S¨ª o no a Taiwan

Con la decisi¨®n del pueblo suizo de incorporarse a la ONU como miembro de pleno derecho, y tras la reciente resoluci¨®n del Consejo de Seguridad referida al Estado palestino, la comunidad internacional parece olvidarse de que todav¨ªa queda otra asignatura pendiente en la cartera de sus deberes, y ¨¦sta no es otra que la de Taiwan.

Taiwan posiblemente sea en la actualidad el ¨²nico caso de pa¨ªs que desea pertenecer a la ONU y que no puede hacerlo, y ello es debido a la negativa de China continental ante cualquier intento de Taiwan por participar en la comunidad internacional. Esto resulta a¨²n m¨¢s parad¨®jico si se tiene en cuenta que la Rep¨²blica de China (denominaci¨®n oficial de lo que hoy conocemos como Taiwan) fue miembro fundador de la ONU, a la que perteneci¨® hasta que en 1972 su esca?o fue ocupado por la Rep¨²blica Popular China.

Decir no a Taiw¨¢n es negar el derecho de sus 23 millones de habitantes a estar representados en los principales organismos internacionales -algo que va en contra de los principios fundamentales de la propia organizaci¨®n- y a contribuir con su ayuda y aportaci¨®n al desarrollo de otros miembros de la comunidad internacional m¨¢s desfavorecidos.

Decir, en cambio, s¨ª a Taiwan supone, adem¨¢s de reconocer la realidad manifiesta de que se trata de un Estado soberano, dar el apoyo y la confianza necesarios a un pa¨ªs comprometido con los derechos humanos y la democracia, que es la decimotercera potencia comercial del mundo y que lucha d¨ªa tras d¨ªa por ser reconocida y respetada.

Dicho esto, los deberes para aprobar la asignatura pendiente parecen sencillos: s¨®lo diga s¨ª o no a Taiwan.