Freire encara el asalto a la ¨²ltima frontera espa?ola

Hace calor en Mil¨¢n. Calor de verano m¨¢s que de primavera: 30 grados en la plaza del Duomo al mediod¨ªa. ?scar Freire, que intentar¨¢ desde ma?ana convertirse en el primer espa?ol que gana la Copa del Mundo de ciclismo, est¨¢ tranquilo y descansando. Concentrado y motivado para la Mil¨¢n-San Remo, la primera cl¨¢sica, el Mundial de primavera, la gran deuda de su equipo, el Mapei, el primer paso, el primero de los diez escalones que tendr¨¢ que subir para ganar la Copa, la ¨²ltima frontera del ciclismo espa?ol, un trofeo que nunca siquiera ha intentado ganar un corredor nacional.

Freire, el crack de Torrelavega (Cantabria), compiti¨® el mi¨¦rcoles en San Benedetto de Tronto, en la costa adri¨¢tica, durmi¨® en Forl¨ª y, camino de Mil¨¢n, comi¨® en Bolonia. Ayer descans¨®. No toc¨® la bicicleta. Fue un d¨ªa de supercompensaci¨®n. Un d¨ªa de asimilaci¨®n, de recuperaci¨®n. Por primera vez en su vida, Freire, doble campe¨®n mundial de fondo en carretera, ha podido entrenarse cuatro meses seguidos sin apenas problemas de salud, exceptuando alg¨²n proceso viral, como el catarro que le afect¨® la ¨²ltima semana en la Tirreno-Adri¨¢tico. Por ello, por precauci¨®n, evit¨® entregarse a tope; por miedo a una reca¨ªda, a quedarse sin defensas. Por eso el peque?o deje de frustraci¨®n de no haber ganado ninguna etapa. Pero tampoco gan¨® nada en las v¨ªsperas de su ¨²ltimo Mundial.

Ha llegado la primavera, casi el verano por el calor, y Freire, tranquilo, m¨¢s chupado, 63,5 kilos, menos grasa, la misma masa muscular, la misma capacidad explosiva, el mismo olfato, el feeling de campe¨®n, espera. Ma?ana tiene trabajo.