cobrado ya una primera v¨ªctima: Mujahid, secretario general del sindicato. Su activa oposici¨®n al proyecto y sus denuncias contra alg¨²n que otro abuso perpetrado por los servicios secretos contra la prensa le han valido, seg¨²n sus compa?eros, una primera sanci¨®n.
Mujahid ha dejado de cobrar su n¨®mina, aunque no ha llegado a ser despedido, del diario socialista Al Ittihad Al Ichtiraki, del que era redactor. El director del peri¨®dico es el primer ministro, Abderraman Yussufi. 'No he recibido ninguna explicaci¨®n oficial', afirma. 'Lo que han hecho es ilegal'.
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