El Bar?a doma al Galatasaray

El Bar?a logr¨® anoche en Estambul un mes m¨¢s de paz. Treinta d¨ªas para serenar al club, para olvidar las amenazas de destituci¨®n de Rexach, para so?ar con Europa porque, con la Liga muy dif¨ªcil, es lo que parece m¨¢s accesible. Con un gol de Luis Enrique, el Bar?a burl¨® la cat¨¢strofe a la que parec¨ªa abocada toda la instituci¨®n.

Al l¨ªmite del abismo, los azulgrana lograron el pase a cuartos con una victoria que evit¨® mirar el resultado de Anfield porque el Liverpool se sac¨® de encima al Roma con un 2-0. El empate le bastaba al Galatasaray y, en cambio, pec¨® de una miop¨ªa clamorosa. Pero anoche el Bar?a, agarrado a la perfecta direcci¨®n de Xavi y a la destreza de Kluivert, socav¨® toda la moral del equipo turco, que s¨®lo aguant¨® la primera media hora y se resign¨® a su suerte en medio de c¨¢nticos.

El ¨¢rbitro silb¨® el final, Kluivert alz¨® los brazos y Rexach cerr¨® los pu?os en se?al de victoria. El Bar?a acab¨® primero de grupo y jugar¨¢ la vuelta de cuartos en el Camp Nou. La victoria supone una inyecci¨®n de moral inmensa para el vestuario y el propio entrenador. No deja de ser curiosa la paradoja de que Fabio Capello, el candidato preferido por la directiva para sustituirle, quedara ayer eliminado. Pero este equipo es as¨ª: capaz de cuajar una triste semana con empates ante el Liverpool y el Madrid, y de ganar ayer por primera vez fuera de casa en dos meses. La ¨²ltima vez ocurri¨® en Tenerife y a Charly, casualmente, tambi¨¦n le iba el cargo.

Ni el Ali Sami Yen fue un infierno ni el Galatasaray tan fiero. Por mucho que no perdiera en Europa desde hac¨ªa dos a?os, aunque la estad¨ªstica oculta que tampoco gan¨® ni al Liverpool ni al Roma. El Bar?a, muy temeroso, tampoco enga?¨® a nadie: le iba la vida en el partido y aline¨® a tres centrales (entre ellos a Abelardo, que sustituy¨® al enfermo Frank de Boer) y dos carrileros. S¨®lo se qued¨® Kluivert en punta y Overmars, que gan¨® su pulso a Saviola por jugar, salt¨® para imprimir velocidad en los contragolpes. El Galatasaray sali¨® con la furia temida y puso en el arranque en m¨¢s de un apuro a la improvisada zaga azulgrana, que se estrenaba este a?o. Pese a todo, fue el Bar?a el que tuvo la posibilidad de marcar en una jugada c¨®mica entre Kluivert y Overmars.

Pero se trat¨® de un espejismo porque, a partir de ese momento, el Galatasaray tuvo el partido en sus manos al encadenar, uno tras otro, cinco remates de gol ante la pasividad del Bar?a. Primero Erdem se col¨® entre los centrales y oblig¨® a Bonano a detener el bal¨®n en dos tiempos. La tragedia sobrevol¨® el banquillo azulgrana porque el Liverpool marc¨® su primer gol. Fue s¨®lo el primer aviso: Rochemback, desde muy lejos, lanz¨® una falta que estuvo a punto de transformar y propici¨® un contragolpe que pudo ser letal. Abelardo, en un error de bulto, se equivoc¨® en un pase a Christanval y Erden no marc¨® a porter¨ªa vac¨ªa. Hasan Sas, el volante izquierdo, se pase¨® como quiso por la banda ante los fallos de concentraci¨®n de la zaga. Emre y Fleurquin pudieron marcar de cabeza a centros suyos. E incluso ¨¦l mismo estuvo a un paso de hacerlo, pero Bonano tap¨® bien.

Desconcertado, el Bar?a pareci¨® superado porque no pod¨ªa despegarse de la presi¨®n turca y el ¨²nico recurso eran las asistencias de Xavi a Rochemback y a Overmars para lanzar contraataques, que casi siempre acabaron en nada. Pero en una jugada tonta empez¨® a renacer: Erg¨¹n perdi¨® un bal¨®n en el ¨¢rea y Luis Enrique estuvo a un paso de cazarlo. El error dej¨® mudo al Ali Sami Yen, que temi¨® lo peor. El Galatasaray se qued¨® l¨ªvido y el Bar?a empez¨® a serenarse, a tener el bal¨®n y a dar la sensaci¨®n de dominar m¨¢s el encuentro, si bien nunca se estir¨® porque s¨®lo Xavi, en el disparo de una falta, tuvo la ocasi¨®n de marcar.

Agotado por el esfuerzo y presa de los nervios, el Galatasaray se desesper¨® por su escaso olfato. Todo lo contrario de lo que le sucedi¨® al Bar?a. Dio el golpe en el momento justo. Quedaba media hora y Overmars se llev¨® el bal¨®n por la banda y chut¨® desde la frontal. La pelota sali¨® repelida hasta los pies de Rochemback, que lo volvi¨® a probar. Y Mondrag¨®n cometi¨® un error fatal: dej¨® la pelota suelta para que Luis Enrique la empujara con suspense hasta la red. El Bar?a celebr¨® tanto el gol que estuvo a punto de costarle caro: Umit Karan pudo empatar, pero Coco salv¨® el empate en la l¨ªnea de gol.

Pero no cundi¨® el p¨¢nico. El Galatasaray se fue en tromba al ataque y Xavi se impuso en la medular como un gigante tirando de contraataque. El marcador se qued¨® corto porque el Bar?a dispuso de dos ocasiones m¨¢s por lo menos. La agon¨ªa se extendi¨® hasta el final porque el Liverpool ganaba por 2-0 y el empate le bastaba al Galatasaray. Pero dio la impresi¨®n de que hubiera podido jugar toda la noche sin ver puerta. El Bar?a, mientras, se dedic¨® a congelar el bal¨®n, a permitir que pasaran los minutos, para que el club celebrara con estruendo la clasificaci¨®n por primera vez en dos a?os. Algunos hablar¨¢n de la flor de Charly. Y ¨¦l quiz¨¢ prefiera referirse, como hizo anteayer, al juego de la oca: ha ganado un mes de vida de ronda en ronda en la Liga de Campeones.