?pica espa?ola concisa y vital
?Se cant¨® por primera vez el Mio Cid en 1144 con ocasi¨®n de las bodas de un rey navarro con una infanta castellana? Y si as¨ª fue, ?hab¨ªa memorizado el juglar un texto o compon¨ªa sobre la marcha? ?Segu¨ªa una tradici¨®n literaria ya establecida o daba luz en ese instante a un g¨¦nero hasta entonces no cultivado en la Pen¨ªnsula? Y al hacerlo, ?imitaba la ¨¦pica de origen franco o segu¨ªa una tradici¨®n aut¨®ctona hisp¨¢nica? ?En qu¨¦ medida se alejaban los moldes formales y tem¨¢ticos del g¨¦nero de los de la Chanson de Roland? La respuesta a estas cuestiones ha hecho correr r¨ªos de tinta y ha dado lugar a todo tipo de opiniones, algunas de lo m¨¢s peregrino (desde atribuir origen ¨¢rabe al Mio Cid a pensar de que fue obra erudita de un notario de Burgos). Semejante controversia tiene mucho que ver con el hecho de que s¨®lo se nos han conservado dos textos en forma versificada, el poema de Mio Cid y el fragmento de Roncesvalles.
LA ?PICA ESPA?OLA. NUEVA DOCUMENTACI?N Y NUEVA EVALUACI?N
Diego Catal¨¢n Fundaci¨®n Ram¨®n Men¨¦ndez Pidal/Seminario Men¨¦ndez Pidal Universidad Complutense de Madrid. Madrid, 2000 1.022 p¨¢ginas. 72 euros
Este estudio de Diego Catal¨¢n viene a colocar las cosas en su sitio. Escrito en un tono ameno y did¨¢ctico (que no presupone un dominio del tema propio de especialistas), es, sin embargo, el producto de una indagaci¨®n en la que fructifican, con resultados asombrosos, todos los conocimientos adquiridos a lo largo de m¨¢s de cincuenta a?os de investigaci¨®n sobre dos campos, la historiograf¨ªa medieval y el romancero oral hisp¨¢nicos. Catal¨¢n, al examinar todos los testimonios cron¨ªsticos que beben de fuentes ¨¦picas, no s¨®lo pone ante nuestros ojos las pruebas irrefutables de la existencia del g¨¦nero, sino que nos ense?a a entender c¨®mo esas fuentes fueron manipuladas para adaptarse a la mentalidad y a la t¨¦cnica historiogr¨¢fica de cada historiador. Ese an¨¢lisis le permite discriminar lo po¨¦tico de aquello que no lo es. Y tambi¨¦n lo que es o no 'hist¨®rico'. Porque una de las grandes novedades de este libro es la superaci¨®n de un viejo prejuicio de la escuela pidalina: el de creer en el valor 'hist¨®rico' de la epopeya o de los relatos cron¨ªsticos. Si algo nos ense?a Diego Catal¨¢n es que el valor 'hist¨®rico' que debemos conceder a esos testimonios no es otro del que tienen como construcciones literarias al servicio de intereses o preocupaciones de personajes o grupos sociales. El an¨¢lisis de los testimonios antiguos se completa con el de los modernos y contempor¨¢neos, secci¨®n en que aprendemos qu¨¦ de tradicional y 'viejo' conservan los romances de transmisi¨®n oral.
Tras esta revisi¨®n, la ¨¦pica hispana aparece ante nuestros ojos como un g¨¦nero que disfrut¨® de notable vitalidad y del aprecio general de la Edad Media espa?ola. Aunque surgida probablemente a imitaci¨®n de o por contacto con la ¨¦pica transpirenaica, desarroll¨® desde el principio rasgos formales y temas exclusivamente hispanos, entre los que destacan los conflictos de tipo jur¨ªdico o ¨¦tico-pol¨ªtico entre grupos sociales. Las p¨¢ginas centrales del libro, que exponen de forma clara y sucinta las caracter¨ªsticas de la ¨¦pica espa?ola y sus principales diferencias con otras escuelas de ¨¦pica rom¨¢nica, o las dedicadas al poema de Mio Cid, al ciclo cidiano y al Roncesvalles hisp¨¢nico, ser¨¢n a partir de ahora de lectura obligada no s¨®lo para especialistas, sino para cualquier fil¨®logo o persona cultivada en general.
Nueva secci¨®n de Babelia
Esta nueva secci¨®n de Babelia, dedicada a los cl¨¢sicos, aborda en la primera entrega el g¨¦nero ¨¦pico en la literatura espa?ola. Seg¨²n Diego Catal¨¢n, autor de La ¨¦pica espa?ola. Nueva documentaci¨®n y nueva evaluaci¨®n, el clasicismo y la modernidad se a¨²nan en un g¨¦nero del que s¨®lo se conservan dos textos en verso: el Cantar del Mio Cid y el fragmento de Roncesvalles. Adem¨¢s, el anecdotario del romancero y de sus investigadores es jugoso: Catal¨¢n y ?lvaro Galm¨¦s son tomados por maquis por la Guardia Civil cuando realizaban encuestas en busca de romances; Ram¨®n Men¨¦ndez Pidal y Mar¨ªa Goyri siguen la ruta del Cid en su viaje de novios.
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