El co?azo

El pasado lunes, el primer ministro espa?ol, Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar, compareci¨® en Madrid, ante el Congreso de los Diputados, para informar sobre el Consejo Europeo de Barcelona. Dos d¨ªas despu¨¦s, el mi¨¦rcoles, el mismo Aznar, esta vez como actual presidente de la UE, compareci¨® ante el Parlamento Europeo para informar a los se?ores eurodiputados sobre lo mismo, sobre el Consejo Europeo Extraordinario celebrado en Barcelona. Parece ser que una vez terminada su intervenci¨®n, y mientras recib¨ªa los aplausos de la C¨¢mara, Aznar se sincer¨® con su vecino de esca?o, el secretario de Estado para Asuntos Exteriores, Ram¨®n de Miguel, con estas palabras: '?Vaya co?azo que he soltado!'. Fue el micr¨®fono que el orador olvid¨® cerrar quien difundi¨® la frase. El discurso que Aznar ley¨® en Bruselas fue el mismo que ley¨® en Madrid, mutatis mutandis, y que la oficina del portavoz nos reparti¨® a los periodistas que ocup¨¢bamos la tribuna de prensa del Congreso. El mismo en contenido y en extensi¨®n: 13 folios. Lo que no sabemos -al menos uno no tuvo ocasi¨®n de comprobarlo- es si al terminar su intervenci¨®n en Madrid, ante los diputados espa?oles, Aznar se dirigi¨® a su esca?o convencido de que, como luego en Bruselas, nos hab¨ªa 'soltado un co?azo' a los all¨ª presentes: diputados, periodistas y ciudadanos que asist¨ªan a la sesi¨®n desde las tribunas para el p¨²blico. ?Se dirigi¨® Aznar a sus vecinos de esca?o, los vicepresidentes Rajoy y Rato, para manifestarles su convicci¨®n de que acababa de soltarnos 'un co?azo'?

Aznar, con la sinceridad que suponen las confesiones hechas en la intimidad, piensa que informar a los representantes de los ciudadanos sobre las actuaciones del Consejo Europeo es 'un co?azo'. Resultar¨ªa curioso llegar a saber qu¨¦ otras cosas de la actividad pol¨ªtica le resultan 'un co?azo' a Aznar. Tengo para m¨ª que desde la mayor¨ªa absoluta que disfruta, y habida cuenta de la forma y manera con que la ejerce, para Aznar deben ser 'un co?azo' todas y cada una de las obligaciones a las que un r¨¦gimen democr¨¢tico obliga a sus dirigentes.

fburguera@inves.es