Dos academias y un solo idioma verdadero
Hay noticias que emergen del mundo informe de lo habitual y, por tanto, no noticiable, precisamente a causa de su insignificancia. Es como ciertos s¨ªntomas de enfermedades; cuando una persona tiene fiebre, pero no el t¨ªpico fiebr¨®n de la gripe, sino unas d¨¦cimas persistentes durante semanas, es para empezar a preocuparse. Pues bien, acabo de ver en todos los peri¨®dicos un suelto insignificante. Es sintom¨¢tico que el espacio que le dedican sea m¨ªnimo, ya se trate de la prensa progresista o de la conservadora, de la nacional o de la local. ?Que cu¨¢l es la noticia? Una minucia: que el Rey ha pedido al patronato Pro Real Academia Espa?ola de la Lengua, el cual preside, que intensifique sus relaciones con las dem¨¢s academias de las lenguas que se hablan en Espa?a, Euskaltzaindia, la Real Academia Galega, el Institut d'Estudis Catalans y la Acad¨¨mia Valenciana de la Llengua. Hasta aqu¨ª, nada de particular: es su obligaci¨®n constitucional procurar que existan buenas relaciones entre las distintas instituciones culturales. Por esto, es f¨¢cil que la noticia pase desapercibida. Sin embargo, uno se pregunta: ?en qu¨¦ consistir¨¢n esas buenas relaciones que el director de la RAE se ha apresurado a decir que va a impulsar? Me imagino que en algo m¨¢s que en actos de hermanamiento entre acad¨¦micos, comidas y saraos varios. Supongamos que el estrechamiento de lazos se traduce en lo que parece m¨¢s natural, en acometer trabajos filol¨®gicos conjuntos, por ejemplo, en la redacci¨®n de diccionarios pluriling¨¹es, en la confecci¨®n de gram¨¢ticas contrastivas o en la edici¨®n de obras literarias en varias versiones idiom¨¢ticas. Estupendo. De una parte el espa?ol, de otra el gallego, de otra, el vasco y de otra... ?Ven como ten¨ªa raz¨®n?
Fui de los que apoyaron desde el principio la creaci¨®n de la AVL. Pese a que no todos los que son est¨¢n y a que se han cometido escandalosas pretericiones, precisamente de aquellos que m¨¢s hicieron por la paz civil de los valencianos, sigo pensando que la instituci¨®n, visto lo que pasaba antes, era necesaria. Mas alguna vez se habr¨¢ de plantear su relaci¨®n con el Institut d'Estudis Catalans. Bien est¨¢ que la AVL defienda las variantes l¨¦xicas valencianas o ciertas peculiaridades morfol¨®gicas. Pero que, cuando de la proyecci¨®n exterior se trata, haya dos voces para un mismo idioma no puede traer m¨¢s que problemas. Porque el caso del suelto que comento no es el primero. Hace unos meses tra¨ªan los peri¨®dicos la noticia de que se estaba pensando crear un Institut Ram¨®n Llull asociado al Instituto Cervantes y que compartir¨ªa sus sedes en el extranjero. Me pareci¨® una idea razonable: al fin y al cabo, es obligaci¨®n del Estado promover internacionalmente todas las lenguas que se hablan en su territorio; aprovechar la imparable expansi¨®n internacional del espa?ol para beneficiar a las dem¨¢s ser¨ªa lo m¨¢s efectivo. Mas he aqu¨ª que me entero de que el proyecto est¨¢ parado. La raz¨®n, se la imaginan: a esos estudiantes (brasile?os, sirios, rusos, alemanes, coreanos) de espa?ol se les iba a ofrecer la posibilidad de aprender, de paso, otra lengua rom¨¢nica peninsular en el mismo centro y, seguramente, sin coste adicional. Vale. Pero, ?qu¨¦ variedad dialectal se les ense?a? El problema, naturalmente, no lo iban a plantear los profesores, pues los valencianos ense?ar¨ªan su dialecto y los catalanes, el suyo. El problema lo plantear¨ªan, de hecho ya lo han planteado, las respectivas instituciones pol¨ªticas que no se ponen de acuerdo. Lo m¨¢s probable es que, finalmente, no se haga nada y que los Institutos Cervantes lleguen a ense?ar vasco o gallego, antes que valenciano.
Tercer asalto. Dentro de poco la UE, que ahora consta de quince estados y se expresa en una decena de lenguas, se ampliar¨¢ a veintitantos y a muchos m¨¢s idiomas. La situaci¨®n amenaza con volverse inmanejable y ya se est¨¢n tomando medidas. Una de las soluciones que podr¨ªa imponerse es que cada acto comunicativo se ofreciese en tres versiones, una en lengua germ¨¢nica, otra en lengua eslava y otra en lengua rom¨¢nica, pues, fuera del fin¨¦s, del griego y del h¨²ngaro, los m¨¢s de veinte idiomas de la UE ampliada pertenecen a alguno de estos grupos ling¨¹¨ªsticos. Es una buena soluci¨®n: un dan¨¦s o un holand¨¦s entienden muy bien el ingl¨¦s o el alem¨¢n, desde luego mucho mejor que los pobres espa?olitos, italianitos o francesitos. A su vez, las lenguas eslavas est¨¢n muy poco diferenciadas y los futuros ciudadanos polacos de la UE tampoco tendr¨¢n demasiadas dificultades, previo aprendizaje, para leer un texto en checo, por ejemplo. Y ahora en nuestro campo, en el de las lenguas que vienen del lat¨ªn. Parece que lo que va a imponerse es el llamado proyecto EuRom de la Universidad de Provenza: tras un breve periodo de instrucci¨®n espec¨ªfica, un ciudadano de lengua rom¨¢nica podr¨¢ seguir un discurso en otro idioma, aunque por s¨ª mismo ser¨ªa incapaz de expresarse en el mismo. Como habr¨¢ que preparar int¨¦rpretes, programas de traducci¨®n asistida por ordenador y cosas por el estilo, la UE querr¨¢ saber cu¨¢les y c¨®mo son las lenguas rom¨¢nicas de su territorio, para lo cual deber¨¢ acudir a sus instituciones filol¨®gicas representativas. Y una vez m¨¢s, me temo, la respuesta estar¨¢ clara en el caso del espa?ol, del franc¨¦s o del italiano, pero no en el que nos ocupa aqu¨ª. Resultado: en los innumerables actos oficiales u oficiosos de la UE, el valenciano brillar¨¢ por su ausencia.
?Para qu¨¦ seguir? La AVL nos ha tra¨ªdo la paz civil, que no es poco. Pero no nos aporta, de momento, ning¨²n esplendor cultural. Y, sin embargo, el valenciano se lo merece. Porque ya se relacionaba con las dem¨¢s lenguas peninsulares en un plano de igualdad, seg¨²n se desprende de los textos de un Mart¨ª de Viciana o del an¨®nimo de Lovaina, durante el siglo XVI. Porque, disfrazado de sabir, ya se hablaba en los puertos del Mediterr¨¢neo, los Institutos Cervantes de entonces, durante la Edad Media. Porque ya alternaba con otros idiomas europeos en las cortes pluriling¨¹es del Renacimiento italiano, una verdadera UE avant la lettre, por ejemplo en los textos de Torres Naharro. Y tampoco es mucho pedir que lo que fue posible hace quinientos a?os vuelva a serlo en la ¨¦poca de los multimedia y de la aldea global.
?ngel L¨®pez Garc¨ªa-Molins es catedr¨¢tico de Teor¨ªa de los Lenguajes de la Universidad de Valencia. (lopez@uv.es).
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