'Hay que lograr un consenso en las nuevas leyes universitarias'
Adem¨¢s de ejercer la presidencia del Consejo Social de la Polit¨¦cnica de Valencia, Rafael Ferrando es el primer empresario licenciado que ha llegado a la m¨¢xima direcci¨®n de la Confederaci¨®n Empresarial Valenciana (CEV). Desde su atalaya de referencia para el sector productivo, Ferrando se ha convertido en el hombre bisagra entre la patronal, la Generalitat y los sindicatos, logrando un dictamen un¨¢nime del Consejo Econ¨®mico y Social (CES) respecto al anteproyecto de Ley valenciana de Consejos Sociales, que supone un giro de 180 grados al intento inicial de 'politizar' unos ¨®rganos que tendr¨¢n un papel clave en la transferencia de I+D y la financiaci¨®n mixta del sistema universitario. El 'consenso' es su receta para este ¨²ltimo tramo de la segunda legislatura de Eduardo Zaplana.
Pregunta. El sistema universitario valenciano vive tiempos de definici¨®n. Es el primero que est¨¢ dise?ando dos leyes que son el 'modelo' que el ministerio pretende exportar. ?C¨²al est¨¢ el escenario?
Respuesta. El proyecto de ley de los consejos sociales se ven¨ªa trabajando desde antes incluso de la LOU, por ello se ha logrado elaborar con muchas aportaciones que han sido recogidas en el ¨²ltimo borrador que el Consell remitir¨¢ a las Cortes. Pero este proyecto se est¨¢ tramitando junto a la nueva Ley de Creaci¨®n del Consejo Valenciano de Universidades y su Organismo de Acreditaci¨®n, y en este proceso se debe conseguir un consenso amplio, porque estamos hablando de leyes que deben durar.
P. S¨ª, pero las relaciones del Consell con las universidades no han sido f¨¢ciles. La inclusi¨®n de las alegaciones, ?indica que hay una cierta 'marcha atr¨¢s', que se empieza a normalizar el di¨¢logo?
R. Yo creo que se empezaron a normalizar durante la elaboraci¨®n del modelo de financiaci¨®n. Ah¨ª las universidades trabajaron muy seriamente, y la consejer¨ªa as¨ª lo entendi¨®. Ese esp¨ªritu se ha ido trasladando poco a poco a otros ¨¢mbitos, hasta tal punto que en este momento creo que todos son conscientes de que hay muchos m¨¢s puntos de encuentro, que de desencuentro.
P. ?Ha desaparecido, entonces, esa desconfianza pol¨ªtica?
R. Bueno, siempre hay tendencia a ver a la Administraci¨®n como la madastra (ironiza). Tambi¨¦n es cierto que en determinado momento va a tener que cortar algunas de las aspiraciones de las univesidades, a¨²n siendo l¨®gicas. Los presupuestos son limitados, y hay que priorizar. No obstante, teniendo claro cu¨¢les son las leyes -algo que debe ser irrenunciable por ambas partes porque podr¨ªa repercutir en una merma de la calidad del sistema- y con buena voluntad se puede llegar a todo ello. En esa l¨ªnea, precisamente, se est¨¢ trabajando ya. En ese sentido, hay algo que quiero matizar: Hubo un momento en que parec¨ªa que el cambio de algunas personas pod¨ªa propiciar un cambio de relaciones. Y aparentemente cambiaron las personas, pero todo sigui¨® igual. Yo creo que en este momento s¨ª que se est¨¢ produciendo un cambio real.
P. Se refiere a los rectores o a...
R. Por parte del propio director general. O sea, que los cambios proceden de todos.
P. ?Se percibe una nueva etapa de entendimiento en el Gobierno?
R. Yo pienso que s¨ª, aunque tendr¨ªan que ser los rectores quienes lo manifestaran. Creo que por un lado las universidades se han dado cuenta del papel que tienen y, por otro, el Gobierno se ha dado cuenta de que tiene que las Universidades son clave para el desarrollo.
P. Recientemente, usted ha sido una especie de defensor de la 'autonom¨ªa universitaria' en versi¨®n empresarial, a ra¨ªz de la presentaci¨®n de aquel primer borrador de consejos sociales de talante fiscalizador.Su presencia fue clave para reconducir el choque entre los rectores y la Direcci¨®n General de Universidades. ?C¨®mo fue esa negociaci¨®n?
R. Es l¨®gico para cualquier gobernante el tratar, con la legislaci¨®n en la mano, de condicionar aquellos aspectos que ve que por la v¨ªa del di¨¢logo o de los malentendidos no se consigue. Sin embargo, en el proceso de alegaciones hubo aportaciones interesantes por parte de las universidades que consideraron que, dado el que marco de referencia era la LOU, los consejos ten¨ªan que estar m¨¢s vinculados a la universidad. Y con buena voluntad de ambas partes eso se ha superado. Quiero precisar que, por un lado, ha sido la propia percepci¨®n de los rectores y, por otro la acci¨®n de los presidentes de los consejos sociales, los que han posibilitado que estos ¨®rganos se puedan ver como un elemento importante de relaci¨®n con la sociedad. Cuando los rectores fueron conscientes de eso, debido al talante de los presidentes o al propio conocimiento de los rectores, se han aprovechado esos espacios de entendimiento que han propiciado una evoluci¨®n.
P. Ahora el caballo de batalla es en el funcionamiento del macroconsejo de universidades, que excluye a los rectores de ciertas comisiones.
R. Tal y como se concibi¨® el primer borrador se crearon dos comisiones que ven¨ªan a ser un remedo de las organizaciones nacionales; de forma que la comisi¨®n acad¨¦mica era como el Consejo de Rectores y la de coordinaci¨®n como el de presidentes de consejos sociales. Adem¨¢s de que las competencias se interfer¨ªan unas con otras.
P. ?Cu¨¢l es su posici¨®n?
R. Nosotros consideramos que que es importante que si la comisi¨®n de coordinaci¨®n tiene que coordinar las pol¨ªticas que llevan a cabo los consejos sociales y dado que en estos est¨¢ representada la parte acad¨¦mica, lo que cabr¨ªa es concretar f¨®rmulas para que los representantes directos de la Universidad -que pueden ser el rector, el gerente y el secretario general de la universidad, pero no por ejemplo un representante del personal de administraci¨®n o de los estudiantes- se incorporen para que est¨¦n claramente representadas las juntas de gobierno y los claustros.
P. Puede dar la impresi¨®n de que se esta creando una macroestructura para dirigir el sistema o, por el contrario, se busca dise?ar un ¨®rgano que trabaje con el Consell. ?Hay la pretensi¨®n de crear una estructura suprauniversitaria de control?
R. Bueno, puede haber las dos lecturas, seg¨²n qui¨¦n lo lea (bromea). Un ¨®rgano de estas caracter¨ªsticas, es necesario. Pero somos los actores que estamos dentro los que hemos de darle, precisamente, ese sentido de foro de encuentro y no de control o fiscalizaci¨®n. Adem¨¢s, creo que es como un foro de encuentro para que ninguna de las universidades se quede rezagada respecto de las otras, porque es ah¨ª donde entre todas se pueden marcar estrategias comunes que beneficien al conjunto del sistema.
P. ?Est¨¢n dadas las condiciones para poder afirmar que se est¨¢ consolidando un sistema universitario valenciano propio?
R. Se est¨¢n creando las bases para ello. Esperamos que se consiga.
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