Un demente se atrinchera 17 horas en su casa para evitar ser hospitalizado
El hombre amenaz¨® con reventar a tiros una bombona de butano con una escopeta de caza
Carmelo de los Reyes, un enfermo mental de 38 a?os, se atrincher¨® durante 17 horas en su domicilio y amenaz¨® con disparar contra una bombona de butano si era trasladado a un hospital para que los m¨¦dicos le trataran del ataque de esquizofrenia que padec¨ªa. El suceso ocurri¨® en el n¨²mero 62 de la calle de Puentelarra (Villa de Vallecas). Una psiquiatra que lo atiende desde hace meses tard¨® cinco horas en convencerlo para que depusiera su actitud.
El incidente comenz¨® sobre las 22.15 del pasado mi¨¦rcoles en el bajo A del n¨²mero 62 de la calle de Puentelarra, en el distrito de Villa de Vallecas. La familia, de etnia gitana, reside en ese domicilio desde hace dos a?os, tras ser realojada desde el poblado marginal de La Rosilla. En ese piso conviven con los padres dos de sus hijos (uno de ellos, Carmelo).
Carmelo de los Reyes padece un trastorno mental asociado al consumo de drogas, que los m¨¦dicos denominan una patolog¨ªa dual. Por este motivo toma diariamente sedantes y relajantes. Sin embargo, hace cuatro d¨ªas abandon¨® el tratamiento. Ante esta situaci¨®n, los padres de Carmelo avisaron al Imsalud 061 para que su hijo fuera atendido por los m¨¦dicos. Pero, cuando una ambulancia psiqui¨¢trica del Samur-Protecci¨®n Civil le iba a trasladar al servicio de psiquiatr¨ªa del hospital Gregorio Mara?¨®n, el hombre ech¨® a los sanitarios del Samur y a sus padres a la calle, a punta de navaja, se atrincher¨® en su casa y amenaz¨® con reventar a tiros una bombona de butano con la escopeta de caza de su padre.
Un disparo en la noche
Desde ese momento, s¨®lo el portero autom¨¢tico sirvi¨® para hablar desde el portal con la vivienda donde estaba Carmelo. El momento m¨¢s cr¨ªtico lleg¨® a la una de la madrugada, cuando peg¨® un tiro al aire desde una de las ventanas del piso. El disparo alert¨® a¨²n m¨¢s a los servicios de emergencia y a la polic¨ªa, que acordon¨® la calle.
El estampido del disparo fue escuchado por los vecinos m¨¢s pr¨®ximos a la zona, pero creyeron que se trataba de un petardo lanzado por alg¨²n hincha del Real Madrid (la televisi¨®n retransmit¨ªa en diferido su partido contra el Panathinaikos griego). Mientras tanto, los polic¨ªas apostados en los alrededores gritaban a Carmelo para que se rindiese. La situaci¨®n se prolong¨® as¨ª durante toda una larga noche.
Un hermano de Carmelo reconoc¨ªa ayer que no es la primera vez que ¨¦ste sufre una crisis de locura. El joven recuerda que en La Rosilla 'mont¨® otra buena en otra ocasi¨®n', aunque agrega: 'Pero como ¨¦sta, ninguna'. 'Yo lo que quiero es que lo deje ya... que lo est¨¢ empeorando. ?s¨ª se va a buscar la c¨¢rcel. Lo que me da miedo es que, como le quedan cuatro d¨ªas de vida, se vuelva loco del todo y le d¨¦ por hacer estallar la bombona', agrega el hermano.
A las nueve de la ma?ana de ayer, Carmelo requiri¨® la presencia de su psiquiatra, la cual fue trasladada en un veh¨ªculo policial hasta la vivienda. Protegidos con sendos chalecos antibalas, un negociador policial y la psiquiatra hablaron a trav¨¦s de la puerta de la vivienda durante cinco horas. Sobre las 14.00, la m¨¦dica convenci¨® a Carmelo de que abriera la puerta -lo que hizo armado con un cuchillo- y que se tomara un medicamento. El efecto del f¨¢rmaco lleg¨® a las tres de la tarde: Carmelo depuso su actitud y, con la cabeza cubierta por una sudadera roja, se introdujo en la ambulancia camino del hospital. Mientras, su madre se desplomaba en el suelo, v¨ªctima de una crisis de ansiedad.
Muchos vecinos se preguntaban despu¨¦s 'por qu¨¦ la polic¨ªa no desaloj¨® el bloque por la noche'. Otros anunciaban que ma?ana (por hoy) enviar¨¢n una carta al Ayuntamiento 'para que esta familia sea expulsada de la vivienda', aunque la mayor¨ªa reconoce que 'son buena gente'.
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