El Grial, el tesoro m¨¢s codiciado
La catedral de Valencia expone desde hoy a la veneraci¨®n el Santo C¨¢liz, que supuestamente es el aut¨¦ntico
Mientras arrancan las grandes procesiones y empiezan las dramatizaciones de la Pasi¨®n, hoy, Jueves Santo, en el interior de las iglesias la jornada gira en torno a las visitas a los monuments y la misa conmemorativa de la ?ltima Cena, en la que se habr¨ªa fundado la eucarist¨ªa. Con este motivo, en la catedral de Valencia se expone a la veneraci¨®n de los fieles el Santo C¨¢liz, que, supuestamente ser¨ªa el mismo en que Jes¨²s de Nazaret habr¨ªa consagrado el vino que conten¨ªa en la sobremesa de aquella cena ritual de la Pascua jud¨ªa, seg¨²n se relata en el cap¨ªtulo 26 del evangelio de san Mateo. Desde ese instante, y con un poder de fascinaci¨®n que no se ha apagado y ha llegado ¨ªntegro al mundo moderno, el vaso se convirti¨® en uno de los s¨ªmbolos con m¨¢s fuerza y la reliquia m¨¢s codiciada de la historia de la Humanidad.
El c¨¢liz de la Cena con el que, adem¨¢s, Jos¨¦ de Arimatea habr¨ªa recogido la sangre de Cristo, atrajo la creencia de los pueblos del centro y norte europeos, especialmente las fam¨¦licas tribus celtas, en la existencia de calderos y copas m¨¢gicas, sanadoras y nutricias, que proporcionaban manjares sin fin a sus poseedores y renovaci¨®n espiritual al mundo. Convergieron y crearon el fondo legendario de la Materia de Breta?a o ciclo del Rey Arturo. La b¨²squeda virtual del Grial esculpido por ¨¢ngeles, a partir de una esmeralda ca¨ªda de la frente de Lucifer, y guardado en una fabulosa monta?a, ocup¨®, desde el siglo XII, a los caballeros de los Mesa Redonda, a los c¨¢taros y a los templarios, a los nazis, que lo deseaban tanto que llegaron a enviar, en octubre de 1940, a Himmler a Montserrat, por si lo guardaban los monjes y hasta al hollywoodense Indiana Jones.
Sin embargo, en su versi¨®n de copa de piedra ¨¢gata cornalina y de color rosa suave y rojo cereza, que se tallar¨ªa entre los siglos II y I antes de J. C. en un taller oriental se document¨® en 1399 en el monasterio de San Juan de la Pe?a y, desde ese a?o, form¨® parte de la imponente colecci¨®n de reliquias de la casa real de Arag¨®n, lo que en la Edad Media supon¨ªa prestigio social y pol¨ªtico y unos bienes patrimoniales tan s¨®lidos que se desencaden¨® un vasto comercio, un intenso pillaje y una amplia falsificaci¨®n. En 1437 lleg¨® a la catedral de Valencia junto al resto de las reliquias de la Corona, los talismanes de nuestro Estado medieval, como una 'donaci¨®n encubierta', fianza y garant¨ªa de los imponentes pr¨¦stamos que se hac¨ªan al rey Alfons el Magn¨¤nim para sufragar su conquista de N¨¢poles. Con este dep¨®sito y la donaci¨®n del papa Borja Calixto III en 1458 a 'nuestra querid¨ªsima esposa y ahora hija predilecta', la catedral de Valencia se convirti¨® en uno de los contenedores de reliquias m¨¢s importantes del orbe cristiano. As¨ª, entre las supuestamente relacionadas con la pasi¨®n de Cristo la seo posee grandes fragmentos de la vera cruz y presuntas porciones de la t¨²nica, la camisa, la columna, el sepulcro del Calvario, siete espinas, la esponja, gotas de su sangre y hasta monedas de Judas, adem¨¢s del Grial, cuya autenticidad es dif¨ªcil afirmar, pues, seg¨²n el can¨®nigo Sanchis Sivera, 'los documentos que lo acreditan no se ajustan por completo a las exigencias de la cr¨ªtica hist¨®rica'.
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