El Athletic, de rid¨ªculo en rid¨ªculo

Se repiti¨® la comedia, m¨¢s bien tragicomedia. El Athletic fue un amiguete complaciente, un b¨¢lsamo para los males del Villarreal, un equipo que volvi¨® a caer en el absurdo. Tal vez crey¨® que el rival, por la vestimenta azul y amarilla, se trataba del Brasil de los Pel¨¦, Garrincha y compa?¨ªa y no un cuadro atenazado por los nervios, acosado por la sombra del descenso. Pero al conjunto castellonense le sali¨® todo. La toc¨® como siempre, bien, y acert¨® como nunca.

El Athletic lleg¨® a El Madrigal con la defensa bajo sospecha tras la sonrojante derrota sufrida la jornada anterior ante el Celta en San Mam¨¦s. La historia se volvi¨® a repetir y su cobertura fue puesta de nuevo en tela de juicio por el Villarreal. El festival comenz¨® pronto. A los seis minutos. Tras una combinaci¨®n entre Jorge L¨®pez y V¨ªctor, este ¨²ltimo puso la ventaja en el marcador. A estos dos jugadores se uni¨® Guayre por la banda derecha. Los tres desmontaron a un impotente Athletic por velocidad, habilidad y picard¨ªa. El Villarreal fue superior en todos los aspectos del f¨²tbol. Por actitud, por disposici¨®n t¨¢ctica, por arriba y por abajo. No hubo m¨¢s equipo en el c¨¦sped que el Villarreal.

La baja de Tiko, verdugo del Villarreal en los cuartos de final de la Copa del Rey, supuso un alivio para los intereses castellonenses. A la ausencia del nuevo internacional se unieron las de Guerrero y Yeste, por lo que el preparador alem¨¢n, Jupp Heynckes, tuvo que mirar de nuevo a Lezama e hizo debutar a Gurpegi.

Gato escaldado con agua tibia tiene suficiente y estaba por comprobar qu¨¦ equipo tocar¨ªa primero las brasas. Y ¨¦ste fue el Athletic, que sali¨® al terreno de juego anestesiado, circunstancia que aprovech¨®, y de qu¨¦ manera, el Villarreal, que a los 17 minutos se encontr¨® con un gui¨®n que ni el m¨¢s optimista habr¨ªa so?ado.

La presentaci¨®n adelant¨® el gui¨®n, el nudo corrobor¨® lo que se vislumbraba y el desenlace careci¨® de tensi¨®n e inter¨¦s. El tanto de Carlos Garc¨ªa en la segunda mitad no despert¨® temor en el Villarreal, as¨ª como tampoco el penalti errado por Larrazabal ni el marcado por Urzaiz al final.

Tres goles de ventaja en el marcador retrataron a la defensa de futbol¨ªn del conjunto vasco, que recibi¨® bofetadas por todos los lados y goles de todos los colores. Y a¨²n habr¨ªa dos m¨¢s en el primer acto para totalizar cinco: dos de combinaci¨®n, dos m¨¢s a la salida de saques de esquina y uno a la contra para poner en rid¨ªculo a un equipo inocente y vulgar que contin¨²a en estado catat¨®nico.