Estrategias
?Puede mirar a los ojos el alcalde de San Sebasti¨¢n a los concejales de su partido, amenazados de muerte como est¨¢n por los mismos perdonavidas que le absuelven a ¨¦l, como incentivo de su apoyo al di¨¢logo autodeterminista? ?Hasta qu¨¦ punto es consciente de haber sido comprado y estar siendo usado como un mero instrumento que se esgrime al servicio de la estrategia terrorista?
Euskadi atraviesa hoy por momentos parad¨®jicos. Desde una ¨®ptica judicial, la soluci¨®n definitiva nunca ha parecido tan pr¨®xima como ahora, pues apenas quedan libres comandos operativos y la retaguardia francesa est¨¢ dejando de ser un santuario. A este paso, el ¨²nico problema sin resolver ser¨¢ la reproducci¨®n generacional de los terroristas, pues por lo dem¨¢s se puede ser m¨¢s optimista que en 1992, tras la ca¨ªda de Bidart. Y no s¨®lo porque sus efectivos est¨¢n ahora m¨¢s mermados que entonces, sino sobre todo porque hoy la firmeza del Gobierno garantiza que no habr¨¢ nada que negociar m¨¢s que la pura y simple rendici¨®n. Ojal¨¢ hubieran tenido los Gobiernos socialistas la misma lucidez, en lugar de alimentar con criminales errores y ofertas de negociaci¨®n las ilusas esperanzas terroristas.
Pero si desde la perspectiva judicial cabe ser optimistas, no sucede lo mismo desde el punto de vista pol¨ªtico, pues las estrategias de unos y otros nunca han estado m¨¢s confusas que ahora, de puro contradictorias que demuestran ser. El Gobierno de Madrid dice aplicar al pie de la letra el Pacto Antiterrorista, pero no hace m¨¢s que violar su esp¨ªritu, acosando a los mismos con quienes lo ha firmado. Tambi¨¦n la flamante ejecutiva socialista vasca dice sostener el mismo Pacto Antiterrorista, pero no hace m¨¢s que violar su esp¨ªritu apoyando solapadamente a Ibarretxe en el Parlamento vasco. El Gobierno de Vitoria dice buscar el di¨¢logo pluralista contra la violencia y sus encubridores, a la vez que su partido tiende la mano a ETA y Batasuna por boca de Arzalluz y Egibar. En fin, s¨®lo los terroristas parecen seguir una estrategia clara y definida, que es la de amenazar de muerte a cuantos no les apoyen o al menos se callen y desistan.
Para orientarse en semejante mara?a de dobles estrategias cruzadas puede resultar ¨²til la consulta del ¨²ltimo libro de Ignacio S¨¢nchez-Cuenca (ETA contra el Estado, Tusquets, 2001), que aplica la teor¨ªa de juegos al comportamiento de los diversos actores que se enfrentan en el escenario vasco. Sus principales conclusiones son tres: 1. La estrategia actual de ETA, que se sabe derrotada, es forzar al PNV a formar un frente nacionalista. 2. La estrategia actual del PNV tambi¨¦n pasa por el frente nacionalista, pues necesita a ETA para forzar el cumplimiento de su programa soberanista. 3. La ¨²nica posibilidad de moderar al PNV es prometerle que, si rompe con ETA, podr¨¢ convocar un futuro refer¨¦ndum de autodeterminaci¨®n, posterior al final definitivo de la violencia: pero esta promesa exige el acuerdo formal de los dos partidos que gobiernan Madrid.
Esta ¨®ptica parece justificar el reciente giro del PSE, pero peca de simplista en su tratamiento del PNV. No est¨¢ claro que al PNV le convenga el frente nacionalista, que s¨®lo le beneficia cuando ETA rompe las treguas. Pues en cuanto ETA abre una tregua, como sucedi¨® en Lizarra, la paz al PNV le perjudica. Luego la estrategia del PNV pasa por un frente nacionalista solapado y encubierto con una ETA en guerra, no un abierto frente nacionalista con una ETA en paz, que s¨®lo beneficia a Batasuna. De ah¨ª la famosa ambig¨¹edad.
Por lo tanto, para que el PNV se modere es preciso que antes vac¨ªe de votos a Batasuna. ?sta es la condici¨®n necesaria y suficiente para lograr la definitiva pacificaci¨®n de Euskadi, cegando la reproducci¨®n generacional de ETA. Para evitar que resurja su cantera debe visualizarse la p¨¦rdida progresiva de su base social. Y esto exige que exista una candidatura representando a ETA, capaz de actuar como term¨®metro que registre su p¨¦rdida de apoyo electoral.
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