L¨¢grimas
Estos d¨ªas de Semana Santa no es raro ver a hombres derramando l¨¢grimas de emoci¨®n frente a los pasos de las procesiones, igual que puede ocurrir durante la romer¨ªa del Roc¨ªo; son dos ocasiones al a?o en los que, bajo los efectos de la emoci¨®n religiosa, la belleza est¨¦tica, la conmoci¨®n que origina la primavera y la m¨²sica de las cornetas o los tambores, algunos hombres dejan correr sus sentimientos sin avergonzarse de ello, a veces incluso con orgullo cofradiero o rociero. Pero no suele ocurrir as¨ª. Son dos excepciones.
Si lloramos de risa, de alegr¨ªa, de emoci¨®n, de rabia o de dolor, ?de donde llegan las l¨¢grimas? Sin duda de la tristeza, de la normal por la que todos vamos pasando, cada uno en su momento, y que no siempre ha de ser negativa, sino que puede ser placentera en cuanto emoci¨®n y dolorosa como sentimiento. En cualquiera de los casos, a las mujeres nos importa menos llorar, pero los hombres, quiz¨¢ porque consideran que sus emociones son m¨¢s peligrosas o que deterioran su dignidad, prefieren esconderlas bajo una rociada de chistes, un comportamiento seductor o una capa de alegr¨ªa fr¨ªa, dura o incluso grosera. Meade dice que tiene miedo de que si empiezan a llorar no puedan parar en toda su vida.
Cuando la tristeza no se manifiesta queda en melancol¨ªa, que, seg¨²n Gurm¨¦ndez, es su meditaci¨®n reflexiva, donde nos refugiamos de los desencantos de la vida para guardar el equilibrio. Pero una cosa es analizar los motivos y otra tener que dominar la situaci¨®n a base de control, que aunque sea a trav¨¦s de la raz¨®n -de la que soy tan partidaria-, no me parece que sea siempre necesario guardarse el alma en el bolsillo. Sin llegar a excederse como en los programas de la tele, puede ser tambi¨¦n agradable y saludable llorar con naturalidad, como Dar¨ªo Grandinetti en la pel¨ªcula de Almod¨®var. Es como templar las venas. No recuerdo qui¨¦n dec¨ªa que llorar consuela del pasado y de lo que ha de venir.
No s¨¦ si a¨²n se contin¨²a creyendo que la mujer es pasi¨®n y el hombre raz¨®n pero estoy segura de que a muchas mujeres les resultan muy atractivos los hombres que lloran.
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