Ortigas, gaseosas y mujeres
Un colegio cordob¨¦s, premiado por educar a sus alumnos en la igualdad
'Mujer y ortiga, a cual m¨¢s pica', dice un refr¨¢n popular. 'La mujer, como la ortiga, puede ser arisca', admite Luisa Luque, 'pero como cualquier hombre, que no s¨®lo las mujeres son ariscas'. Luisa es una alumna del colegio p¨²blico Elena Luque, de Santa Cruz (C¨®rdoba), y una de sus actividades escolares ha consistido en comentar proverbios como ¨¦ste, traerlos a la vida real y ver si transmiten verdades o prejuicios absurdos.
A Mar¨ªa Dolores Gonz¨¢lez le ha tocado esta otra perla de sabidur¨ªa: 'Las mujeres son como las gaseosas, unas caseras, otras revoltosas'. Su respuesta no tiene desperdicio: 'En mi opini¨®n, a la mujer se la tiene hoy en d¨ªa muy discriminada, y lo mismo que algunas mujeres son callejeras, me inclino a pensar que los hombres son mucho m¨¢s callejeros y revoltosos que las mujeres'.
Esto de discutir y poner en tela de juicio sentencias antiguas es s¨®lo una de las muchas ideas que este centro ha llevado a la pr¨¢ctica dentro de su proyecto de coeducaci¨®n, que ha cumplido ya una d¨¦cada, y que acaba de recibir el Premio Igualdad de la Diputaci¨®n de C¨®rdoba, dotado con 3.005 euros, que les vendr¨¢n muy bien para seguir trabajando.
El colegio se enclava en un entorno rural tradicional', reflexiona Jos¨¦ Vald¨¦s, el director. 'Aqu¨ª los estereotipos sexistas est¨¢n muy marcados y resulta muy dif¨ªcil erradicarlos'.
Vald¨¦s, que lleg¨® a Santa Cruz hace 19 a?os, recuerda lo que sucedi¨® un d¨ªa que se derram¨® un bote de pintura en clase. 'Le dije a un chico que fuera por la fregona y se neg¨® en redondo. 'Yo no voy a limpiar, maestro', me dijo muy digno. 'Si eso lo han hecho las nenas toda la vida, no veo por qu¨¦ vamos a cambiar ahora'. Me fui por la fregona y recog¨ª la pintura, sin m¨¢s. Los otros se re¨ªan. 'No es la primera vez que lo hace, ?eh, maestro?'. Claro que no, les respond¨ª'.
Por fortuna, las cosas han mejorado mucho. 'Entre otras cosas', explica el director, 'porque muchos de los padres y madres de hoy fueron alumnos nuestros entonces y ya se han incorporado a esta filosof¨ªa de la igualdad'. Pero siempre queda tarea; Mar¨ªa ?ngeles Dios y Mar¨ªa del Carmen L¨®pez, madres de alumnos, ven claro que hace falta m¨¢s movimiento. 'Hay que implicarse m¨¢s. Aqu¨ª el hombre viene del trabajo y se va al bar. La mujer viene del trabajo y sigue trabajando en caso. Y sigue siendo m¨¢s f¨¢cil decir: 'Ni?a, pon la mesa', que 'ni?o, lo mismo', afirman convencidas.
Fabi¨¢n C¨¢mara, profesor, remata: 'Cuesta mucho cambiar los chips, y lo que intentamos nosotros es que los vayan cambiando desde chicos, cada d¨ªa'. La idea, como explica C¨¢mara, no es vestirlos de palomitas blancas en el D¨ªa Internacional de la Paz y llevarlos cantando dulcemente hasta el sal¨®n de actos, sino evitar que se den le?azos letales en el campo de f¨²tbol durante el recreo: ense?arles, en fin, a convivir.

Responsabilidades divertidas
?ste es un colegio vivo y curioso, con aire de invernadero tropical. Los pasillos est¨¢n llenos de plantas, se oye trino de p¨¢jaros y, sin embargo, reina un orden extremado. Todo brilla, hasta el patio, hasta las jaulas de los periquitos, hasta las peceras, hasta las vitrinas llenas de restos arqueol¨®gicos, hasta el recinto donde vive Loles, una pac¨ªfica coneja de Angora que tiene 104 propietarios (justo el n¨²mero de ni?os y ni?as que estudian en el Elena Luque). Y los alumnos se encargan de todo. Forman los llamados 'equipos de responsabilidad'; en cada equipo se integran voluntariamente estudiantes de todas las edades, desde los cuatro hasta los 14 a?os, y se ocupan, juntos y por turnos, del cuidado de las plantas y los animales, de que los ba?os y vestuarios tengan siempre jab¨®n, toallas y papel higi¨¦nico, de que los libros de la biblioteca est¨¦n correctamente ordenados y etiquetados... Cada d¨ªa, a la hora del recreo, los chicos se toman un ratito para comerse el bocadillo (nada de boller¨ªa industrial; ¨¦sa fue otra campa?a exitosa que emprendi¨® el colegio, en defensa de la dieta mediterr¨¢nea), y ponen manos a la obra. Mar¨ªa Sierra S¨¢nchez, de 2? de ESO, est¨¢ en el equipo que atiende a los animales. 'Lo m¨¢s divertido es sacar a Loles, que es muy cari?osa, al patio', explica. La coneja, en brazos del comit¨¦ de paseos, tiene expresi¨®n de hallarse m¨¢s all¨¢ del bien y del mal. 'Y lo m¨¢s aburrido es limpiar'. A su alrededor, tres o cuatro criaturas de estatura escalonada se calzan los guantes y desmontan las jaulas con gran habilidad. Otra m¨¢s advierte de que la comida de los agapornis (unos loros enanos de colores inveros¨ªmiles) se est¨¢ acabando y que habr¨¢ que comprar m¨¢s. En uno de los ba?os del colegio, justo enfrente de la secci¨®n zool¨®gica, otro equipo verifica que haya de todo y que todo est¨¦ perfecto. Chicos y chicas indistintamente, en ambos grupos. De este modo aprenden que son necesarios y que desempe?an un papel clave dentro del grupo y tambi¨¦n a trabajar juntos, a responsabilizarse de las cosas y de los seres vivos; se potencian las relaciones igualitarias, se vela por la igualdad de derechos y deberes entre ellos y se transmiten estos valores hacia sus casas, hacia sus familias. 'Es un esquema asambleario y democr¨¢tico al 100%', dice el director, orgulloso.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.